El PP toma el control del Parlamento con ayuda de Vox frente a la resistencia de PRC y PSOE

De nada valía entonces el acuerdo firmado con el PRC para abstenerse en la próxima investidura de María José Sáenz de Buruaga como presidenta. Ni tampoco las desavenencias con un Vox que reclama cargos y políticas ideológicas para facilitar la llegada de Buruaga y el PP a Peña Herbosa. Lo de este jueves era otra pelea distinta, que requería cesiones y tensiones diferentes. Si algo le quedó claro al PP es que los amigos en una batalla serán los enemigos de la siguiente durante toda la legislatura.

En una de las cuatro reuniones que se produjeron hoy mismo, los populares llegaron a presentar un papel en el que cedían las presidencias de las comisiones parlamentarias, entre otras cosas. Pero no estaban dispuestos a renunciar al senador autonómico. Ni tampoco a uno de los vicepresidentes del Parlamento frente a los intentos de PRC y PSOE porque lo hiciera en favor de uno de los diputados socialistas. Ante el bloqueo de las partes, el acuerdo explotó y el PP se vio abocado a echarse en brazos del partido que, precisamente, lleva semanas criticando muy duro a Buruaga por su acuerdo de investidura con Revilla.

Vox salvó a los populares votando a favor de María José González Revuelta como presidenta del Parlamento (18 votos) y de Juan José Alonso como vicepresidente primero, a cambio del apoyo del PP para colocar a uno de los suyos, Armando Blanco, como secretario primero. Frente a ellos, el otro bloque parlamentario, los todavía socios de gobierno en funciones, PRC y PSOE, presentaron como alternativa a Javier Marcano (16 votos), un nombre que cogió por sorpresa a PP y Vox, que no sabían qué movimiento harían finalmente los regionalistas.

A pesar de todos estos movimientos de última hora, la realidad es que, en ese momento, todo el mundo ya sabía que González Revuelta tenía asegurado el cargo con el apoyo de Vox, así que la presentación de Marcano como alternativa solo podía responder a un objetivo político: forzar al PP a aliarse con Vox en su primera votación en el Parlamento. Una operación para dañar la imagen de los populares dándose la mano con la ultraderecha, aunque muchos dentro del PP se sintieran más cómodos con este apoyo que con el de Revilla.

«Ya podemos intuir que existe un pacto encubierto entre PP y Vox que llegará más tarde y no se escenificará en la investidura. Va a haber coalición en Cantabria si necesitan sus votos o lo dicen desde Madrid. Hoy hemos visto un pequeño guiño. Hay indicios que son de la misma familia y harán alianza», avisó Revilla, quien dejó claro que lo ocurrido este jueves no afecta al acuerdo firmado entre PRC y PP para la investidura, ya que «las líneas rojas con Vox eran para que no entrara en el Gobierno, en la Mesa del Parlamento sí se merecen estar».

El líder del PSOE, Pablo Zuloaga, fue más crítico y tachó de «circo y teatralización» el acercamiento entre regionalistas y populares. «Se han roto las líneas rojas y Vox ha entrado en las instituciones. El PP no ha dudado a la primera ocasión en votar con ellos. Hoy es un día triste para Cantabria», subrayó.

Por su lado, el portavoz del PP, Íñigo Fernández, reconoció que las posturas «no estaban distantes y nos hubiera gustado alcanzar un pacto con todos los partidos, pero no fue posible». «Nos esperan cuatro años de mucho diálogo y negociación, aunque no siempre llegaremos a acuerdos», avanzó.

La recién elegida presidenta del Parlamento iniciará este mismo viernes la ronda de consultas para promover la investidura de la nueva presidenta de Cantabria. Según la normativa, González Revuelta dispone de veinte días para proponer un candidato, cuya toma de posesión tendrá que fijarse entre el tercer y el séptimo día siguiente a dicha propuesta. En esta ocasión, es prácticamente seguro que María José Sáenz de Buruaga (PP) sea nombrada presidenta en base al pacto ya firmado con el PRC.

Por ahora, la mayor duda está en saber si Vox votará en contra o también se abstendrá –ya ha anunciado que no votará a favor si no hay un Gobierno de coalición entre PP y Vox–.

Según el Reglamento del Parlamento, en primera votación el candidato necesita obtener mayoría absoluta. Si no se logra, se celebra una nueva votación pasadas 48 horas en la que podrá ser elegido por mayoría simple, como parece que será en este caso.

Si tampoco fuese así, hay dos meses de plazo para repetir el proceso y si el Parlamento no consigue nombrar presidente en este plazo quedará automáticamente disuelto y se convocarán nuevas elecciones.

La intención de González Revuelta es designar al candidato a la Presidencia en los próximos días y fijar «lo antes posible» la sesión de investidura, que previsiblemente se celebrará a finales de la semana que viene.

En una breve intervención tras ser nombrada, y ya ocupando la Presidencia del hemiciclo junto a los recién nombrados como integrantes de la Mesa –Juan José Alonso, Javier Marcano, Armando Blanco y Joaquín Gómez–, González Revuelta se comprometió a ejercer una Presidencia «acorde a los mejores valores de nuestro Parlamento, potenciando no solo el diálogo político, sino también la apertura del Parlamento a toda la sociedad». Además, pidió la «leal colaboración» a los portavoces de los grupos ante el «intenso trabajo» que les espera esta legislatura.

La popular dedicó sus primeras palabras a agradecer la «confianza» que ha depositado en ella el Parlamento para desempeñar una tarea «tan importante» a lo largo de esta undécima legislatura. Tras dar las gracias en especial a su grupo parlamentario, recordó a los nueve presidentes que le han precedido en el Parlamento, asegurando que es «un gran honor recoger hoy su testigo».