Rehabilitación

Mientras deshoja la margarita, el curso político se le muestra pindio porque sus socios de obierno se enfrentan a problemas de calado, cada uno a su manera, en dos consejerías de mucho peso, las de Sanidad y Educación, y pueden propiciarle un otoño caliente. Él, de momento, mira para otro lado, como si tales asuntos los tuviese que gestionar también el PSOE, pero, igual que un ilustre autor latino proclamaba que, como hombre, nada de lo humano le era ajeno, el presidente debe tener en cuenta que, como tal, no puede darle la espalda a nada de lo que se cuece en su Gobierno. Si no se decide a intervenir antes de que se consume un escándalo, la situación acabará salpicándole.

De autores y de dichos grecolatinos sabe mucho Javier López Marcano. Para facilitar los pactos de su partido regresó a las aulas al inicio de la legislatura, y desde ellas imparte a los jóvenes cultura clásica. Ahora ha pedido públicamente su rehabilitación política, casi con la certeza de que Revilla se la dará. Se ha reivindicado porque, a pesar de lo que deseaba Ignacio Diego, Marcano no era un hombre de banquillo. Si Revilla lo saca a calentar, podrá sustituir a cualquiera.