Los robos en viviendas alcanzan la cifra más alta de la década, con 1.069 casos

«Lo único que podemos hacer es continuar trabajando con los dispositivos que tenemos en marcha para desarticular estas bandas itinerantes que están causando este trastorno», informaron ayer fuentes de la Guardia Civil, que sólo en lo que va de año ha detenido a 16 personas relacionadas con estos delitos. Lo cierto es que normalmente la presión policial es directamente proporcional a la caída del número de casos.

Basta con recordar el balance de 2015, que se saldó con un descenso del 25% de robos en viviendas gracias a la «presión policial y la colaboración ciudadana», explicó en aquel entonces el delegado del Gobierno, Samuel Ruiz.

En el caso de 2019 tal vez haya que pensar que todo sea la consecuencia lógica de una tendencia, la de la criminalidad global, que va al alza en Cantabria. De media, los delitos se incrementaron un 2,4% en 2019 respecto a 2018 y tal parece que estas últimas operaciones de Guardia Civil y Policía busquen atajar el problema. «No es que hayamos puesto más el foco en este asunto, pero a veces las operaciones comienzan en un tiempo y terminan por resolverse después. Ahora ha coincidido que hemos cerrado estos casos con las 16 detenciones».

El arco de la bahía de Santander continúa siendo especialmente suculento para los saqueadores, que se ceban con las más de 63.000 viviendas unifamiliares desperdigadas por toda la zona rural de la región. De hecho fue en Camargo donde más se incrementaron los robos -hasta un 48%-; mientras que en los entornos urbanos como Santander se mantuvo. Incluso descendió de forma considerable, como en Torrelavega -se registró una caída de un 25%-. «Robar en la ciudad es más complicado porque un chalé en mitad de la nada es más asequible para quien no quiere ser visto», cuentan desde la Policía Nacional.

El principal escollo para desarticular estas bandas continúa siendo el perfil del delincuente y su modo de actuar. De carácter itinerante, roba en toda España, incluso en toda Europa. La ventaja es que nunca, o casi nunca, entra en casas habitadas. Y es que la justicia tipifica de modo muy diferente el robo al uso del que utiliza la fuerza contra las personas.

Existen tres tipos de colectivos que operan en la región: mujeres croatas, que suelen actuar en grupos de dos o de tres; mientras una vigila, las otras desvalijan el piso. Suelen utilizar el método del resbalón, en el que utilizan un plástico para abrir las puertas que no tienen vuelta de llave. También se conocen grupos llegados de países del Este; y otros que tienen un modo de actuar concreto es el de los sudamericanos. Son más agresivos, taladran la cerradura. Su objetivo es el dinero en efectivo, las joyas y demás objetos pequeños de valor, que les permita cargar con ellos con discreción para abandonar el lugar sin levantar sospechas. Tanto Policía Nacional como Guardia Civil han confirmado que han aumentado los dispositivos para dar caza a este tipo de delincuencia.