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Hasta la fecha, lo único que hay es un nombre: Centro de Integración Biomédica de Cantabria. Es el título del proyecto preliminar que el Gobierno, en colaboración con la Universidad, va a desarrollar para buscar una utilidad al espacio que ocupa la Residencia Cantabria.
Es ... difícil echar cuentas cuando ni siquiera se sabe si en ese nuevo futuro tendrá cabida ese enorme edificio que lleva años cerrado y deteriorándose a la vista de todos. Pero es ahora cuando el Ministerio de Seguridad Social, propietario del complejo y de los terrenos que ocupa, ha dado el visto bueno a su cesión perpetua a la Comunidad, con la única condición de destinarlos a un uso vinculado a la Sanidad.
Nadie en el Gobierno regional, la Consejería de Sanidad ni la Universidad de Cantabria (UC) quiere lanzarse a pensar en voz alta sobre las posibilidades del emplazamiento, y se ciñen a lo poco que ya se ha dicho sobre el asunto. Lo primero, esperar al resultado del informe que determine si hay que tirar la Residencia.
Ese será probablemente el punto de partida si se atiende a lo que decía el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, el año pasado: «Cantabria no tiene tomada más decisión que vaciarla (la Residencia) y pedir al Gobierno de España que la derribe». Así lo sostenía por el estado de conservación del inmueble, por la utilización en su construcción de materiales contaminantes como el amianto y porque un estudio realizado por la Consejería de Economía la pasada legislatura ya advertía de que resultaba menos caro derruirlo y comenzar de cero que arreglarlo.
El vicepresidente, Pablo Zuloaga, ha hablado de «una apertura de oportunidades», ya que la exigencia ministerial de mantener su vínculo con la Sanidad ofrece un notable margen de maniobra y un amplio abanico de posibilidades, «desde la ubicación de una sede administrativa del Gobierno a la implantación de nuevos estudios de la Universidad, la ampliación del Idival -Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla- o un nuevo laboratorio de investigación».
Durante las últimas campañas electorales, el PRC propuso crear allí alojamientos para familiares de personas ingresadas en el hospital y un espacio de I+D+i; el PSOE, acondicionarlo como centro de mediana estancia para pacientes de Valdecilla. Para el PP, lo ideal era aprovecharlo para potenciar la investigación, ligada esta al hospital santanderino.
De hecho, los populares ya propusieron crear un Parque Científico y Tecnológico de la Salud, que el Parlamento rechazó en 2021, como recuerda el diputado César Pascual, quien, entre otras responsabilidades, ha sido gerente de Valdecilla. «Queríamos hacer -explica- un Parque de la Salud donde favorecer el desarrollo de industrias biomédicas y biotecnológicas. Encontrar un terreno como este, entre Valdecilla, Idival, cerca del Ibbtec -Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria-, de la Universidad y la Escuela de Enfermería, para que pudieran desarrollarse y ofreciendo facilidades para que se instalen, compartiendo investigación e innovación, y, todo esto, financiado por Europa. Lo teníamos estudiado, lo veíamos factible, incluso hice una exploración con empresas... pero han perdido la oportunidad».
El presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, el cántabro Tomás Cobo, también aboga por ubicar en este emplazamiento un centro dedicado a la investigación. «Es un sitio precioso, emblemático en Santander, y ahí lo que haría sería un centro de investigación y referencia, ligado al Idival, con todas las sintonías internacionales. Y aprovechar para hacer algo que encaje perfectamente en esa armonización que debemos tener con el medio ambiente, un centro inteligente que utilice nuevas energías».
La propuesta por parte del Colegio de Médicos de Cantabria sería «hacer un edificio nuevo, moderno y sostenible que pudiera albergar los servicios médicos que se realizan en el Hospital de Liencres», como indica su presidente, Javier Hernández de Sande. «Otra propuesta sería crear un centro sociosanitario para la población cántabra, que incluya un espacio destinado a potenciar la investigación».
El catedrático de Medicina Ángel de Francisco también se abona a la investigación. «Hay un gran espacio que puede utilizarse para la Facultad de Medicina y la unidad de investigación que hay ahora con el Idival, para hacer un potente foco educativo y de investigación médica, en un edificio adaptado y diferente al que existe».
«Se trata -amplía- de un área tan cercana al hospital que, con la importancia que tiene la investigación médica, puede incluso convertirse en un polo de crecimiento económico, a la vez que dota a la Facultad de las estructuras necesarias para formar unos grandes médicos y sanitarios, porque también se puede emplear para trasladar el edificio de Enfermería. Es, en definitiva, el lugar idóneo para realizar una apuesta educativa y de investigación sanitaria, aunque no en el edificio actual».
Juan Luis Fernández, consultor de comunicación y agenda pública para instituciones y empresas, y articulista en El Diario Montañés, matiza que «sería atrevido dar opinión firme sin conocer estudios detallados sobre el estado del edificio y las posibles opciones de inversión». Hecha la aclaración, opina que, a su juicio, «es un lugar claramente vinculado a la modernización de Cantabria a principios de la década de 1970 con el Centro Médico Nacional Valdecilla y la creación de la Universidad. Luego, ha venido el aspecto investigador con el Idival (más el Ibbtec en el Pctcan). Parece natural seguir desarrollando el potencial de la Comunidad en el ámbito de Sanidad; dedicar el espacio de la Residencia a otros fines requeriría una justificación especial».
Juan Luis Fernández
Consultor de agenda pública
«El método de trabajo -señala Fernández- es también esencial. Se trata de una propiedad de la Seguridad Social, de competencias de Cantabria, del 'skyline' de Santander y de una zona muy conectada a la Universidad de Cantabria. Sería deseable que todos los actores implicados alcanzaran un consenso, ya que el proyecto puede tener esos cuatro beneficios: nacional, regional, local y universitario. La Residencia puede ser un gran activo, pero hay que definir y financiar, única manera de pasar de los discursos a los recursos».
La Residencia Cantabria fue clausurada hace seis años, en mayo de 2016, por las deficiencias de la construcción. Ha sido un largo periodo durante el que no se ha realizado ninguna labor de mantenimiento en el edificio, que ha sufrido un constante deterioro. Ha sido preciso realizar algunos trabajos de urgencia para asegurar las partes en peor estado, y así, por ejemplo, se tuvo que apuntalar el corredor que comunica la Residencia con el pabellón que ocupa la gerencia del Servicio Cántabro de Salud.
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