La quita de deuda que rechaza Cantabria pagaría Valdecilla y los centros de salud durante un año

La mejor manera de comprender lo que significa para Cantabria un mordisco de 809 millones a su deuda es compararlo con sus presupuestos, tal y como se puede ver en la ficha anexa. Con ese dinero, el Gobierno regional puede cubrir los gastos de todo el año de cinco de sus consejerías: Fomento, Presidencia, Industria, Desarrollo Rural y Cultura y Turismo. Con esa cantidad también se financiarían las cuentas de los tres hospitales de la región (Valdecilla, Sierrallana y Laredo) además de las de todos los centros de salud de Atención Primaria. Incluso, le llegaría para construir cinco veces los dos grandes proyectos que tiene entre manos: el polígono de La Pasiega y el Mupac.

A pesar de estos números, la presidenta cántabra, María José Sáenz de Buruaga, insistió ayer en su rechazo frontal a la propuesta de Hacienda, en la misma línea que la expresada por Feijóo. «Es una trampa y una maniobra trilera que supone el pago de la factura al independentismo para que Pedro Sánchez continúe en el poder», denunció la dirigente popular.

Buruaga explicó que «la deuda no se evapora», sino que «se redistribuye y se reparte entre todos los españoles, que vamos a tener que pagar la nuestra y a escote la catalana». Además, subrayó que la propuesta esconde una «discriminación» a Cantabria, con una quita 2,3 puntos por debajo de la media nacional.

Su consejero de Economía, Luis Ángel Agüeros, también criticó que se desconozca la fórmula de implementación de esa quita, si bien avanzó que Cantabria «no estaría de acuerdo» con una mutualización de la deuda porque esta «no desaparece por arte de magia».

Por su parte, la diputada y portavoz del PRC, Paula Fernández, mostró la preocupación de su partido ante la «falta de reacción» de Cantabria en la reforma del sistema de financiación autonómica y cuestionó al Gobierno regional sobre los estudios preparatorios. «El Ejecutivo autonómico está convirtiendo a Cantabria en rehén de los intereses electorales de Feijóo», denunció.

Al otro lado del espejo, el nuevo secretario general del PSOE de Cantabria, Pedro Casares, tachó de «irresponsable e injusta» la decisión del Partido Popular de renunciar a la condonación de esos 809 millones de euros de deuda regional. Para el socialista, «un Gobierno que está recortando los servicios públicos y que quiere convertir los derechos en negocio con la sanidad y la educación pública no puede permitirse el lujo de renunciar» a esa propuesta.

Con las acusaciones vertidas por Buruaga, añadió Casares, la dirigente popular «demuestra un seguidismo más propio de una 'hooligan' que de una presidenta autonómica», concluyó el dirigente socialista.