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Una disculpa de menos de 30 segundos. El consejero de Sanidad Miguel Rodríguez ha pedido disculpas «si alguien se ha sentido ofendido» por las declaraciones que hizo ayer en el Parlamento sobre la dirección de las residencias de mayores de Cantabria y ha recalcado que ... se hicieron en «ese contexto, el contexto de un Parlamento». Rodríguez señaló en la Cámara que los centros privados de dependencia de la región «no han estado a la altura» durante esta crisis sanitaria, acusación que provocó que tanto la FED (Federación Empresarial de la Dependencia) como Lares (entidad del sector) pidieran su cese a Miguel Ángel Revilla.
Pero el presidente regional respondió esta mañana diciendo que «el consejero debe pedir perdón» y Rodríguez ha cumplido con su jefe en el Gobierno con un breve mensaje en el que explica que le «gustaría matizar los titulares de los medios sobre su comparecencia parlamentaria», en la que se expusieron todos los datos que justifican que Cantabria esté en la fase 1 de la 'desescalada' y en la que desgranó «la buena evolución de la pandemia». La contrición del consejero se limita a esta escueta frase, en la que no cita a los agraviados: «Me gustaría pedir disculpas si alguien se ha sentido ofendido por las declaraciones hechas en ese contexto, en el contexto de un Parlamento».
Esta matización llegó pocas horas después de haberle urgido el jefe del Ejecutivo a «que hoy pida perdón» por unas afirmaciones que Revilla calificó de «desafortunadas». Pese a que el regionalista no comulga con la opinión de su consejero, no llegará la sangre al río: el socialista no será cesado como responsable de la consejería sanitaria. Al contrario, Revilla ha respaldado con claridad al miembro de su Gabinete diciendo que está «orgulloso de la gestión» de Rodríguez, que «ha hecho una gran labor al frente de la Sanidad».
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El propio Revilla tuvo un roce verbal con los gerentes de las residencias a finales de marzo, cuando les recordó «su obligación de cuidar a sus usuarios» y anunció que se intensificarían las inspecciones para controlar la situación de los centros. Revilla hizo estas aseveraciones cuando iban 'in crescendo' las muertes ligadas a este tipo de instalaciones en la región y, entonces, la Federación Empresarial de Dependencia, indignada, le invitó a enmendar su actitud al tiempo que le instaba a visitar algunos centros de Cantabria, donde se estaba «luchando sin descanso» contra la pandemia, le dijeron.
Un mes y medio después de este rifirrafe con el presidente, no ha cesado el enfrentamiento entre parte del Gobierno regional y las residencias. El consejero de Sanidad arremetió ayer contra las direcciones de los centros -que no contra los empleados, cuyo trabajo defendió- en respuesta a las duras críticas de las que ha sido objeto desde que se desató la crisis, durante la cual más de 60% de los fallecidos en Cantabria vivían en este tipo de alojamiento, lo que ha puesto el foco sobre ellos. El consejero remarcó que «algo» ha fallado en las residencias de mayores y señaló como responsables a sus gerentes. «Tenemos un sector sociosanitario, que está fundamentalmente en manos privadas, que ha demostrado no estar a la altura», subrayó un par de veces.
Rodríguez aludió al hecho de que, la semana pasada -también en sede parlamentaria, tanto Rubén Otero como Gema de la Concha (presidente de la Federación de Empresas de Dependencia y gerente de Lares, institución del sector, respectivamente)- le acusaron de no haberse puesto al teléfono en las semanas más críticas de gestionar. Los portavoces denunciaron que el sistema público de salud no ha atendido a los residentes como era su obligación y reprocharon a la Administración regional que no les hubiera facilitado ni pruebas ni Equipos de Protección Personal (EPIs) para dar cobertura a sus residentes, lo que les hizo sentirse totalmente desprotegidos.
Rodríguez contestó ayer que la interlocución con las residencias corresponde a la consejería de Empleo y Servicios Sociales (a cuyo frente se encuentra Ana Belén Álvarez), no a Sanidad, y justificó: la Dirección General de Salud Pública (dependiente de su departamento) sí mantuvo abierto el hilo de comunicación incluso cuando las declaraciones públicas de los portavoces de las residencias «habían rozado la falta de respeto».
La oposición parlamentaria ha salido hoy en tromba contra el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, por sus declaraciones de ayer. El Partido Popular ha registrado una proposición no de ley en el Parlamento de Cantabria en la que pide «la reprobación y el cese» del consejero de Sanidad, tras las críticas vertidas por éste contra las residencias de la región, de las que dijo que «no han estado a la altura». Según el PP, «quien no ha estado a la altura ha sido el consejero», que no ha sabido ver que «las empresas y entidades del sector de la Dependencia han hecho un gran esfuerzo en medios materiales, humanos y de gestión para hacer frente al coronavirus en sus centros», a menudo sin apoyo del Gobierno. El partido ha señalado que las manifestaciones del consejero han sido «carentes de respeto» y las acusaciones «infundadas e injustas». En el titular de Sanidad, los populares advierten un «sectarismo ideológico preocupante».
La Proposición no de Ley del PP pretende que el Parlamento salga en defensa del sector por el titánico esfuerzo realizado contra el Covid-19. Lo que procede es «defender la labor de las residencias y cesar al consejero», ha indicado la organización, según el PP.
Ciudadanos, por su parte, exigió que Rodríguez pidiera perdón «personalmente» a las residencias. El portavoz de Ciudadanos (Cs), Félix Álvarez, ha defendido la labor de los gerentes de los centros de mayores, que «han tenido que enfrentarse a esta pandemia a lo Llanero Solitario»,lo que debería hacer recapacitar a los responsables sanitarios del Gobierno PRC-PSOE. Álvarez ha estimado que el uso de del consejero de Sanidad «del número de fallecidos en esta epidemia« para «atacar» a los grupos de la oposición al «poner en duda» su gestión a lo largo de estos meses ha sido «cercano a la náusea». «No se puede caer más bajo», ha subrayado Álvarez,.
Voz, por su parte, cree que el consejero de Sanidad debe dimitir, porque «ha cruzado líneas que la sociedad no puede permitirse», ha señalado el diputado Cristóbal Palacio, crítico con Rodríguez por su comparecencia de ayer, «en la que mintió y no fue capaz de reconocer los errores que ha cometido en la gestión de esta pandemia».
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