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Las predicciones a largo plazo no son fiables al cien por cien, la propia Agencia Española de Meteorología (Aemet) lo advierte, pero con la primaver a las puertas y la promesa de días más soleados un vistazo a las previsiones apunta a una estación cálida ... y con una precipitación dentro del promedio, y los técnicos se decantan por unas temperaturas por encima de lo habitual. Todo apunta, dicen, a que sea una estación seca en el noroeste peninsular.
La primavera entrará este sábado 20, a las 10.37 horas y ante su llegada el delegado territorial de Aemet en Cantabria, José Luis Arteche, y el responsable de Climatología, Juan José Rodríguez, han ofrecido la habitual rueda de prensa por el cambio de estación en la que también se ofrece un balance de invierno..
Como hace normalmente, Arteche ha advertido que estas previsiones a largo plazo no tienen un alto grado de fiabilidad, aunque se decantan hacia una primavera con temperaturas por encima de la media, al igual que ha sido el invierno, y dentro de lo esperado en esta estación en cuanto a las lluvias.
Respecto a los próximos días -durante el fin de semana-, el encuentro de un anticiclón del Atlántico con bajas presiones desde el Mediterráneo harán que llegue al país viento frío procedente del norte de Europa, además nubosidad y precipitaciones, que podrían ser en forma de nieve, algo que «no es raro en marzo en Cantabria», ha recordado Arteche.
La previsión apunta a que nevará pero «nada extraordinario» en Picos de Europa y zonas altas de la región, puede que también en el interior, pero lo más significativo será el frío.
Por lo que se refiere al invierno en Cantabria, Rodríguez ha informado que ha sido el quinto más lluvioso y el séptimo más cálido de los últimos 60 años.
El carácter del invierno ha estado determinado por las temperaturas de un febrero muy cálido, con una temperatura media 2,5 grados por encima de lo normal; y la precipitación extraordinaria recibida en diciembre, que superó en un 125% la media de la recogida normalmente.
El temporal de nieve a principios de diciembre y el temporal intenso entre Navidad y Reyes cubrió el territorio de Cantabria situado por encima de los 400 metros de altitud y se acumularon hasta 1,5 metros de espesor a 1.000 metros en algunas zonas.
Los valores extremos de temperatura del invierno en Cantabria oscilaron entre los -17,5 grados registrados en Nestares el 10 de enero y los más de 20 de mediados de diciembre en varias localidades de la comunidad.
En precipitación, hubo varias efemérides (valor máximo en toda la historia de esa estación meteorológica) en Santander, Ojaiz y aeropuerto de Santander, con registros de 743, 861,5 y 757,7 litros por metro cuadrado, respectivamente; además de en Meruelo (911) y Bareyo (885,7).
En este sentido, Arteche ha indicado que en la estación de Parayas se han registrado este invierno 61 días de lluvia, es decir, es como si hubiera llovido durante dos de los tres meses de la estación.
En concreto, por meses, diciembre tuvo un carácter térmico normal y fue extremadamente húmedo, con un 125% de precipitación por encima de lo esperado; enero fue muy frío y húmedo; y febrero fue muy cálido y extremadamente húmedo, con un 53% más de precipitación de la esperada.
Además, el año hidrológico -precipitación acumulada desde el mes de octubre- tiene un superávit del 74%: se han recogido 1.062 litros por metro cuadrado frente a los 564 registrados de promedio en esa fecha.
La insolación ha estado un 15% por debajo de lo normal, y el viento ha soplado un 20% más de lo esperado por los episodios de viento intenso en diciembre y enero.
Por su parte, en España el invierno ha sido cálido y el sexto más lluvioso del siglo XXI, mientras que el año hidrológico ha sido normal.
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