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Previa aprobación esta misma mañana en el seno de su Consejo de Gobierno, la Universidad de Cantabria va a desplegar una nueva tanda de medidas dirigidas al ahorro energético. Tal y como consta en el documento que la UC ha presentado, el consumo de energía ... supone hasta un 2% de los presupuestos anuales de las instituciones que ofrecen educación presencial en España. Pero en las circunstancias actuales, atravesadas por la invasión rusa de Ucrania y el encarecimiento de muchos suministros, la UC estima que el gasto energético en 2023 en las universidades españolas puede «llegar a suponer entre el 5,5% y el 6,5%» de las cuentas del año.
Atendiendo al marco regulatorio existente, a los cambios en la contratación y a los pasos dados para comprar la energía de forma más eficientes, la UC ha hecho un detallado análisis de sus consumos, basados «casi exclusivamente» en electricidad y gas natural. Las gráficas que miden el gasto apuntan alto desde 2022, hasta el punto de que las simulaciones del coste del consumo de gas natural en el escenario actual de crisis energética «estiman un incremento de alrededor del 350% sobre el valor añadido de los años anteriores». En el caso de la electricidad, contrato nuevo mediante, las proyecciones superan aumentos del cien por cien. Con todo, la previsión de la factura energética supone en 2023 un gasto presupuestario de 4,67 millones de euros, más del 143% si se compara esta cifra con la de 2022.
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¿Qué hacer? Aprobar un Plan de Sostenibilidad para «conseguir una reducción del consumo energético de un 15%». Es un objetivo «alineado» con el Plan Estratégico 2019-23 de la UC y para lograrlo, la Universidad ha fijado varios niveles de actuación, que, en resumidas cuentas, apuntan a las racionalización de los horarios de apertura de los centros, topes en los valores de los sistemas de calefacción y refrigeración e impulso al compromiso de las plantillas con el ahorro. Como ya expresó el rector, Ángel Pazos, en una entrevista reciente en El Diario Montañés, la idea es «poner nuestro granito de arena».
A nivel de centros, la UC fija varias medidas. Para empezar, habrá una persona designada como «delegada» en materia energética en cada uno de ellos, que hará de enlace con el Servicio de Infraestructuras. Al igual que el personal de limpieza, la UC apunta a los conserjes como personal fundamental en el «control del consumo energético de los centros»: conocen el espacio, lo usan fuera del horario lectivo, pueden revisar si las luces están apagadas o pueden ajustar los valores de la temperatura y la calefacción. ¿A cuánto? Si no hay control remoto, la calefacción estará a un máximo de 19º y los sistemas de refrigeración, a un mínimo de 27º.
De hecho, la calefacción es un «factor clave» para contener el gasto en gas natural. Más allá del «proceso de actualización» de muchas instalaciones -renovación de calderas o de los sistemas de control, entre ellos-, la Universidad «está procediendo» a actualizar algunos edificios que, por su antigüedad, «requieren actuaciones importantes en la carpintería y la piel exterior».
¿Y qué medidas concretas fija la UC en este sentido? Por un lado, la calefacción funcionará del 15 de noviembre al 15 de marzo; se desconectará siempre que en el exterior la temperatura sea superior a los 14º y su horario de uso será de 8.00 a 12.00 horas (con encendido a las 7.00 horas los lunes y los días posteriores a un festivo), y de 16.00 a 18.00 horas por la tarde. Nada de equipos individuales de calefacción más allá de las excepciones aprobadas por Infraestructuras.
La UC, además, ha dado luz verde a un conjunto de medidas organizativas que pasan por la «reducción de los horarios de apertura de los edificios en los periodos con actividad docente». La Universidad propone, a modo de referencia, que «en el inicio del segundo cuatrimestre se haya conseguido reducir el horario de apertura en, al menos, una hora y media diarias». En los tramos sin actividad docente, se plantea el cierre del edificio «durante, al menos, dos semanas en verano y una semana en las vacaciones de Navidad», así como la «limitación de horarios» de apertura de los centros a la franja comprendida entre las 9.00 y las 14.00 horas.
También se fija como meta la UC una reducción del número de instalaciones de estudio abiertas durante el fin de semana y las jornadas festivas, y una «limitación de los horarios» de las bibliotecas y espacios para estudiar durante los periodos de preparación de los exámenes.
Habrá, por otro lado, medidas de cumplimiento generalizado que la UC ya aplica en muchos casos. ¿Cuáles Los ordenadores, impresoras o escáneres estarán apagados fuera del horario laboral, así como el equipamiento de los laboratorios, sin actividad cuando no se utilice. Además, la UC prohíbe el uso de «equipamiento particular de climatización», a excepción de los casos que reciban permiso del servicio de Infraestructuras de la UC.
Por otro lado, los servicios centrales tendrán que poner en marcha «campañas de formación e información sobre el uso de la energía». En la UC no se encenderá ninguna iluminación con carácter ornamental o meramente estético; se implementarán políticas de apagado de la maquinaria más eficaces y se tomarán medidas para una refrigeración de los Centros de Proceso de Datos (CPD) más ajustada a la realidad que vivimos. Estas infraestructuras consumen bastante energía, por lo que «de forma coordinada con sus gestores, se valorará el incremento de su temperatura de consigna siempre dentro de los límites técnicos definidos por los fabricantes».
Y más. «Se procederá a la desconexión de termos eléctricos y calentadores de agua individuales en aseos y laboratorios, salvo en los vestuarios del Pabellón de Deportes y vestuarios del personal», además de a la desconexión de «secamanos de aire caliente» en los aseos (mejor secarse con papel). No obstante, si hay termos imprescindibles en algún laboratorio en concreto, se acordará un horario de uso.
El Consejo de Gobierno celebrado hoy ha abordado otros muchos temas generales, de ordenación académica y profesorado, campus e investigación y política científica.
Entre ellos destacan la aprobación del Código de Buenas Prácticas de Investigación de la Universidad de Cantabria y el Registro de Grupos de Innovación Docente. También se acordó modificar varias normativas: la de Doctor Honoris Causa, la de programas académicos con recorridos sucesivos en el ámbito de la Ingeniería y la Arquitectura, las de estudios de grado y máster, los parámetros de ponderación para la admisión al Grado en Ingeniería Civil, el Reglamento de Régimen Interno de la Biblioteca, el Reglamento del Comité de Ética de Proyectos de Investigación y el Reglamento del Comité de Bioética.
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