El Puerto forja su gran salto competitivo con una inversión de 170 millones en dos años

Sobre ambos ámbitos se ha propuesto actuar la Autoridad Portuaria (APS), a través de una inversión en dos años –el actual y el siguiente– de 170 millones de euros procedentes de los Presupuestos Generales del Estado con el objetivo de que el Puerto de Santander experimente el mayor avance de su historia en competitividad. Esa inyección económica busca resultados concretos. Lo decía el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, el pasado miércoles durante su intervención en el Foro Económico de El Diario Montañés:«Va a suponer, ni más ni menos, el incremento de un millón de toneladas al año. Un puerto que se ha estado moviendo en el entorno de los 5 o 6 millones de toneladas desde que yo iba a estudiar a Bilbao, el año que viene podrá estar en los siete». Esas son las dimensiones del salto gracias a acciones como la creación de la nueva terminal de contenedores, la de fertilizantes o la renovación y ampliación de muelles para barcos de mercancías y pasajeros.

Hasta que entre en servicio el centro logístico de La Pasiega, que hará las veces de puerto seco como complemento a Santander, el Puerto puede crecer físicamente solo de dos maneras. En altura, como ocurre con el nuevo silo de vehículos, que supondrá una inversión de 19 millones de euros para crear una primera planta que albergará 7.000 vehículos –hay otros 51 millones adicionales para empezar en los próximos meses las tres plantas superiores–, o recuperando muelles que estaban viejos o en desuso. «Como decidimos no rellenar más bahía, si queremos crecer es hacia arriba. Hay que trabajar ahí con los vehículos si queremos seguir siendo el mejor puerto de España en este tipo de mercancía», recuerda el presidente de la APS, Francisco Martín.

Crecer a través de la «racionalización y la optimización de espacios». Hay unos cuantos ejemplos:en el muelle 9 de Raos se invertirán 30 millones de euros para generar 291 metros de longitud nuevos que estarán operativos el año que viene para líneas transoceánicas como las que transportan los vehículos que se importan o exportan y en el muelle 6 de Raos comenzará a ejecutarse en unos meses una obra de 12 millones para crear 200 metros de nueva infraestructura para atraque de buques graneleros y de mercancía en general.

Las inversiones públicas se están llevando a cabo porque hay iniciativa privada que lo demanda y que también está invirtiendo en Santander. «Un puerto bien balanceado es el que cuenta con ambas inversiones. Si solo hubiera inversión pública querría decir que no hay empresas operando, y no es el caso», apunta Martín, que utiliza un símil futbolístico para explicar cómo funciona este negocio. La Autoridad Portuaria es la que cuida del césped y pinta las rayas de las áreas, pero quienes juegan y mueven el balón son otros. Eso es lo que ha pasado, por ejemplo, con la nueva terminal de contenedores, a la que acaban de llegar las dos grandes grúas de la empresa Boluda. El Puerto de Santander construye los muelles, tarea en la que empleará 20 millones de euros, y Boluda –la concesionaria– hace lo propio con la terminal que se encargará de mover todas las cargas, con una inversión equivalente a lo largo de 40 años.

Todas las inversiones «son operativas». Es decir, todas se hacen para ganar en competitividad, no para lograr una mejora estética o de aspecto. Eso no quiere decir que las obras no vaya a tener un impacto positivo en la integración del Puerto de Santander en la ciudad. «Están llamadas a mejorar la calidad de vida de los vecinos de los entornos portuarios» y del resto de ciudadanos que paseen por la zona. Así ocurrirá con la nueva terminal de ferris. Se invertirán 37 millones en una serie de actuaciones en cadena. Lo primero será construir un nuevo muelle –el anterior se ha demolido porque estaba en avanzado estado de deterioro– de 375 metros en los tramos 1 a 4 del muelle de Maliaño, frente a la Biblioteca Central y el Barrio Pesquero. En ese espacio podrán atracar los ferris de las líneas regulares que ahora utilizan la estación marítima. Y posteriormente la estación marítima se destinará a recibir a los cruceros y a los pequeños buques. Además, en Maliaño 1-4 habrá también espacio suficiente para la estación de gas licuado –también con la fórmula de concesión– para que las naves puedan repostar.

Hay un conjunto de pequeñas inversiones para mejorar las conexiones ferroviarias internas y para que todas las terminales de operadores tengan acceso a ellas, pero entre las grandes inversiones destaca también la creación de la nueva terminal de fertilizantes, que si no se ve afectada por los retrasos debería empezar a operar en enero de 2023 tras unas obras de 8 millones de euros y la concesión a Cobasa de su gestión.

Terminal de fertilizantes, la de carbonato sódico, la de carbón, la de papel, la de cementos, la agroalimentaria... «En Gijón destacan en hierro, en Bilbao en petróleo. Nosotros no podemos competir con esos puestos en cifras, tenemos que competir en especialización y en diversificación», defiende Martín, que afirma que gracias a esta apuesta de negocio, el Puerto de Santander no tiene ningún cliente crítico de esos cuya salida supondría la quiebra de la institución. En cualquier caso, la idea es buscar aún más espacios.

A medida que se crean nuevas terminales especializadas que ocupan los muelles, la Autoridad Portuaria piensa en cómo conseguir más huecos para albergar futuros negocios. Y que haya muelles para imprevistos: «Seguir teniendo la elasticidad que tenemos. Aunque no sea lo habitual, tener capacidad para cargar desde Santander la mayor tuneladora de Europa o poder descargar palas de aerogeneradores». No está aún en el plan de inversiones, pero los siguientes pasos cuando la oferta actual se complete será Maliaño 5-8, que incluye el trozo de muelle que se vino abajo por su antigüedad el pasado año y otro trozo «que nunca se construyó y no entiendo muy bien por qué».

La conclusión: «Tenemos el Puerto levantado en obras, dibujando un futuro que poco se va a parecer al pasado, un puerto que históricamente fue granelero, le estamos haciendo migrar hacia un puerto elástico que va a poder dar servicio a casi cualquier cliente», afirma el consejero de Industria, Javier López Marcano. Además de recordar las sinergias que se crearán entre el Puerto y La Pasiega, el regionalista suma a todo lo anterior el potencial de crecimiento que tiene con las futuras conexiones de AVE con Palencia, que ya tiene varios tramos en ejecución, y especialmente con Bilbao, un proyecto que cuenta también con el apoyo del Gobierno vasco, pero cuya ejecución se encuentra en un horizonte temporal mucho más lejano.