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Cantabria permanece enfrascada en una explosión de contagios a pocas horas del arranque de las fiestas y este jueves vuelve a marcar un nuevo hito desde que comenzó la pandemia: 846 casos en un solo día. Con esta ya son tres las jornadas consecutivas en ... las que la comunidad anota el máximo histórico de la pandemia. El miércoles se alcanzaba el pico desde finales de julio con 496 casos y solo dos días después, esta cifra se dispara más de un 70%. ¿El resultado? La línea que dibuja los contagios diarios en esta sexta ola ya se asemeja más a una pared vertical que a una curva como tal. La velocidad de propagación del virus también se refleja en la positividad, que este jueves aumenta en un punto y ya se sitúa en el entorno del 13,6% (riesgo alto).
Y no parece que la situación vaya a mejorar en los próximos días con el arranque de la mayor interacción social, cenas familiares y quedadas mientras la variante Ómicron (que en las muestras cribadas durante esta semana ya representa el 46%) circula desbocada por la región. Una situación en la que se encuentra inmerso todo el país tras marcar ayer el récord de contagios de la pandemia con 92.912 infectados en solo 24 horas y una incidencia que se dispara hasta los 911 contagios por cada cien mil habitantes. En el caso de Cantabria, este indicador permanece por debajo de la media nacional pero ya se sitúa en el máximo registrado en la comunidad desde que comenzó la crisis sanitaria, con 818 casos por cada cien mil habitantes tras un salto vertiginoso de más de un centenar de puntos en las últimas horas. De hecho, este indicador prácticamente se ha duplicado en una semana, cuando se registraban 436 casos por cada cien mil. La acumulada en la última semana también refleja la explosión de contactos y crece 98 puntos en un día.
En esta vorágine de cifras de récord, también hay espacio para los datos alentadores. A pesar del embate de la sexta ola durante esta semana, la presión hospitalaria en la comunidad se alivia en las últimas horas con un centenar de pacientes ingresados por las complicaciones del virus, cuatro menos que la víspera, lo que supone una bajada de la ocupación hasta el 6,3% (riesgo medio). Por su parte, el número de pacientes con virus que lucha por su vida en la UCI se mantiene invariable respecto a la jornada previa con 24 enfermos, lo que mantiene la ocupación de camas en riesgo alto con un 17%.
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Laura Fonquernie
El estallido de casos no se refleja, por el momento, en un incremento exponencial de hospitalizaciones. El virus ha demostrado en varias ocasiones que su comportamiento es impredecible, pero lo cierto es que el efecto de las vacunas, con más del 83% de la población cántabra inmunizada, tiene sus efectos en esta sexta ola.
El dato fundamental para explicar la diferencia entre la situación actual y anteriores ondas es el número de defunciones. En los 23 primeros días de diciembre del año pasado -con una incidencia menor (era de 162 casos por cien mil habitantes a catorce días), un número de contagios mucho más reducido y ningún cántabro vacunado- fallecieron 61 personas en la región. En lo que va de este mes, con tres jornadas consecutivas de récord de positivos y la incidencia totalmente desbocada, pero con una cobertura vacunal muy alta, la lista de víctimas mortales es de diez, seis veces menos que en 2020. En las últimas horas, Sanidad no notifica ningún fallecimiento a consecuencia del virus.
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