«Este jueves, cuando nos llegó el mensaje de que nos cancelaban el vuelo para volver a Santander no me lo podía creer. Pero al final, aquí estamos, tirados en Marrakech y teniéndonos que gastar un pastón para poder volver cuando antes a casa porque ... Ryanair no nos da ninguna explicación ni nos ofrece ninguna solución. Y yo el lunes ya tengo que trabajar». El que habla es Fidel Díaz, un santanderino que hace una semana se fue a Marrakech para pasar unas breves vacaciones con su mujer. Ellos y todo el pasaje que tenían previsto volar este viernes desde Marrakech a Santander están «tirados en la ciudad marroquí», tal y como indica Fidel.
El avión debía salir a las 15.00 horas de este viernes de la ciudad marroquí y aterrizar en la capital cántabra a las 18.25 horas, pero el jueves por la tarde (alrededor de las seis) todos los pasajeros recibieron un mensaje de texto en su teléfono que anunciaba la cancelación de ese vuelo. Así todo, Ryanair, una hora después de informar de que no iba a haber vuelo, seguía vendiendo los últimos billetes a través de su página web, según asegura Manuel Diego, miembro de la Asociación Amigos de Parayas. Él se enteró de la cancelación de este vuelo al tiempo que muchos pasajeros y comprobó que, desde su página web la aerolínea irlandesa seguía vendiendo pasajes del vuelo Marrakech-Santander.
La compañía asegura que no tiene ninguna culpa de esta cancelación. «Ha sido como consecuencia de un problema continuo de escasez de personal de control aéreo que afecta a todas las aerolíneas en Europa. A todos los clientes afectados se les notificó el jueves y se les informó de sus opciones: un reembolso completo, una reubicación en el siguiente vuelo disponible o un transfer en una ruta alternativa», se justifica la empresa irlandesa.
Aún así, esta explicación de la falta de controladores, a Fidel y a su mujer no se la ha dado nadie. «Lo de esta compañía es vergonzoso. Siempre he oído movidas de estas con aviones de Ryanair y siempre me había dicho que no volaría nunca con ellos. Desde luego, después de esto, en mi vida me vuelvo a subir a un avión de esta compañía», lamenta Fidel, visiblemente enfadado.
Fidel Díaz y su mujer son dos de los muchos pasajeros –Ryanair no ha facilitado la cifra, pero ese avión tiene capacidad para 189 pasajeros y el vuelo iba casi al cien por cien– que se encuentran en Marruecos sin saber muy bien qué hacer. «Ni a quién reclamar ni con quién hablar ni cómo volver a casa». Asegura que otros pasajeros con los que han hablado les han dicho que la compañía estaba ofreciendo a algunos pasajeros quedarse hasta el lunes en Marrakech y después volar primero hasta Múnich, desde allí a Barcelona y después a Santander. «Pero yo no puedo hacer eso. Trabajo el lunes y he tenido que comprar un billete carísimo desde Marrakech a Madrid para el sábado (por hoy) y allí alquilaré un coche para llegar a Santander», comenta este afectado.
Esto sucede sin que haya empezado la huelga de los tripulantes de cabina de Ryanair que probablemente se produzca a finales del mes de julio. Las fechas concretas se anunciarán la próxima semana, si la compañía no acepta negociar con los sindicatos que representan a los tripulantes de cabina de toda Europa.
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