El robot submarino se une al dispositivo de búsqueda de Fernando en el Maremi

El robot llegó a las diez de la mañana a la zona de búsqueda a bordo del buque Don Inda de Salvamento Marítimo. Fue trasladado directamente desde Ferrol, donde tiene su base estratégica, hasta el punto a nueve millas al norte de Cabo Mayor en el que volcó y, posteriormente, se hundió el Maremi, hace ya ocho días. El aparato, en primer lugar, realizó un barrido del fondo marino con una sonda multihaz para establecer el patrón de búsqueda submarino y tras ello, comenzaron los trabajos en las profundidades con el robot, en una operación de rescate sin precedentes en Cantabria. El dispositivo mantiene, además, la búsqueda tanto por mar como por aire.

Por sus dimensiones, el ROV Comanche no puede entrar en el interior del Maremi, por lo que se centra en inspeccionar el exterior del barco. No obstante, la posible presencia alrededor de la embarcación de las redes, cabos y todo el material de pesca que llevaba a bordo estarían obstaculizando la labor de captación de imágenes que clarifiquen si el cuerpo de Solano está o no en el barco.

Este robot es uno de los equipos «más potentes del mercado». Tiene un sonar de búsqueda con un alcance máximo de 300 metros, un sónar-altímetro con un alcance de 50 metros, un profundímetro, tres cámaras de vídeo de alta definición y brazos manipuladores. Se dirige desde la superficie a través de un cable umbilical por el que recibe la fuerza eléctrica y las órdenes y envía en tiempo real la señal de sus cámaras y sensores al centro de control fijado en el buque Don Inda.

Ayer se cumplió una semana del trágico naufragio que tiene a Santoña desolada. Tanto los familiares del desaparecido como los vecinos están pendientes de la evolución del protocolo de búsqueda con la esperanza de que el robot pueda encontrar el cuerpo de Fernando Solano.