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El pasado 7 de julio se cumplieron siete meses del homicidio de Javier Borrás en su urbanización de la Avenida de Los Castros (Santander) y el caso aún sigue bajo secreto de sumario puesto que todavía no se ha dado con el paradero de ... los sospechosos del crimen.
La titular del Juzgado de Instrucción Nº5 de Santander, Mercedes Compostizo, acordó el pasado miércoles, 10 de julio, la sexta prórroga del secreto de sumario a la espera de que los agentes localicen a los responsables del homicidio. Según la información facilitada por fuentes cercanas a la investigación, la Policía Nacional lleva tiempo detrás de los presuntos autores (no ha trascendido cuántos son) de la muerte de Borrás y no consigue localizarlos. Al parecer se han escondido o se han dado a la fuga, conscientes de las consecuencias de los hechos acaecidos.
Como ya avanzó hace un mes este periódico, cuando la Policía halló a la víctima muerto dentro de un coche, «amordazado, ensangrentado y con diversos golpes» en un garaje de la Avenida de Los Castros, lo primero que pensó es que se encontraban ante un ajuste de cuentas, como consecuencia de la relación que tenía la víctima con el mundo de las drogas. Era una de las hipótesis que los agentes barajaron en un primer momento, pero no la única. De hecho, lo que ha trascendido recientemente es que la Policía se decanta porque el móvil del crimen fuera «un intento de robo que se fue de las manos».
Aunque desde el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional no han querido desvelar ningún detalle de la investigación, más allá de asegurar que «siguen trabajando en el caso», este periódico ha podido averiguar que durante las primeras pesquisas que realizaron, los agentes hallaron droga en la vivienda de Javier Borrás, aunque no ha trascendido la cantidad ni qué tipo de sustancias. Pero esta circunstancia refrendaría la hipótesis del robo.
Hay otro detalle del caso que no se conocía hasta ahora. Al parecer, los autores del crimen habían quedado con la víctima para comprarle droga y, por causas que aún se desconocen, acabaron con su vida. A partir de ahí, la investigación sigue girando en torno al paradero de los sospechosos del homicidio.
Respecto a las causas de la muerte, lo que ha podido averiguar El Diario es que los forenses llegaron a la conclusión de que Javier Borrás murió el domingo 7 de enero y no el miércoles 10, cuando apareció su cuerpo. Y creen que ese violento fallecimiento se produjo «por la noche». Esta circunstancia provocó que la instrucción del caso pasara de manos del magistrado Jaime Parra, del Juzgado de Instrucción Nº1 de Santander, en funciones de guardia, al Juzgado de Instrucción Nº5, que era quien se encontraba de guardia el día en el que perdió la vida la víctima.
La autopsia de Borrás reveló, además, que los diversos golpes que presentaba en su cuerpo no fueron la causa de la muerte, simplemente le provocaron alguna fractura de costillas, pero no fueron el motivo directo de su fallecimiento, que «tampoco fue natural». Teniendo en cuenta todo esto y que lo primero que descartaron los médicos forenses fue la presencia de heridas de bala o de arma blanca, pocas opciones quedan sobre la mesa. Una de ellas podría ser la muerte por asfixia, aunque puede haber más.
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