El PSOE da el 'sorpasso' al PP y gana las elecciones en Cantabria después de 26 años

Frente a la victoria del PSOE, es especialmente reseñable la derrota sufrida por los populares, que después de los casi 140.000 votos que obtuvo en las anteriores elecciones generales (junio de 2016), ayer no llegó a los 78.000 pese a que, en los últimos días de campaña, las encuestas vaticinaron que el partido de Pablo Casado se estaba acercando a los socialistas y repetiría sus dos parlamentarios. No fue así y la comparación es más sangrante aún si se hace con el año 2011, cuando los populares de Cantabria llevaron cuatro diputados a Madrid. El PP sufrió esta sangría a manos de las otras dos formaciones de derechas pero, sobre todo, de un Vox emergente que, a su vez, no logró sumar lo suficiente para contar con su primer representante por la comunidad autónoma. Aún así, hay que anotar que el partido de Santiago Abascal pasó de registrar 709 papeletas hace tres años a contabilizar ayer 39.945. Se quedó a poco más de 5.000 votos de su objetivo.

El batacazo del PP fue aún mayor en la Cámara Alta: solo consigue un senador (será Javier Puente) frente a los tres del PSOE, que ha colocado a Isabel Fernández, Gustavo García y Rocío Rábago en el Senado. Con este resultado, se da totalmente la vuelta a la tortilla, porque hasta ayer eran tres senadores populares por solo uno socialista. Ana Madrazo, diputada en las cinco últimas legislaturas, ve así frustrada su aspiración de reconvertirse a senadora.

Cantabria, al igual que el resto de España, votó este domingo con más incertidumbre que nunca en los últimos años al haber seis partidos en liza para elegir cinco diputados y, en los últimos días las opiniones eran tan volátiles como en el resto del país: nadie se atrevía a poner la mano en el fuego por un desenlace u otro. A las cinco opciones nacionales –que ya sembraban suficientes dudas y habían vuelto locas a las empresas demoscópicas por el alto número de electores que se declaraban indecisos– en esta región había que contar además con los regionalistas, que no quisieron quedarse fuera de la carrera electoral estatal ahora que los comicios autonómicos están a la vuelta de un mes.

Sin embargo, todas las encuestas daban como ganador seguro al PSOE y se cumplió el pronóstico, si bien los socialistas se habían puesto el listón muy alto (querían conseguir tres diputados de cinco) y el reto fue imposible.

De hecho, la gran sorpresa, frente a las encuestas, la dio finalmente el partido de Miguel Ángel Revilla, que estaba seguro de colocar a José María Mazón en Madrid y lo logró. Los dos sondeos publicados por El Diario Montañés habían vaticinado que los regionalistas se quedaban con la miel en los labios. Pero ellos no dejaron de creer en sus posibilidades hasta el último minuto. «No puede ser que en las últimas autonómicas nos respaldara un 30% del electorado y, ahora, no logremos lo suficiente», argumentaba Mazón hace una semana esgrimiendo una encuesta propia. El futuro primer diputado del PRC acertó de lleno.

Junto a él, harán la maleta para el Congreso Luis Santos Clemente y María Jesús Calva por el PSOE, Diego Movellán por el PP (el exalcalde carmargués repite, porque ya fue parlamentario esta última legislatura) y Rubén Gómez, que fue capaz de mantener la posición para Ciudadanos.

Por otro lado, la realidad confirmó lo que los sondeos, obstinados, habían vaticiando para Unidas Podemos: tras haberse desmembrado el partido en los últimos tiempos, Luis del Piñal no pudo revalidar el escaño que en las dos legislaturas anteriores había logrado su predecesora, Rosana Alonso.

Los resultados se dieron en una jornada de gran movilización en la región, en la que subió la participación un 5% hasta un reseñable 78% de los electores. Y en los grandes municipios de la región, se vio en líneas generales el ascenso socialista y la caída popular. En Santander, el PSOE ganó al PP por algo menos de un millar de votos. Los de Casado perdieron cerca de la mitad de sus votos en la capital, en donde Ciudadanos creció, pero Vox se hizo con la cuarta plaza y logró reunir 12.654 votos, lo que le situó por delante del PRC, que quedó anteúltimo en el ranking de los grandes partidos que se presentaban. Podemos se hundió sin paliativos: pasó de más de 16.000 papeletas a menos de 10.000.

Torrelavega, por su lado, ha vivido el renacimiento del PSOE, partido que no ganaba allí desde hacía 10 años. Pero ayer lo hizo con poderío, casi doblando el votos al PP (que fue la segunda fuerza), lo que tiene gran mérito, porque en 2016, socialistas y populares habían quedado muy igualados. También este resultado es explicable por la división de esfuerzos, ya que Vox se hizo con la confianza de 2.755 personas. Los terceros en liza fueron los regionalistas, que lograron el respaldo de más de 5.000 electores, lo que les llevó a superar a Ciudadanos. Ligeramente por debajo se ubicó Podemos, que se quedó en la mitad.

En Castro y Camargo, los otros grandes municipios de la región, vieron un revivir del voto socialista. En Castro, el PSOE acabó con la hegemonía de Podemos de los últimos cuatro años, mientras que en Camargo el partido de Pedro Sánchez se llevó el 26% de los votos, con lo que cambió de color. Los populares perdieron en este ayuntamiento (precisamente el del diputado Diego Movellán) casi la mitad de los votos que lograron en 2016.