«Queremos seguir en la Ciudad del Transporte; y si no, en el entorno del arco de la bahía»

El consejero de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Roberto Media, habló ayer de nuevo sobre este asunto. «Si tenemos que esperar a que se acabe La Pasiega para empezar a construir la Ciudad del Transporte allí -como propuso el anterior Ejecutivo-, no sería viable con los plazos que maneja el Puerto para abandonar la actual ciudad transportista», aseguró tras ser preguntado por la prensa durante un acto. A falta de conocer la opinión final del Puerto de Santander -por la respuesta de Media, el desalojo-, que es el titular de los terrenos que recuperará el próximo 30 de junio tras 35 años, la comunidad de propietarios y las empresas de la Ciudad del Transporte piden a César Díaz, presidente de la Autoridad Portuaria (APS), que atienda sus ruegos. «Nuestra intención, pese al anuncio, es no irnos. La faena que nos hacen es muy gorda», aseguran.

Lo peor para los afectados, según comentan, es la «incertidumbre». Sabían que la concesión expiraba este año, pero también confiaban en recibir una solución. El director de Citrasa, José Luis Blanco, lleva un tiempo visitando a todos, explican, «para escucharnos» y también «para preguntarnos por nuestras necesidades y cuál sería la ubicación que mejor nos vendría». Pero les gustaría conocer su futuro con más certeza.

La Ciudad del Transporte está al completo. Actualmente, cuenta con 38 empresas en sus instalaciones, la mayoría dedicadas al sector que la da nombre. De hecho, gran parte de los paquetes que llegan a todos los hogares de Cantabria se centralizan allí. En Citrasa se encuentran compañías como Redur, TDN, Arrubor, Azkar, DB Schenker, Correos Exprés... «Es una buena chapuza la que nos quieren hacer si finalmente nos mandan salir», afirma Raúl Zamanillo, gerente y propietario de Transportes Arrubor. «A nosotros nos pagan por repartir, no por el lugar desde el que lo hacemos. No podríamos irnos muy lejos. Si no, nos arruinaríamos», añade. «Tengo 7.200 metros cuadrados en naves y 52 trabajadores en nómina. Ese es otro problema, el de los puestos de trabajo. Las autoridades deben también tenerlo en cuenta antes de tomar una decisión definitiva», apostilla.

«El problema es que, aunque lo busques, no hay en toda Cantabria ni una sola nave disponible con muelles de carga, que es lo que precisamos los de nuestro sector», apunta Antonio Gallego, gerente de la delegación de TDN en Cantabria, que cuenta con treinta empleados entre personal propio y trabajadores autónomos. «Yo solo necesitaría unas quince con muelles a un lado y quince a otro. Aquí cada día entran entre 21 y 25 camiones cargados de mercancías que luego hay que distribuir», recalca el gerente de Arrubor. «No podemos irnos tan lejos como a La Pasiega, como pretendía el Gobierno anterior. Tenemos que quedarnos en el entorno de la bahía», concluye. La Ciudad del Transporte está ubicada en un enclave privilegiado. Pegada a Santander, ocupa una parcela de más de 101.000 metros cuadrados entre la autovía A-67 y la S-10, que conecta posteriormente con la A-8. «No hay mejor zona que en la que ya estamos», señalan los responsables de ambas empresas de transportes.

Pero el suelo es del Puerto, que en 2019 accedió a conceder una prórroga por cinco años más. Sin embargo, la empresa concesionaria es Citrasa, que depende de la Dirección General de Transportes. Las empresas que allí trabajan tienen adquirido un derecho de uso hasta el 30 de junio. Por tanto, entienden que «la solución» deben aportarla desde el Gobierno cántabro.

Su gran duda sigue siendo cuál es la postura del Puerto, propietario del suelo. Aunque la ley impide conceder una nueva prórroga, les gustaría saber si la Autoridad Portuaria estaría dispuesta a encontrar un «encaje legal» para que no tuvieran que desalojar la instalación; o si, por el contrario, lo que desea es recuperar la superficie y de esta manera ganar espacio libre para continuar con el proceso de crecimiento experimentado a lo largo de los últimos años.

Las dos principales asociaciones de transporte pesado de mercancías por carretera, Aetrac y Asemtrasán, tienen otro problema: dónde meter los más de 200 camiones que aparcan en algunas de las 230 plazas con las que cuenta la Ciudad del Transporte. «Hay que buscar una solución. Decir ahora a una persona que lleva estacionando aquí su camión más de 30 años que no puede hacerlo, es un problema», explica Gerardo Pontón, secretario general de Aetrac. «Tiene que haber alguna alternativa. El Gobierno y el Puerto tienen que entenderse, quizás podría ser la Autoridad Portuaria la que gestionase a partir de junio la explotación», reflexiona.

No todas las empresas ubicadas en Citrasa están relacionadas con el transporte. «La idea de todos es quedarnos donde estamos, pero si no queda otra tendrán que ofrecernos una alternativa. El señor Revilla ofreció La Pasiega, pero nunca ha llegado», afirma Asís Peñalver, uno de los propietarios de Bodegas Máximo Bolado. «Para nosotros este es un lugar estratégico», añade.

El fin de la concesión este año ha traído consigo otro problema aparejado: la falta de inversiones en una instalación con un asfalto deficiente, con gran cantidad de baches y escasa iluminación. «Teníamos previsto un plan de inversiones para reasfaltar y acometer otras necesidades, pero decidimos pararlo ante el fin de la concesión. Es lógico, nadie quiere gastar dinero si sabe que tiene que marcharse», afirma Diego Cagigal, propietario de la nave donde está instalado un taller de neumáticos de la marca Michelin.

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