Desconvocada la huelga de ambulancias de Diavida

La jornada había transcurrido con total normalidad en los hospitales, sin incidencias perceptibles para los pacientes desplazados en las diferentes rutas –Sanidad informó únicamente de dos traslados en vehículos particulares en Laredo porque «las familias se anticiparon en previsión de que pudiera haber algún problema»–, con un seguimiento mínimo entre los trabajadores y, eso sí, con críticas del sindicato convocante, UGT (representado por antiguos delegados de CSIF), por el alto porcentaje de los servicios mínimos, «prácticamente del 100%». De hecho, ha anunciado una demanda judicial al considerarlos «abusivos».

El acercamiento entre ambas partes se plasmó en varios compromisos: el pago en plazo de las nóminas, la consulta sobre la interpretación del pliego referida a los traslados con camillero, además de conductor, que era otra de las quejas de los trabajadores; otra consulta para aclarar también en qué momento hay que aplicar la siguiente subida salarial recogida en el convenio y la instalación de una caseta de obra con ducha, con la máxima celeridad posible, en las bases de Laredo, Reinosa, Torrelavega y Revilla de Camargo hasta que se complete el acondicionamiento de las instalaciones previstas en el pliego, ya que la empresa aún está dentro del margen para hacerlo (cuenta con 120 días y apenas lleva dos meses en funcionamiento en Cantabria).

Cabe recordar que la protesta no contaba con el respaldo de USO, segundo sindicato con más peso en el comité de empresa, que entendía que el pago de las nóminas pendientes y el adelanto del sueldo del mes de noviembre, completado a principios de semana, era gesto suficiente para frenar la movilización y abordar el resto de reivindicaciones en una próxima mesa de negociación. Es más, desde USO indican que «la desconvocatoria nos viene a dar la razón al no apoyar prolongar el conflicto tras despejarse el nudo gordiano que no era otro que el cobro de las nóminas. Alargar el conflicto resultaba bochornosamente artificioso y con tintes exclusivamente electorales».

A lo largo de la mañana, las ambulancias circularon con normalidad a la puerta de las consultas de los hospitales, donde se podían ver vehículos con el cartel de 'servicios mínimos' y donde algunos conductores se quejaban de estar «haciendo más traslados de los establecidos como servicios mínimos. No tiene ningún sentido, ya se lo hemos trasladado al comité para que lo denuncie», declaraba uno de ellos a la entrada de Valdecilla Sur. También desde el área de Laredo, representantes de CGT compartían la misma opinión: «No se está respetando nuestro derecho a hacer huelga».

Según expuso UGT en nota de prensa, «se han incumplido descaradamente los servicios mínimos que se habían pactado», aunque la resolución publicada en el BOC por la Consejería de Salud no cifraba el personal necesario para garantizar la cobertura obligatoria, sino que se limitaba a especificar los servicios que han de cumplirse para «ponderar los intereses en conflicto, que son el ejercicio del derecho de huelga con el derecho de la ciudadanía a la salud y a la atención sanitaria, no pudiendo ésta impedir el ejercicio de aquella, pero tampoco este ejercicio ser tan exorbitante que ponga en riesgo la salud y la atención sanitaria de la población».

Así las cosas, desde el departamento que dirige César Pascual se habían fijado como servicios mínimos todos los traslados programados para hemodiálisis, así como los desplazamientos de personas que acudan a rehabilitación, bien por problemas neurológicos agudos o por lesiones traumatológicas que pudieran causar secuelas si se interrumpiera el tratamiento; los que acudan a sesiones de radioterapia y quimioterapia, los que deban ir al hospital para consultas o pruebas relativas a procesos oncológicos o de extrema gravedad, cuya no realización pueda, a juicio del facultativo prescriptor, producir un daño o perjuicio grave al paciente o a la evolución de su enfermedad. Y, por último, Sanidad fija también como servicios mínimos los altas de pacientes al domicilio desde el Servicio de Urgencias. En cambio, no se incluyeron los desplazamientos del resto de consultas externas o de las altas procedentes de las plantas de hospitalización, donde se espera que pudieran generarse retrasos.

Según declara el presidente del comité de empresa de Diavida, Gildo Cabañeros (UGT), se han implantado más de 600 servicios mínimos y poco más de una decena de trabajadores han tenido opción a secundar el paro, por lo que «en realidad es un 100% de apoyo a la huelga porque todos los que podían ejercer su legítimo derecho a ella la han apoyado».