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'Festina lente'. La cita, atribuida por la historia a Augusto César, fue uno de los latinajos –frases célebres procedentes del latín– que seleccionaron el pasado año los alumnos de cuarto de la ESO del Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega. En vez ... de escribirlas en la pizarra y preguntarlas en el examen, su profesor tuvo la ocurrencia de recopilar distintas alocuciones clásicas que han llegado hasta nuestros días y llamar al Grupo Dromedario para que las insertara en los azucarillos que se sirven en las cafeterías de Cantabria, acompañadas de una breve reseña. La traducción sería algo así como 'Apresúrate despacio' y el impulsor de este proyecto docente fue Francisco Javier López Marcano, que tras su salida forzosa de la primera línea de la política regional en 2015 volvió a su profesión mientras muchos de sus compañeros de generación optaban por prejubilarse.
El número dos del Partido Regionalista de Cantabria y hombre fuerte de la formación en la comarca del Besaya probablemente no pensaba en sí mismo cuando propuso a sus alumnos esas dos palabras con las que el primer emperador de Roma recriminó a uno de sus comandantes las ansias por querer avanzar en la estrategia militar. O sí. Marcano ha estado preparando su regreso. Ha preparado el terreno desde que, por iniciativa propia y para no poner a Miguel Ángel Revilla en el compromiso de tener que pedírselo, el de Tanos dejara su escaño y renunciara a sentarse en el Consejo de Gobierno, tal y como pedía Podemos para permitir al PRC sacar adelante un nuevo bipartito con los socialistas. Con cinco procesos judiciales a sus espaldas, en aquel momento con algunos de ellos ya cerrados, los morados se cobraron esa pieza como símbolo de la regeneración política que querían llevar al Parlamento regional.
«Si decidimos que el pacto de Gobierno es más importante que cualquier otra cosa, entonces se le planteará la situación. Y Javier, por lo que sé hasta ahora, ha manifestado que es una persona de partido y sabe que lo importante es Cantabria, el Gobierno y el PRC», insistía a la entrada de aquella reunión con Podemos el negociador jefe de los regionalistas, el desaparecido Rafael de la Sierra. Aquella renuncia se consumó el 8 de junio de 2015. Desde entonces y hasta el pasado viernes, cuando El Diario publicó la vuelta de Marcano al Ejecutivo para ocupar la vacante en la Consejería de Industria que dejará Francisco Martín, futuro presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, han pasado 2.047 días.
El cuatro veces consejero regionalista de Cultura, Turismo y Deporte –primero durante el pacto con el PP y después con el PSOE– ha esperado tranquilo más de cinco años. Pasado este tiempo, el único partido de la comunidad autónoma que en los últimos tiempos ha sido capaz de lavar en casa unas disputas internas de las que no es ajeno, escenifica el reencuentro de dos de sus figuras históricas: Revilla y Marcano, los dos responsables, junto a De la Sierra, de gran parte del trabajo que por primera vez permitió en 2019 al PRC ganar unas elecciones autonómicas en Cantabria después de cuatro décadas de pico y pala.
Si gran parte del éxito exterior de Revilla –convertido en fenómeno mediático nacional con presencia casi diaria en las televisiones– tiene que ver con su capacidad para vender las bondades turísticas de la región, Marcano fue el brazo ejecutor de esas políticas. El que impulsó la marca 'Cantabria Infinita', convirtió en un evento fastuoso el Año Santo Lebaniego, revitalizó la oferta turística o recuperó la cueva de 'El Soplao', que también le trajo algo más que quebraderos de cabeza por vía judicial. Quizás porque, por encima de la burocracia, Marcano ha sido un 'solucionador'. Materializar las ideas, casi siempre fastuosas. Frente a los despachos, su gestión ha sido de calle y boleras. Allí, en el momento, levantaba el teléfono y buscaba la fórmula para que una banda de música que no tenía medios pudiera hacer un pequeño concierto. Y mucho más si la petición llegaba desde Torrelavega.
Las cinco estaciones del Viacrucis judicial de Marcano empezaron con el 'caso La Carmencita'. La Asamblea Ciudadana Por Torrelavega (ACPT) fue la primera que le llevó ante los tribunales por su gestión como alcalde de Torrelavega (1999-2003). La formación de izquierdas también puede atribuirse el mérito de haber contribuido a sembrar la sombra de la duda sobre su persona, dibujándole –literalmente, en carteles y mensajes electorales– como el Don Vito del PRC. A eso se sumó la sucesión de sumarios en los que su nombre era protagonista. El de la Casa de los Gorilas de Cabárceno, el aerogenerador experimental de Campoo... Pese a su talante conservador, casi siempre por la presión del PP, que miraba con lupa cada uno de sus pasos. Hasta llegar al 'caso Racing', un equipo que no es el de sus amores, pero que le ha dado más disgustos que el Real Madrid o la Gimnástica. Bajo su mandato se regó con dinero público al conjunto de la capital y la gestión de aquel Gobierno derivó en una crisis deportiva que hoy continúa.
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Quedó absuelto en 2018, pero los últimos flecos judiciales no se resolvieron hasta enero de 2020. Desde entonces, incluso antes, se ha encargado de restaurar su imagen sin dejar de exhibir músculo y lanzar un aviso a navegantes como presidente del partido en Torrelavega. La agrupación regionalista más importante de Cantabria ha anunciado a bombo y platillo cada archivo judicial con un homenaje para mayor gloria del líder. «Me deben la rehabilitación, confío en que Revilla me la dé, iré donde él me pida», decía a este periódico al despejarse su horizonte judicial. Y Revilla cogió el guante, aunque no dio fecha.
Es imposible saber cuáles habrían sido los designios del presidente regional si no se hubiera producido la salida voluntaria de Jaime González del Puerto y su sustitución por Martín para hacer hueco en el Consejo de Gobierno. Pese a las normales suspicacias, hay pocas dudas sobre que el movimiento no ha sido forzado. Sí planificado, desde que el Gobierno vio que era imposible retener a González más tiempo en la APS como pretendía, pero no forzado por la necesidad de acomodar a Marcano. En una consejería de Industria en la que tendrá pocas alegrías por la situación económica, Revilla estudia desgajar Turismo de Educación y dárselo –dados los antecedentes– al nuevo fichaje. Un movimiento que desaprueba el sector industrial, que cree que Turismo se convertirá en la 'niña bonita' y lo demás quedará relegado a un segundo plano.
Augusto, de cuya boca salió ese 'Festina lente', también fue el impulsor de las Guerras Cántabras. Incluso dejó su palacio de Roma para dirigir personalmente la campaña militar. Ganó en una contienda tan dura como la que se puede abrir ahora por la sucesión en el PRC. Los guerreros que ya están luchando son buenos, pero Marcano, además de conocer como pocos el terreno, sabe latín.
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