Prisión provisional, comunicada y sin fianza para el detenido por la muerte de Mario Fuentes

El Juzgado de Instrucción número 5 de León ha acordado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del joven detenido por la muerte de Mario Fuentes este fin de semana. El caso pasó a disposición judicial en la mañana de este lunes y tras un intenso interrogatorio se ha decretado su ingreso en prisión este mismo martes poco antes de las 16:00 horas. De este modo, el acusado pasará esta noche en la cárcel de Mansilla de las Mulas, como ha informado leonnoticias.com.

Subdelegación de Gobierno de León ha remarcado que «la causa está abierta» y el joven detenido, Jorge C. B., de 21 años, se enfrenta a una acusación de «homicidio, amenazas, lesiones y participación en riña tumultuaria».

La Policía Nacional de León sigue investigando el caso y la posible implicación de más personas en una agresión en la que los primeros testigos apuntaban a seis participantes.

Recordar que los hechos tuvieron lugar en la madrugada del domingo y la voz de alertase dio en torno a las 3:50 horas. Una llamada avisaba de un joven herido en el pecho, pero aún con vida. Era Mario Fuentes, el joven de Colindrés de 19 años que vivía desde septiembre en la capital leonesa, donde estudiaba Inef. Con la llegada de los servicios de Emergencias se procedió a su traslado al hospital pero allí los profesionales de urgencias nada pudieron hacer por salvar su vida.

Hoy mismo se conocía las circunstancias en las que había sido detenido, y como fue cercado por la policía en su domicilio. Fue finalmente Jorge C.B. quien permitió la entrada de los agentes al piso mostrándose colaborador con ellos. El detenido que será enviado a la prisión de Villahierro, en Mansillas de las Mulas, entregó el arma del crimen y fue detenido y esposado sin ofrecer resistencia alguna al operativo policial.

En el calabozo de la comisaría de la Policía Nacional, en León capital, Jorge C.B. pasó este domingo su primera noche a la espera de testificar de forma oficial. A los agentes les aseguró que no pretendía matar a nadie y una buena parte de la mañana se la pasó entre sollozos.