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Doce y media de la mañana a la entrada del centro de salud El Alisal, en Santander. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud acaba de decidir que no es obligatorio el empleo de la mascarilla en hospitales y centros de salud para prevenir ... la propagación de infecciones respiratorias. Cada comunidad autónoma decidirá dónde y cómo debe utilizarse, o no, el tapabocas. En Cantabria continúa siendo una mera recomendación. O al menos lo será hasta mañana, cuando el Ministerio imponga su uso en los centros sanitarios desoyendo a la mayoría de las comunidades.
En los aledaños del centro de salud mencionado, por la mañana, la mitad de los usuarios lleva la mascarilla puesta al entrar y la otra mitad, no. Ejemplo: dos mujeres con un carrito de bebé. Solo una de las dos se pone el cubrebocas. La más mayor va sin él. Otro ejemplo: una señora empuja la silla de ruedas del que se presupone es su marido. Él lleva la mascarilla y ella no. Lo mismo con un padre y su hijo (solo se la pone el segundo). Todos aseguran que en el interior del centro de salud se tapan la cara como hace cuatro años, cuando tuvo lugar la pandemia. Que en el interior sí van con mascarilla, aunque salgan y entren sin ella.
La mayoría de los pacientes preguntados opina que es mejor no imponer la norma. Confiar en la ejemplaridad del ciudadano. «Es como cuando te dicen: no pises ahí que lo estropeas, y vas y pisas», explica María del Carmen Alconero, vecina de Santander. «Depende de cada uno», continúa. Está de acuerdo con no forzar su uso, aunque ella la lleva «para no contagiarme, porque yo estoy bien», aclara. Los demás, «son libres de hacer lo que les parezca». Son libres, al menos de momento, porque aunque ayer por la mañana las comunidades frenaron la propuesta de la ministra de Sanidad, Mónica García, el Ministerio, unas horas más tarde, hizo oídos sordos al Consejo Interterritorial y anunció que impondrá la mascarilla en los centros sanitarios desde mañana.
Los hay que dudan, como José Antonio Pelayo, que dice que no hay que obligar a nadie, pero que quién sabe si «ahora mismo tú y yo estamos hablando aquí en la calle sin mascarilla y nos pegamos algo». «Está bien que sea opcional, pero que la utilicen los que tengan gripe». Por prudencia, repite el hombre, que ayer salió a la calle con media cara tapada por primera vez desde la pandemia. ¿Ya se nos olvidó lo del covid? «Algo sí, algo sí». A José Colmenares, vecino de Santander, le parece que lo correcto es que sea opcional, «ponértela si tienes gripe, pero si no, no». Aunque también reconoce que «si todos fuéramos responsables, no habría tantos contagios y nos iría mejor».
Mercedes García
Francisca López
José Antonio Pelayo
Aunque hasta el momento tan solo se habla de la posibilidad de usar el cubrebocas en centros sanitarios, las personas comienzan a plantearse llevarlo en todos aquellos lugares donde se produzcan aglomeraciones. O donde la gente esté muy junta. Como en el transporte público. «Yo en el autobús me la pongo siempre», asegura a las puertas del centro de salud de El Alisal Mercedes García. Ayer no la llevaba. «Es que ahora vengo del gimnasio, pero voy siempre con ella», insistía. Cree la mujer que cuando sea necesario –como ahora con tantos contagios–, «debería de imponerse su uso, porque así disminuirían los casos de gripe». Y con ello, el riesgo de llegar al colapso asistencial debido a la cantidad de infecciones respiratorias que se están dando en los hospitales de la región. Aunque sobre este asunto –el colapso asistencial–, hay opiniones dispares. La directora general de Salud Pública, Isabel de Frutos, negó que se estuviera produciendo tal colapso, mientras que el Sindicato de Enfermería de Cantabria aseguró justo lo contrario.
Los contagios están en plena escalada, con un aumento del 75% de diagnósticos positivos en la última semana del año y con un incremento del 61% de las hospitalizaciones por infección de gripe en el mismo periodo. El covid y el virus respiratorio sincitial (VRC) han doblado ya el pico epidémico y, aunque generan todavía muchos ingresos hospitalarios, están cerca de que se produzca el descenso. Y mientras, que si mascarilla sí, que si mascarilla no. «Que cada uno decida por sí mismo, yo me la voy a comprar y me la voy a poner inmediatamente, porque después de ver las noticias...», explicaba la salida del centro de salud Yaumadi Alberto.
Si fuera por Francisca López, «sería obligatoria, porque hay tanta enfermedad y tanta cosa...». La señora apenas conserva las fuerzas para hablar. Tiene gripe y ella sí lleva mascarilla. «A lo mejor estoy confundida, pero pienso que es importante. En el autobús ya la lleva mucha gente y es que vamos muy juntos», dice la mujer mientras camina flemática. También cree que debería decretarse su empleo María Jesús Lanza, incluso en «supermercados». En la calle «no», apostilla. Al aire libre la cosa cambia.
Cantabria pedía el uso de las mascarillas en centros sanitarios y residencias solo como recomendación. Otras comunidades, como Canarias, Extremadura o Madrid, por citar algunas, aconsejan ya el uso de tapabocas a los ciudadanos que tengan síntomas de padecer infecciones respiratorias. En cualquier caso, desde mañana ya no habrá dudas al respecto: será de uso obligatorio.
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