Los productores: «El precio no ha subido tanto como los costes»

La horquilla en la que trabaja actualmente «es sostenible». Al menos de momento. Pero se mantiene a base de reducir los márgenes. Es decir, de aceptar tener menos ganancias. «Hace cinco años el saco de 40 kilos de pienso me costaba 15 euros. Ahora el de 25 me supone 16 euros». Y la subida «más exagerada» fue el año pasado. No obstante, el productor ha dejado el mismo precio por la docena de huevos que el que tenía en 2022. Ese es el balance si tiene en cuenta los elementos que intervienen en el proceso hasta el empaquetado. Los estuches y las bolsas de plástico «se han triplicado». Prácticamente no se libra nada. Pero es que a esa lista se suma el carburante, que ha aumentado «mucho» el precio. Otra subida importante que les ha supuesto «doblar el gasto en gasolina» porque se dedican al reparto a domicilio. En resumen, «todo va subiendo» así que a Sainz no le queda más remedio que buscar la fórmula para reducir esos gastos. Como por ejemplo utilizar placas solares o poner en marcha una huerta con la que cubrir parte de la alimentación de las gallinas y que así «coman menos pienso».

En la cesta de productos básicos también está la leche, y la conclusión es similar: «Nosotros hemos incrementado el precio de venta, pero también lo han hecho nuestros gastos, el diésel, la luz, lo que comen las vacas, los plásticos con los que trabajamos en la quesería...», enumera Ivón Entrecanales, titular de Granja Cudaña, con dos explotaciones de ganado frisón para la producción de leche en Labarces (Valdáliga) y en Bezana.

El peor momento fue a finales de 2021 y el primer trimestre del año pasado, cuando «el pienso estaba por encima del precio de la leche», añade. No obstante, más allá de los costes, el ganadero aclara que la leche está ahora a un precio «lógico» para el coste de producción. «Lo que no es normal es que haya leche por 59 céntimos. Está en torno a un euro y es lo lógico», explica. Ellos transforman el 25% de la leche y venden el porcentaje restante a la industria que la utiliza para vender otros productos.

En cuanto a su factura, cuenta Entrecanales que «las vacas comen unos 12 euros diarios mientras que hace un año eran 6 o 7». Aunque también ha aumentado lo que sacan de cada animal, que ha pasado de 12 a unos 20 euros. En ese balance, «nosotros estamos por encima de 50 céntimos y vendemos el litro a 61». Obteniendo ahí su pequeño margen industrial como «beneficio para seguir funcionando».

El recorrido continúa por la patata, que tampoco se escapa del encarecimiento: «A los agricultores les han subido los abonos y a nosotros nos desaparecieron los márgenes», explica David Fernández, de Patatas Vallucas. En su caso compran la materia prima a agricultores de Valderredible «a unos 55 céntimos el kilo» mientras que en grandes superficies la venta «supera el euro». Por el camino han visto como les ha subido el precio del plástico, del cartón, del aceite y del gasoil. Así que «estuvimos vendiendo a pérdidas y, al final, subimos el 15% para no perder dinero», añade Fernández.