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Buruaga no consigue desactivar el órdago de Génova
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Ruth Beitia será la candidata del PP en Cantabria | El sector crítico que llevó al PP a los tribunales y perdió el Congreso toma el poder del partido en la regiónPablo Casado ha impuesto su ley en la que ya es la mayor crisis interna de la historia del PP cántabro. Un cisma que comenzó en 2017, con la ruptura en dos del partido por el enfrentamiento entre María José Sáenz de Buruaga e Ignacio Diego en el Congreso, y que ayer se consumó con la elección de Ruth Beitia como candidata a la Presidencia de Cantabria. La decisión de que la medallista olímpica sea la gran apuesta del PP para frenar a Miguel Ángel Revilla y al PRC en las elecciones de mayo fue una orden directa del líder del PP nacional, según confirmaron fuentes oficiales de la dirección a este periódico, y supone una desautorización sin precedentes de la máxima autoridad del partido en la comunidad, quien ayer intentó por todos los medios frenar esta operación durante cinco horas de una «tensa y desagradable» reunión en la sede de Génova.
El salto político de Beitia supone el regreso a la primera línea del sector crítico encabezado por Ignacio Diego y respaldado por los senadores cántabros nacionales y diputados como Santiago Recio, quien dirigirá la campaña electoral de la candidata, según ha podido saber este periódico. Es decir, los que salieron derrotados del Congreso regional –por sólo cuatro votos– y llevaron al PP a los tribunales tomarán ahora el control de la organización en un ambiente hostil, de enfrentamiento abierto entre compañeros de partido y de consecuencias inciertas en los próximos días.
La ofensiva lanzada el domingo por militantes, altos cargos y exdirigentes del PP cántabro para intentar frenar el órdago de Génova no fue suficiente. Ni los mensajes de apoyo a Buruaga en las redes sociales ni las llamadas a 'nombres con pedigrí' del PP nacional para que intercedieran lograron hacer mella en la decisión inamovible de Pablo Casado, convencido de que la exdeportista, diputada regional y miembro de su Ejecutiva nacional debe ser la cara visible del PP en las elecciones de mayo.
Encuestas Desde Génova desvelan que Ruth Beitia ha arrasado en los sondeos realizados por el partido
Oferta Teodoro García Egea y Javier Maroto ofrecieron a Buruaga mantenerse en la presidencia del PP
Listas La actual dirección tenía montadas 70 candidaturas municipales que podrían quedar en el aire
Clima El encuentro fue muy duro desde el comienzo aunque la tensión se fue rebajando por la tarde
Sin consenso Le ofrecieron diseñar una lista de «integración» en la que recuperar a los afines a Ignacio Diego
Desde el primer minuto de la reunión celebrada ayer en Madrid, el séquito cántabro –María José González Revuelta, Íñigo Fernández y Buruaga– se encontró con un muro. El vicesecretario de Organización, Javier Maroto, y el secretario general del PP nacional, Teodoro García Egea, dibujaron una línea roja en la candidatura de Ruth Beitia. Y a partir de ahí, se podría negociar el resto de la estrategia electoral.
Buruaga llegó dispuesta al 'todo o nada'. O era ella la candidata o no aceptaría entrar en una lista diseñada a cuatro manos entre Génova y el mismo sector crítico que durante casi dos años ha intentado descabalgarla en Santander. Si conseguía desactivar la 'operación Beitia', volvería a Cantabria reforzada por haberse enfrentado a Madrid, con argumentos para contrarrestar el regionalismo de Revilla y con plena libertad para elaborar las listas electorales a su gusto. Así lo veían, al menos, miembros destacados de su Ejecutiva y ella misma. Por eso, le dijo a Maroto y Egea que no colaboraría en la designación de una persona que «se negó a cumplir los Estatutos del partido, tiene un expediente sancionador abierto y acabó, incluso, demandando al partido en los tribunales». Pero la decisión estaba tomada en Génova desde hacía tiempo. Beitia y Recio terminaron de perfilar los detalles en una reunión en la propia Génova el pasado viernes, a pesar de que Maroto se esforzó el domingo por incluir a Beitia y Buruaga como dos nombres más de una lista en la que también figuraban Juan Corro y Diego Movellán. «No hay favoritos, todos tienen las mismas opciones y la decisión se tomará en consenso», aseguró. Pero la realidad era muy distinta.
Mientras todo esto ocurría en un despacho de la planta noble de Génova, la única persona encargada ayer de la centralita telefónica de la sede –era festivo en Madrid– quedó desbordada con la acción coordinada de decenas de militantes cántabros que llamaron para amenazar con su baja si Beitia era la elegida.
Tras un receso para comer, la tensión del encuentro se enfrió algunos grados, pero la postura de Génova continuó inflexible. La apuesta de Buruaga y su equipo por Soraya Sáenz de Santamaría en el pasado Congreso nacional no se olvida en Madrid, aunque ni es la única razón ni la más importante para desplazar a la presidenta cántabra y descerrajar a la dirección que ganó las Primarias.
En Génova insisten en vender este giro inesperado de candidata como una operación de integración similar a la del PP andaluz, donde se presentaron tres corrientes distintas a las primarias. Según ha podido confirmar este periódico, Maroto y Egea ofrecieron ayer a Buruaga ir como número dos en una lista repartida entre miembros de su Ejecutiva y los históricos que quedaron fuera tras el Congreso, además de mantenerse como presidenta del PP autonómico. Una proposición considerada inaceptable por ella, que ya había comenzado a diseñar la campaña electoral y contaba con 70 listas municipales cerradas. Un trabajo que podría tener que empezar desde cero el equipo de Beitia.
Además de no respaldar a Casado en el Congreso y la apuesta, más o menos creíble, por la integración, varios pesos pesados del PP creen que hay otros motivos. La dirección nacional querría apostar por candidatos suyos y controlados que no les echasen en cara nada tras la previsible caída de votos en las elecciones de mayo. Desde Génova, de forma oficial, desvelan, además, que Ruth Beitia ha arrasado en las encuestas realizadas por el propio partido para sondear sus posibilidades electorales.
Lo que sucederá a partir de hoy en el PP cántabro todavía está en el aire, pero los escenarios que se abren no son precisamente tranquilizadores para el partido. Lo primero que ha hecho Buruaga es convocar de urgencia a su Ejecutiva para hoy. Una cita de alto voltaje en la que podría presentar su dimisión. Y no sólo ella. Miembros de su Ejecutiva, abatidos y todavía en shock al conocer la noticia, creen que habrá salidas en bloque del partido. Si se consuma la marcha de la presidenta, se pondría en marcha el mecanismo para que una gestora controle el partido hasta la elección de un nuevo presidente. Ese órgano, según ha podido saber este periódico, estará dirigido por Diego Movellán, diputado nacional, miembro de la Ejecutiva nacional, amigo de Pablo Casado y hasta ahora persona de confianza de Buruaga.
Hay otro capítulo que queda abierto tras consumarse la elección de Ruth Beitia: el Ayuntamiento de Santander. Maroto aseguró a este periódico que Gema Igual les ha transmitido su decisión de presentarse y que cuenta con todo el apoyo de Génova, ratificado ayer mismo. «Sea quien sea la candidata a la Presidencia –dijo el político vasco el domingo–, la alcaldesa será cabeza de lista en la capital». Hasta ayer, todas las fuentes consultadas del PP cántabro se mostraban convencidas de que Igual retiraría su candidatura si se consumaba la 'operación Beitia', una posibilidad que prácticamente se da por descartada. De hecho, ayer sonaba con mucha fuerza la opción de que Santiago Recio fuera como número dos en la lista municipal. Una hipótesis que personas del entorno más cercano a la regidora tachan de imposible, ya que «ella nunca lo permitiría».
Mientras tanto, la principal protagonista sigue guardando silencio. Ruth Beitia no quiso valorar la decisión tomada por su partido. Sí lo hará el próximo jueves, día 10, cuando Pablo Casado visite Santander en un ambiente de fuerte hostilidad para ungir a la medallista olímpica como candidata a la Presidencia y a Gema Igual, si nada cambia, como aspirante al Ayuntamiento de Santander. «Esa será la mejor oportunidad para hablar con los medios de comunicación», señaló Beitia, a quien todavía, según ella mismo ha dicho, no se le ha notificado oficialmente la decisión del partido.
El más que previsible boicot al acto de los fieles de Buruaga convertirá la visita de Casado en el fiel reflejo de lo que es hoy el PP cántabro: un partido quebrado al que el PRC observa con la media sonrisa del que se ve ganador.
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