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Álvaro Machín
Santander
Domingo, 12 de diciembre 2021
El jueves a las ocho menos cuarto de la mañana, la pantalla de salidas en la estación de Feve de Torrelavega estaba vacía. «Es que se ha caído internet». Tampoco se podía pagar con tarjeta. En el andén, el letrero luminoso que anuncia la llegada ... del próximo tren marcaba las 08.48. Y no (había unos cuantos antes de esa hora). «La verdad es que ya no sabes a qué hora venir. Llegas y ves que el tren se ha cancelado, que llega tarde... Lleva tiempo así, pero últimamente es bastante peor», comentaba Juan Carlos Gómez, un habitual, mientras consultaba el cartel de horarios de toda la vida (el de papel). En un momento, a la espera del siguiente tren, se forma un corrillo de usuarios enfadados contando retrasos, cancelaciones, días que llegaron tarde a trabajar... «Esto es horroroso. Estamos hasta las narices», resume Rafael Castillo. Lo decía antes de subirse al tren de las 08.01 horas (que llegó a las 08.09) y antes de que pasara el de las 08.09 (que apareció a las 08.16). Y ninguno se anunció por megafonía. Ese mismo jueves, por la tarde, usuarios y trabajadores de Renfe se concentraron en Santander. Por la «degradación» del servicio. Porque los Cercanías, dicen, hacen aguas.
Sergio Tamayo forma parte la plataforma 'Cantabria por lo público' y, además, es delegado sindical de CGT en Renfe (trabaja en la empresa, en mantenimiento). Fue uno de los convocantes de la concentración del jueves. ¿Qué está pasando con las Cercanías en Cantabria? «El problema se viene arrastrando desde hace tiempo. Faltan unidades y algunas tienen casi cuarenta años, aunque ha habido una reparación general», explica de entrada. Eso se traduce, según su testimonio, en un alto número de averías y, por extensión, en retrasos y cancelaciones. El servicio, amplía, se cubre con lo justo. Y ante cualquier contratiempo se suceden los problemas.
sergio tamayo
Cantabria por lo público
«Y esos contratiempos se han agudizado con la puesta en funcionamiento de la actualización 4.1. del sistema ASFA en las unidades de tracción eléctrica de la red de ancho métrico». ¿Qué es eso? ASFA significa Anuncio de Señales y Frenado Automático. Es un sistema de seguridad, de ayuda a la conducción. Lo que se ha instalado es una versión nueva, digital en vez de analógica. «Lo han cambiado en algunas de las unidades eléctricas (las hay también diésel), las que más se usan para las Cercanías. Y son las que acumulan más retrasos. Se trata de un sistema muy conservador pensado para unas vías en mejor estado que las que tenemos aquí. Y en la práctica, en nuestro caso, no mejora una seguridad que ya existía. Es igual de seguro que antes, pero con una versión más conservadora que hace que si antes cogía una curva a sesenta, ahora lo haga a cuarenta», explica Tamayo. La consecuencia es que, por ejemplo, un viaje entre Santander y Cabezón de la Sal que duraba una hora y diez minutos, ahora se prolongue a casi una hora y media.
juan carlos gómez
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begoña cuesta
Viajera
Es una cadena. «Con unidades viejas que se averían más de lo normal y retrasos porque es imposible cumplir los horarios, se junta todo (y no hay que olvidar que el cambio se ha producido en unas semanas de temporal, de balsas de agua...)». Tamayo asegura, además, que en la reivindicación por el mal funcionamiento están unidos los usuarios (que sufren las cancelaciones, los cambios de tren, los retrasos...) y buena parte de los trabajadores. Pone, de hecho, como ejemplo el comunicado que envió el comité de empresa de Renfe a mediados de noviembre. Criticaban que el nuevo sistema de señalización aumentaría tiempos de viaje y empeoraría el servicio. Que se iba a disminuir la velocidad de los trenes «de manera innecesaria», que era un cambio «absurdo» y que no entendían la decisión «unilateral» «cuando actualmente se está trabajando con Adif en una nueva versión que evite la ralentización y mantenga los mismos estándares de seguridad».
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Renfe ofrece una versión distinta. De entrada, cuando anunció que se ponía en marcha la nueva versión del sistema, la compañía indicó que, con ello, «se da cumplimiento al Reglamento de Circulación Ferroviaria (RCF), que establece que 'a partir del 1 de enero de 2019 en las líneas de ancho ibérico y estándar europeo y del 1 2de julio de 2022 en la red de ancho métrico, no se admitirá la circulación bajo el amparo del sistema ASFA analógico, debiendo sustituirse los equipos embarcados con dicho sistema por otros con el sistema ASFA digital'». O sea, que están obligados por ley. Además, indicaban que habían tomado medidas para una «mejor adaptación» y que «Adif tiene en marcha un ambicioso proyecto de adecuación y modernización de instalaciones en la red de ancho métrico, que permitirán ir optimizando de forma progresiva la funcionalidad de ASFA digital». Más aún, que «la puesta en servicio trae consigo un aumento de la fiabilidad». Eso fue el 24 de noviembre. Preguntados por este periódico estos días, los responsables de las Cercanías en Cantabria aseguran que «que el nuevo sistema está funcionando sin retrasos y cumpliendo un alargamiento del tiempo de viaje entre ambas estaciones –Cabezón de la Sal y Santander– de ocho minutos de media». «Se alargan –dicen– los tiempos de viaje, pero aumenta la seguridad en la circulación y se evita el fallo humano». Y en cuanto al estado de los trenes, que «a pesar de tener varios años de antigüedad, están dentro del período de su vida útil y en buenas condiciones de circulación» y que «sufren averías que posteriormente son reparadas con toda la celeridad que es posible».
«Los trenes están tardando aún más de lo previsto en los trayectos, lo cual está ocasionando que los nuevos horarios no puedan cumplirse, teniendo que suprimirse trenes en plena hora punta, lo que genera aglomeraciones de viajeros nada deseables en pleno repunte de la pandemia», comentaban los convocantes de la concentración del pasado jueves en Santander. Y es una queja que repiten los viajeros en la estación. Que, cuando hay cancelaciones, «meten en un solo tren a todos los que iban a ir en dos o tres y van a tope». Eso provoca que, «en plena pandemia», con la «vigilancia del aforo», resulte «imposible mantener la distancia de seguridad». Los usuarios cuentan que esas situaciones se dan, sobre todo, en el tramo «entre Mogro, Bezana y Santander». Estaciones de mucho movimiento en las horas más importantes del día (para ir a trabajar y en el regreso tras la jornada laboral). «Te están diciendo todo el día que debes mantener la distancia de seguridad y resulta que tienes que ir aquí de pie y todos juntos porque no cabemos».
Con las posturas de unos y de otros, lo mejor es irse al andén. Lo que hizo un equipo de El Diario Montañés el jueves a primera hora. Lo primero, el dato. Dos trenes (Torrelavega-Santander y vuelta, elegidos al azar). Respecto al horario indicado en la web, el retraso acumulado en destino entre los dos viajes alcanzó los 28 minutos (uno 12 y otro, 16). Los dos salieron más tarde de lo previsto e, igualmente, los dos acumularon algún minuto más de retraso durante el trayecto. Pero lo más llamativo fue palpar el malestar de los usuarios. Casi sin necesidad de preguntar. Un cabreo evidente. En el propio andén se forma un corrillo de viajeros. «Apunta», exigen. Begoña Cuesta: «La semana pasada tardé dos horas en llegar a Santander. En Gornazo el tren volvió para atrás hasta Requejada». Victoria González: «Hace un mes, a la altura de Mogro, se averió. Primero iba lento y al final se paró en una zona que no había nada. Fuimos andando por la vía para coger el tren que venía por detrás». Rafael Castillo: «Hay zonas por las que ahora va muy despacio». Blanca Hernández: «Había un tren directo a las 14.05 y lo quitaron. Nos metieron a los de dos trenes en uno y encima pusieron uno pequeño». Y más. Que los horarios «son falsos», que los trenes «están tercermundistas», que «los empleados ya no saben dónde meterse cuando les decimos algo»... «Ponlo, por favor. Me han dejado tirada en Requejada un día y ayer estuve veinte minutos esperando de más. Llegas a trabajar avergonzada y agotada».
Nuevo sistema Se instala para dar cumplimiento al Reglamento de Circulación Ferroviaria
Consecuencias Que está funcionando sin retrasos y que supone ocho minutos más entre Cabezón y Santander
Trenes antiguos «Están dentro del período de su vida útil y en buenas condiciones de circulación»
La cosa no cambia dentro del vagón. El silencio general durante un trayecto madrugador se rompe y se forma otro corrillo ante el periodista poco antes de llegar al destino. «He salido de Cabezón a las 07.30. Tendría que llegar a las 08.46 (son casi las nueve). Y todos los días es a esta hora o más tarde. Y eso si va bien y no pasa nada». Un testimonio. «Nos ha pasado de todo. El martes, de vuelta, quitaron dos trenes. Salió uno y comí a las cinco y media». Otro. «Yo el viernes en Mortera estuve una hora esperando y llegué y habían suprimido tres». Otro más. «Te coge en una estación grande y estás a cubierto y hay un interventor para que te diga algo. Pero si te coge en un apeadero...».
Por cierto, al volver a la estación de Torrelavega (tras pagar el billete con tarjeta en Santander), las pantallas con información de las salidas seguían vacías. Internet debía seguir caído.
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