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El repunte de contagios en Cantabria ya se ha traducido en cancelaciones de comidas de empresa. Las primeras llamadas para anular eventos navideños han llegado esta semana a hoteles y restaurantes. Sube la cifra de positivos y muchas empresas prefieren dar un paso atrás ... para evitar un evento social donde el riesgo de contagio se multiplica. «Sí, ya están cancelando. Por responsabilidad o miedo, pero sí», reconoce Paloma Marcos, directora general del restaurante Maremondo, en El Sardinero. El escenario ha cambiado. Hace apenas diez días lo difícil era encontrar un hueco y ahora la preocupación es que continúe el goteo de cancelaciones: «Todo apunta raro y creo que irán cayendo», señala Marcos, que admite no mirar con mucho optimismo el mes de diciembre. Parece que empieza a complicarse la campaña de Navidad y vuelve la incertidumbre al sector, aunque «todavía es pronto», añade la directora del Maremondo.
Al menos las cancelaciones no han sido «en cadena», explica Sergio Peón, director del Hotel Bahía. Más allá de la preocupación por el covid, otro problema ha sido volver a mencionar la palabra restricciones. Hubo clientes que cogieron el teléfono nada más saber que la Consejería de Sanidad planteaba nuevas medidas que podrían afectar a los aforos o al número de comensales por mesa. Sin esperar a conocer la resolución final. «Hay quien cancela porque ve que no va a poder hacer la reunión bien», comenta Peón. Por fortuna, al menos de momento, dice que mantienen el 90% de la agenda que tenían.
Los hoteles también han percibido que tantas dudas han «ralentizado el ritmo de reservas», explica Eva Magaldi, directora del Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo. Se ha frenado la entrada de llamadas. «La gente se ha parado y está pendiente de las restricciones», expone. Una tendencia que arrancó a finales de la semana pasada y que se ha acentuado estos días, conforme se acerca la posible entrada en vigor de nuevas medidas. Y las llamadas que llegan son, en su mayoría, de clientes con «muchas dudas, informándose sobre la situación», señala Magaldi. Las pasadas Navidades se redujeron a mínimos las reuniones familiares y se nota que este año «la gente tiene ganas de salir». Es época de reencuentros, de ahí las numerosas preguntas sobre si podrán o no juntarse con el entorno cercano o si van a tener que contar muy bien cuántas personas son para ajustarse a las medidas. El problema es que aún no hay nada oficial con lo cual los hosteleros no tienen información extra.
Paloma Marcos | Restaurante Maremondo
Eva MagaldiGran | Hotel Balneario de Puente Viesgo
«Preocupa sobre todo el número de comensales», explica Manuel Solórzano, de la Bodega del Riojano. Esa es la cuestión más repetida entre los clientes, no tanto «miedo al virus» porque la vacunación ha dado tranquilidad, aunque a su teléfono también llegaron anulaciones el lunes. Una alarma que «se ha desinflado», añade. Los clientes lanzan preguntas a los hosteleros en busca de información. Ese es el panorama actual hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria se pronuncie sobre el pasaporte covid y Sanidad decida en consecuencia a la respuesta. Pero, por ahora, la mayoría de la gente se mantiene «prudente» a la espera de saber qué medidas se aplicarán para contener los contagios, ver cómo afectarán a las celebraciones y, a partir de ahí, decidir. Para el sector el mejor escenario sería pedir sólo el pasaporte. «Lo preferimos a que nos pongan restricciones. Ahora lo pedimos porque el porcentaje de personas vacunadas ya es muy alto», resume Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria.
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