La resurrección política de Marcano revuelve las aguas del partido y abre de nuevo el debate sobre la sucesión

A dos semanas para cumplir 66 años, la media década que ha estado calentando en el banquillo ha permitido a Marcano coger fuerzas suficientes para colocarse en un lugar de privilegio. Y al mismo tiempo, para que en las cafeterías y los lugares de trabajo salga a relucir un debate que hasta ahora Revilla había logrado mantener relativamente silenciado más allá de las conversaciones de partido: el de su relevo. Para cuando toque.

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Reencuentro regionalista cinco años después

Frente al gusto por sacar los trapos sucios a relucir de PP, PSOE o Ciudadanos –ya no digamos Podemos antes de su refundación en Cantabria–, los regionalistas han sabido ocultar sus movimientos internos, pero eso no quiere decir que no los haya. La prueba es que cuando ha llegado el momento de crear una lista electoral o esperar a que Revilla decidiera si volvía o no a presentarse, sobre el futuro del PRC los periodistas preguntaban únicamente a tres o cuatro personas: los consejeros de Presidencia y Ganadería, Paula Fernández Viaña y Guillermo Blanco y el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, hijo de Marcano. Por su presencia pública, en una segunda línea estarían los portavoces en el Congreso y el Senado, José María Mazón y José Miguel Fernández Viadero, así como los alcaldes emergentes de Polanco o Reocín.

¿Sobre Marcano? Además de la cabeza, la presencia y la osadía que le atribuyen compañeros y rivales, está su trayectoria. Para bien y para mal. Lo cierto es que la fuerza arrolladora que tiene en el PRC de Torrelavega no se ha repetido en las urnas. Pese a la popularidad que le dio ser consejero, llegó a la alcaldía después de encabezar la tercera lista más votada. En los sucesivos comicios ha tenido más apoyo la lista regionalista autonómica que la local y estuvo lejos de conseguir representación en Madrid cuando en 2011 fue cabeza de lista al Senado. La otra gran duda es saber si la gratitud confesa de Revilla hacia su persona será tanta como para auparle llegado el momento sin dejar espacio a la discusión interna.