Una recepción más de andar por casa

Desde el Ejecutivo avisaron por la mañana. Revilla no va. «Ya veremos si mañana -por este viernes- puede estar en Fitur si la cosa mejora, pero a lo de hoy no va», comentaban desde su círculo. Y ya eran conscientes de que sin él, el tirón de la convocatoria no se iba a desbordar como los ríos cántabros. «Hay confirmados que al avisar de la ausencia del presidente, obviamente, no van a ir». Como dicen ahora, 'No Revilla, no party' (sin Revilla no hay fiesta). Así que el papel de anfitrión le ha correspondido al consejero Francisco Martín y a la directora general de Turismo, Eva Bartolomé. Ha sido una cita más íntima. Con la degustación de productos regionales y con la colaboración de empresas locales del sector agroalimentario. De hecho, la hostelería ha acaparado el protagonismo. Han vinculado la propuesta a los restaurantes madrileños con lazos cántabros y han puesto al frente de la cena a Pedro Larumbre y a José Manuel de Dios. Pero en el salón Seve Ballesteros del edificio han estado los representantes de las asociaciones de Hostelería, Turismo Rural o Campings y los propietarios de un buen puñado de restaurantes de la región.

A ellos se ha dirigido Martín desde la tribuna. «Sé que soy la gran decepción de la noche», ha bromeado por el «desagradable» papel de sustituir a Revilla después de expresar una y otra vez que lo importante del día eran «las personas». Los afectados por las inundaciones. El consejero ha hecho un par de anuncios. Que el aeropuerto dispondrá de una línea de marzo a octubre con dos vuelos semanales a Gran Canaria (hasta ahora había una de Air Nostrum que sólo operaba unas pocas semanas) y que este año recalarán en Santander más de 23 cruceros. Se ha felicitado por la buena marcha del turismo, ha reclamado la mejoría del tren y ha invitado a todos a disfrutar de la noche «pese a todo». Lo ha hecho ante una sala menos abarrotada que otras veces y que en la primera fila contaba con el presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, o el de Enerclub, Miguel Antoñanzas. Allí estaba también el marqués de Santa Cruz, Álvaro Fernández-Villaverde, el consejero de Economía, Juan José Sota, y la mujer de Miguel Ángel Revilla, Aurora Díaz, que ha colaborado como anfitriona en la recepción de los invitados.

Ha habido rostros conocidos del deporte (Vicente Miera), la cultura (Pedro Crespo de Lara), del mundo del cine (Rodolfo Montero), de la música (Nando Agüeros) o del ámbito académico (la nueva rectora de la UIMP, María Luz Morán). Todos de casa, como el presidente del Puerto de Santander, Jaime González, y un buen número de directores generales del Gobierno. Sin los 'televisivos' de otros años. Si uno repasa la lista política, por la Casa de Cantabria ha pasado (además de Sota, del PSOE) representantes de Ciudadanos (Félix Álvarez) y, sobre todo, del PRC (Pedro Hernando, entre otros). Pero en esa lista política ha destacado, principalmente, la presencia de la alcaldesa de Santander, Gema Igual, que ha hecho también de cabeza visible del Partido Popular. Una de las anécdotas de la noche es que Martín se ha acercado a la edil para invitarla a sentarse en las primeras filas del salón.

Alcaldes, más allá de la capital, hubo unos cuantos. Y a falta de personajes populares que acapararan protagonismo, ellos subieron un escalón en el evento. Estaba Teresa Noceda (Comillas), Rosa Díaz (Polanco), Miguel Ángel Ruiz (Noja), José De la Hoz (Bareyo), Óscar Villegas (Puente Viesgo, con el exalcalde Rafael Lombilla), Ángel Sainz (Villacarriedo), Secundino Caso (Peñarrubia) o Leoncio Carrascal (Arredondo), entre otros. Porque la lista, en esto, era larga.

Igual que la de los empresarios o altos cargos del sector financiero. ha estado, por ejemplo, Carlos Hazas (Banco Santander), Maribel De Luis (Repsol) o Jorge Oliveira (Solvay). También Santiago Díaz (Ascán), Tomás Pascual (Grupo Pascual), Dolores Cruz (Espasa) Pilar Baqué (Dromedario), Gonzalo Gómez (Armando Álvarez) o Felipe Varela (Dynasol). Y, con ellos, otros nombres conocidos del mundo regional de la empresa como Antonio Casado o Manuel Huerta.

A todos les han entregado, dentro de esa labor de vender Cantabria, una bolsa promocional de Ribamontán al Mar con productos de la tierra (incluido un dulce bautizado como surferitas) y a más de uno le ha llamado la atención el colorido diseño de las corbatas y los pañuelos de la gente de Turismo (obra de Okuda).

Luego, acabados los discursos, ha tocado charla en los corrillos. Con el eco de la palabras de Revilla que sonaron en la sala. «Este es el Fitur que nos ha tocado, pero hay que estar a lo que hay que estar». Aunque fuera en vídeo. Porque la tromba de agua de casa también mojó Fitur.