El 061 responde a la llamada
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El 98% del personal del servicio de emergencias recibió ayer la primera dosis tras diez meses en primera línea: «Ha sido duro, pero sólo hemos tenido tres contagios»Secciones
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El 98% del personal del servicio de emergencias recibió ayer la primera dosis tras diez meses en primera línea: «Ha sido duro, pero sólo hemos tenido tres contagios»En los últimos diez meses, desde que irrumpió la pandemia, ha habido pocos días tranquilos para los profesionales del 061. Mucha tensión y poco descanso para los médicos y enfermeras que se encargan de la primera atención de emergencia 'in situ' y de los ... cuidados de los pacientes que requieren el traslado en ambulancia a un centro hospitalario. Y lo mismo para los trabajadores que están detrás del teléfono que atiende las emergencias. Los primeros han vivido con la presión constante de estar en contacto directo con el virus -de media, cada mes han realizado cerca de 350 transportes a contagiados, la mayoría en Soporte Vital Básico (SVB) y sólo en los casos más graves en Soporte Vital Avanzado (SVA) - y los segundos esquivando las dificultades para atender una demanda imposible de abarcar. Ni con los medios normales, ni con los suplementarios que se han ido sumando desde marzo para hacer frente a cada nuevo pico de la pandemia. Ayer, coincidiendo con la jornada de vacunación programada para los 140 profesionales del servicio y antes de las complicaciones que ya prevén que traerá la tercera ola, el destino les compensó con una jornada de poca actividad.
Para variar, fue un día sin mucho ruido de teléfonos, sin apenas accidentes o traslados de enfermos. «Está siendo una mañana fácil, pero aquí nunca sabes», explicaba Paco Palomino, enfermero del 061, mientras sus compañeros desfilaban por las instalaciones del Centro Coordinador de Nueva Montaña para administrarse la primera dosis.
Los últimos de la jornada en pincharse fueron los integrantes del SVA de Santander. ¿La respuesta? «Masiva. Alrededor del 98% del personal», se felicitaba Ana González, coordinadora de Emergencias Sanitarias. El servicio que se encarga de la primera respuesta, de la primera atención y del traslado para que los compañeros de los hospitales puedan tomar después el relevo. Los que movilizaron las ambulancias y los que atendían en su interior a los pacientes que llenaron las UCI para que allí pudieran ayudarles a superar la enfermedad.
Belén Echave | Médico del 061
Acostumbrados a ser los primeros en reaccionar ante cualquier imprevisto, sobre los hombros del 061 cayó también la responsabilidad de la primera respuesta ante el covid-19. Las primeras PCR, los primeros 'coroautos'... Y todo sin desatender la actividad normal. Ignacio Puente, médico adscrito a este servicio, recuerda cómo durante el confinamiento estricto bajaron los accidentes laborales, deportivos, de tráfico... «Teníamos menos volumen de trabajo, pero mucho más complejo». La aplicación de los protocolos hace que cada salida sea mucho más laboriosa. Empiezan colocándose el EPI, que durante el verano supuso un calvario por el calor del interior de los vehículos sanitarios, y terminan con la desinfección de las ambulancias. Su compañera Belén Echave explica que un aviso que antes de la pandemia podría requerir 30 minutos, ahora se eleva hasta las dos horas.
Y eso que los protocolos de actuación ya se han estabilizado -al principio cada semana tenían dos o tres órdenes distintas- y que, como insiste la jefa autonómica del 061, «aunque han sido meses muy duros, ya hemos conseguido convertir en normal esta anormalidad». Cualquier sanitario sabe de lo que hablan. Echave recuerda el miedo a tocar cualquier cosa o la sensación de suciedad en la ropa al entrar en casa. Un miedo compartido con el de los usuarios: «Llegábamos con la UVI móvil a las casas y, si era por otra patología, la gente no quería que le lleváramos al hospital por miedo a contagiarse». O directamente no llamaban por enfermedades más o menos graves que, por no ser atendidas a tiempo, se han traducido en problemas mucho más complicados.
Carmen Berasategui | Enfermera del 061
Puente pone el acento en el temor a contagiar a la familia, especialmente a aquellos miembros de los colectivos más vulnerables. Y la respuesta social: «Ya se ha normalizado, pero al inicio a cualquiera que le decías que eras sanitario daba un paso para atrás». González destaca que el esfuerzo de su equipo ha permitido que sólo una pequeña parte de los miembros del servicio que están todos los días en la calle se haya contagiado. Únicamente tres, a los que hay que sumar otros tantos que estuvieron en cuarentena por su actividad privada.
Carmen Berasategui, enfermera, es de las que ha estado en el Centro Coordinador, al otro lado del teléfono: «No hemos dado abasto. Se aprecia claramente en el número de llamadas cada ola de la pandemia. Un día tuvimos 900 en solo diez horas». El coronavirus hizo crecer en 2020 un 23% el número de avisos, hasta los 462.367, una cifra de récord. Begoña Fernández, coordinadora médica asistencial del 061, recuerda las lágrimas de las teleoperadoras por no poder atender todas las demandas en el mes de marzo: «Hubo un día que el 56% de esas llamadas se perdían. No se abarca, ni con el refuerzo de hasta nueve personas para rellamar de vuelta posteriormente y priorizar los casos más graves.
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