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El Consejo de Gobierno de la Universidad de Cantabria (UC) ha aprobado la estrategia sobre la que se estructurarán el próximo curso todos los programas oficiales de grado y de posgrado, que prioriza las clases presenciales pero que prevé tres posibles escenarios distintos si ... la evolución de la pandemia así lo requiriese: presencialidad total, docencia mixta o modalidad a distancia. Así, la institución académica ha dado luz verde a un documento con las principales acciones e iniciativas que se llevarán a cabo en cada uno de los escenarios y que incluye una adaptación de las asignaturas, formación al profesorado, dotación tecnológica y apoyo a los estudiantes para poder abordar en «óptimas condiciones» las distintas actuaciones que puedan plantearse al inicio y durante el desarrollo del curso con motivo de la evolución del covid.
La prioridad de la UC es la presencialidad máxima, al cien por cien, impartir las clases teóricas y prácticas tal y como se habían venido desarrollando de forma habitual hasta la irrupción del coronavirus, «con el convencimiento del importante valor que abordan los métodos de enseñanza presenciales en la creación y transmisión del conocimiento», destaca al respecto el rector, Ángel Pazos. Este sería el primer escenario, posible sólo si en septiembre se ha recuperado una mayor normalidad de la que existe en la actualidad.
Pero si el curso comenzara hoy en día, con las actuales condiciones sanitarias y medidas de distanciamiento interpersonal de 1,5 metros, la solución que adoptaría la UC sería una fórmula mixta, porque el número de alumnos de determinados estudios y de aulas de sus facultades harían imposible mantener la distancia de seguridad si acuden todos a la vez.
En esta alternativa mixta, según explica Pazos, cada alumno recibirá un porcentaje de horas de docencia en modalidad presencial (con uso obligatorio de mascarilla si no cambia la normativa) y el resto a distancia, pero de forma sincronizada. Es decir, que las lecciones se retransmitirán mediante videoconferencia para que los estudiantes puedan recibir en casa la misma clase y del mismo profesor que sus compañeros en el aula. Y se rotarían ambas opciones para que todos puedan contar con las mismas oportunidades.
La adaptación a esta fórmula mixta dependerá de las especificidades de los títulos, de las características de cada centro y de su número de alumnos, pero, en cualquier caso, la UC priorizará una mayor presencialidad entre los estudiantes de primer curso, para facilitar su adaptación a la universidad, y en las prácticas que exigen un alto grado de experimentalidad, como son las investigaciones en laboratorio por ejemplo.
El tercer y último escenario es un sistema de docencia exclusivamente online en el caso de que las autoridades sanitarias y educativas vuelvan a establecer la suspensión total de la actividad presencial, tal y como sucedió, desde el pasado marzo, en el tramo final del curso recién finalizado. En este caso, todas las asignaturas tendrán un curso en la plataforma Moodle antes de iniciar el cuatrimestre de su impartición, con todos los recursos y materiales de apoyo a la docencia.
Además, la UC implementará, como ya hizo durante el confinamiento, un plan de ayuda para el préstamo de ordenadores y/o conexión a internet, en caso de que lo necesiten estudiantes y profesorado.
«Podemos decir que hemos salvado el curso, que no es poco», resume el rector sobre la experiencia vivida estos últimos meses, en los que la UC tuvo que adaptarse, sin tiempo ni margen, a una situación sobrevenida de docencia y evaluación a distancia. «Ha sido una etapa dura, de una gran exigencia, pero que hemos cerrado con un balance razonablemente satisfactorio gracias a que ha habido un enorme grado de responsabilidad por parte de profesores, alumnos y trabajadores», valora.
Las medidas que se establezcan se difundirán con «suficiente antelación y transparencia» para que la comunidad universitaria pueda asumirlas sin menoscabo de la calidad de enseñanza. Pero en cualquier circunstancia, los cambios adoptados tendrán como marco de referencia los Estándares Europeos para garantizar la calidad formativa.
En cuanto a los exámenes, la previsión actual es que el próximo curso se podrán realizar de forma presencial en el aula, ajustándose a las medidas que dictaminen las autoridades sanitarias, si bien este plan de adaptación prevé también un escenario de evaluación a distancia, al que sólo se recurrirá en el caso de que las autoridades sanitarias y educativas competentes así lo indiquen.
Por último, la defensa de los Trabajos de Fin de Grado y de Fin de Máster, así como las tesis doctorales, se realizarán de forma presencial, siempre que sea posible garantizar las medidas sanitarias establecidas, sustituyéndose por la defensa por videoconferencia si la evolución de la pandemia así lo justificase.
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