Revilla exige explicaciones sobre los trenes: «Es una chapuza incalificable. Tienen que rodar cabezas»

La información pilló por sorpresa al bipartito. Sorpresa y enfado. Hasta el propio vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, reclamó una aclaración «de forma urgente» a la Delegación del Gobierno en Cantabria, al Ministerio de Transportes y a las empresas públicas Adif y Renfe, todas ellas gestionadas por cargos de su partido, el PSOE. A las cuatro partes les pidió resolver de inmediato esta situación «para garantizar que la llegada de los nuevos trenes sea lo antes posible.

Si hay enfado entre los socialistas con sus compañeros de Madrid, mucho más en la oposición. La presidenta del PP de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, entiende que este es el ejemplo más claro de que «estamos en manos de Pepe Gotera y Otilio». «Esta es la consecuencia de 'El Hormiguero', que el Gobierno regional se dedica a cualquier cosa menos a preocuparse de los proyectos importantes que necesitamos los cántabros», afirmaba en rueda de prensa. Aunque desde la oposición –también Ciudadanos y Vox– creen que socialistas y regionalistas tienen parte de la responsabilidad, las cinco fuerzas políticas con representación en el Parlamento regional coinciden en el fondo y consideran un escándalo lo ocurrido con el contrato, valorado en 258 millones de euros.

Quienes no se han pronunciado por ahora son los aludidos. La Delegación del Gobierno está esperando información detallada del Ministerio de Transportes. Con la titular de este departamento, la socialista Raquel Sánchez, intentó hablar Revilla nada más conocer la noticia, pero se encontraba de viaje oficial en Rabat, donde participa en la cumbre España-Marruecos junto a Pedro Sánchez. Según otra conversación del consejero José Luis Gochicoa con segundos niveles de Transportes, la ministra dará explicaciones sobre el asunto el sábado, en Castro Urdiales durante un acto de partido.

«El fallo está en la licitación. Es algo que me recuerda a lo que pasó hace unos años con el submarino que se hundía», lamenta Revilla. Por la información que maneja el presidente de Cantabria, la solución consistirá en construir un nuevo modelo de tren. Más pequeño. Que entre por los túneles.

«No es admisible que estas cosas pasen a nivel de un Gobierno nacional», insistía el regionalista, que interpreta que el problema en la redacción de los pliegos quizás se deba a la duplicidad que existe en la gestión ferroviaria estatal, con Renfe como responsable del servicio y Adif como responsable de la infraestructura. Y pone otro asunto sobre la mesa:aunque el millonario contrato que logró Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) para la fabricación de 31 máquinas –eran 21 trenes para Cantabria y otros 10 para Asturias, en ambos casos para las Cercanías de Ancho Métrico– se adjudicó en 2020 ya durante la etapa de Pedro Sánchez, Revilla quiere saber quién redactó los pliegos, porque «ese fue el que cometió el error».

Si Revilla considera que el tema «es muy gordo», aún más importancia le dan desde la oposición en la comunidad autónoma. El PP no solo apunta al ámbito nacional. Según Sáenz de Buruaga, el Gobierno de Revilla y Pedro Sánchez «va de ridículo en ridículo» con las infraestructuras ferroviarias, pero sobre todo en materia de Cercanías, y «está conduciendo a Cantabria a una decadencia cada vez más irreversible». Según la presidenta popular, lo ocurrido parecería un chiste si no fuera tan grave, pero lo cierto es que la situación es ya insoportable; Revilla y Sánchez se están riendo de los cántabros a carcajadas. En su opinión, esta es «la máxima expresión de la incompetencia del Gobierno de Revilla, el abandono del Ejecutivo de Pedro Sánchez y la cara dura de los dos».

Si Revilla mira a Madrid cuando reclama que rueden cabezas por la polémica con los trenes de Cercanías, el portavoz de Vox en el Parlamento regional, Cristóbal Palacio, responde que «la primera cabeza que debe rodar tras el nuevo despropósito» en materia ferroviaria debe ser la del presidente del Gobierno regional. Para Palacio, Revilla es el «principal valedor» de la política ferroviaria que se ha llevado a cabo en Cantabria durante décadas al permitir que los Ejecutivos nacionales «hayan ninguneado» a la región en «multitud de ocasiones». La del presidente, manifiesta Palacio, «ha de ser la primera cabeza que debe rodar».

También se pronunció el portavoz de Ciudadanos. Para Félix Álvarez, las explicaciones que da el Gobierno de España para retrasar tres años la fabricación de los trenes no son creíbles. Primero, porque las medidas de los túneles siempre han sido las mismas y se encuentran perfectamente establecidas; y segundo, porque ese error, en caso de que existiera, no puede demorar tres años la construcción de esos trenes. «El Gobierno de España necesita una excusa para no fabricar esos trenes porque, sencillamente, no hay dinero, y el que hay va para los de siempre, porque Cantabria nunca ha sido la prioridad de Sánchez», destacó el portavoz de la formación naranja.

¿Qué pasa ahora con el contrato? Pues lo que señala el gerente de Renfe para Cantabria y Asturias, Pelayo Lobo, es que el pedido inicial sigue intacto a pesar del retraso que se ha producido. Esto implica que llegarán, dentro de «dos o tres años», 16 convoyes eléctricos y cinco híbridos. Lo que no ha aclarado de momento el Ministerio es si tendrá que invertir otros 258 millones de euros adicionales.

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