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El escenario político de Cantabria será muy distinto después del 28 de mayo. El PP, histórico partido mayoritario en la región, ganará las elecciones con claridad, gracias a sus 12-13 diputados, tras haber perdido el mando hace cuatro años. Lo hará a costa de ... un PRC que se desploma hasta los 8-9 escaños después de su primera y eufórica victoria de 2019. Miguel Ángel Revilla no dependerá de sí mismo, ni siquiera de su propio aliado, el PSOE, para volver a sentarse en su despacho de Peña Herbosa, ya que el bloque PP-Vox acaricia una suma que daría la vuelta como un calcetín al Gobierno de Cantabria. La carrera está tan abierta que un solo diputado arriba o abajo convertirá a María José Sáenz de Buruaga en la primera mujer presidenta de Cantabria o, por el contrario, permitiría a PRC y PSOE repetir una alianza que mutaría en un tripartito por la presencia obligada de Podemos. Es decir, al día siguiente de las elecciones sólo se hablará de pactos. Esos u otros distintos, pero desde posiciones muy diferentes a las que hay en el tablero de juego actual.
Las claves
PRC Un 24% de sus votantes aún no ha decidido si volverá a confiar en Revilla
PP Escala del 24% al 33% de los votos, la mejor cifra desde 2011
PSOE Capta a un puñado (12%) de descontentos con el regionalismo
Vox Casi triplica sus resultados en las urnas de 2019, del 5,1% pasa al 14,3%
Podemos-IU La confluencia les da una oportunidad de lograr el 5% y entrar al hemiciclo
Ciudadanos El bloque de la derecha se reparte sus tres diputados logrados hace cuatro años
Esta compleja situación política tras el 28M es la resultante de la foto fija que refleja el sondeo electoral de El Diario Montañés, sobre la base de 805 encuestas realizadas en diferentes municipios de Cantabria entre el 26 y el 27 de abril, es decir, solo unos días antes de arrancar la campaña electoral. Un detalle significativo es que las encuestas se han realizado a partes iguales en teléfonos móviles y fijos para llegar a un espectro de edad equitativo de la sociedad cántabra. Los resultados coinciden con el reparto de fuerzas que esta misma semana publicó el CIS, pero con un peso muy distinto en algunas caídas o subidas, sobre todo en el caso de PRC y Podemos.
No es casualidad que uno de los lemas de campaña del PP sea 'Ganar para gobernar'. Lo primero no siempre implica lo segundo. Que se lo digan al PP, que ha padecido a un bipartito de la segunda y tercera fuerza durante tres legislaturas alternas este siglo. Esta vez, un solo diputado puede llegar a ser crucial para inclinar la balanza de las futuras coaliciones, pero el punto de salida del PP será mucho mejor que en 2019. Los populares pasarían del 24,1% al 33,3% de las papeletas, recuperando así el título de primer partido de la región.
Sería una muy buena noticia para María José Sáenz de Buruaga, una superviviente de batallas e intentos de purgas internas, que vería crecer sus apoyos por los desencantados de Ciudadanos (17%) y del PRC (11%). Aunque no debería dejarse llevar por la euforia. Se trata de un resultado de perfil bajo para el PP. Con la excepción de 2019, cuando los populares tocaron suelo con solo nueve diputados, y el excepcional año de la ruptura con Hormaechea, en 1991, el PP se suele mover en alturas superiores a los 12 diputados. Aunque quizás esa sea la nueva realidad con la que tendrá que convivir el PP en el futuro si Vox acaba consolidándose en el Parlamento. En cualquier caso, el perfil de sus votantes –como ampliaremos en la segunda parte de esta encuesta mañana, lunes– se acerca al de una mujer pensionada o jubilada con estudios, que no coincide precisamente con el elector medio cántabro del partido de Santiago Abascal.
El anhelo del PP debe ser alcanzar el diputado número trece. Si lo consigue, según la encuesta de GAD3, querrá decir que se mueve en la horquilla alta y que Podemos se ha quedado fuera, lo que dejaría al PRC sin margen de maniobra. Y a Buruaga con mucho margen de libertad para pactar con Vox o con los propios regionalistas.
Puede sonar muy duro, pero los números dicen que el PRC retrocederá veinte años en sus resultados electorales. Desde 2003, cuando Dolores Gorostiaga y José Luis Rodríguez Zapatero le regalaron a Revilla la Presidencia de Cantabria para romper su alianza con el PP y llevar al PSOE a Peña Herbosa, los regionalistas no caían hasta los 8-9 diputados. La consolidación del PRC en el Parlamento le había llevado a sumar dobles dígitos de diputados las tres últimas legislaturas. Pero la encuesta le castiga con una bajada del 37,7% al 21,9% de las papeletas. La perspectiva es demoledora, sobre todo con el recuerdo aún fresco de aquella noche histórica de mayo de 2019, cuando Revilla logró la primera victoria electoral de su carrera política. La realidad ahora parece muy distinta. Sólo el 36% de los votantes del PRC tiene claro que repetirá su decisión cuatro años después. Un 24% aún no lo ha decidido, y el resto se marchará con su voto a otro partido.
Para encontrar un desgaste similar provocado por la gestión del Gobierno hay que retrotraerse a 2015, cuando Ignacio Diego consumió la mayoría absoluta del PP y dejó sus 20 diputados en 13 cuatro años después. En esta ocasión, el PRC se deja por el camino entre 5 y 6 escaños y a más de un tercio de sus votantes.
Aunque algunos apunten a la edad de Revilla (80 años) y a un cambio de ciclo como motivo de esa bajada, no hay que perder de vista la tumultuosa legislatura que ha sufrido el PRC en el Gobierno de Cantabria. Una legislatura que comenzó con la pandemia, continuó con la gestión de las limitaciones por el covid en la hostelería y, cuando parecía que tocaba levantarse, aparecieron los trenes que no entraban por los túneles y, sobre todo, el caso de corrupción de un funcionario en los contratos de carreteras de la Consejería de Obras Públicas.
Muy lejos quedan los dorados años 90 en los que el PSOE llegó, incluso, a ganar las elecciones en Cantabria con Jaime Blanco al frente. La caída fue constante desde entonces hasta que los socialistas tocaron su suelo en 2015 con solo 5 diputados. La llegada de Pablo Zuloaga en 2019 les permitió coger aire, subiendo a 7 diputados, un crecimiento a escala reducida que consolida ahora con 8 diputados. No parece demasiado, pero sí lo es cuando se atiende a los 19 puntos recortados al PRC en los últimos cuatro años, además de evitar el desgaste de las competencias sanitarias en época de pandemia.
Quizás impulsado por la ola de La Moncloa, el PSOE cántabro sube del 17,6% al 20,9% de los votos, captando un buen puñado (12%) de descontentos con el regionalismo. La mala noticia para Zuloaga es que las malas noticias de Revilla también son las suyas. Si el PRC se queda sin opciones de gobernar, Pablo Zuloaga y su equipo deberán hacerse a la idea de pasar la legislatura en la oposición.
Vox es el otro gran ganador de la encuesta de GAD3 para El Diario Montañés. El partido de Santiago Abascal consolidaría su implantación en el Parlamento de Cantabria pasando de 2 a 5 diputados, y casi triplicaría sus votantes, del 5,1% de hace cuatro años que le permitió entrar muy raspado al hemiciclo, al 14,3%.
Además de contar al electorado más fiel de todos los partidos cántabros, Vox se queda con un 14% de las papeletas de Ciudadanos, pero apenas con un 4% del PRC pese a los insistentes intentos por robar votos al regionalismo en los pueblos.
El partido de ultraderecha tendría una opción de llegar al Gobierno si Podemos se queda fuera del Parlamento y, así, el PP alcanza el diputado 13 que les permitiría a ambos sumar mayoría absoluta. Eso siempre que Buruaga no prefiera antes a Revilla.
Después de una entrada y salida del Parlamento muy abruptas, Podemos ha aprendido varias lecciones. Entre ellas, que ahora mismo la confluencia con Izquierda Unida es la única opción que tienen para pisar el Parlamento. Ya quedó demostrado cuando se quedaron fuera, por separado, en 2019. El sondeo les da ahora una ventana de éxito. Una horquilla de 0-2 diputados (el mínimo para entrar) gracias al 5,2% de los votos.
Pero lejos de ser residuales, sus escaños serán clave para el devenir del Gobierno, por lo que venderán muy caro su apoyo al PRC para evitar, así, una coalición PP-Vox.
La formación que preside en Cantabria Félix Álvarez no esquiva el descalabro nacional del partido y no llega al mínimo imprescindible del 5% para conservar su representación, solo un inservible 1,3%, muy lejano de aquel 8% de hace cuatro años.
Sus tres diputados se repartirán en el bloque de la derecha, hasta conocer que harán sus electores indecisos, que ascienden al 22%.
Universo Residentes en Cantabria con derecho a voto
Ámbito Autonómico
Cuotas Por sexo, edad y afijación geográfica no proporcional.
Procedimiento de recogida de la información.
Tamaño de la muestra 805 entrevistas en total.
Error muestral. ± 3,5% (n=805), para un grado de confianza del 95,5% (dos sigmas) y en la hipótesis más desfavorable de P=Q=0,5 en el supuesto de muestreo aleatorio simple.
Duración de la entrevista. 3-4 minutos aproximadamente.
Fechas del trabajo de campo. 26-27 de abril de 2023.
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