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«Ha sido un fenómeno complejo lo que hemos vivido estos últimos días», dice Reinhard Wallmann en el inicio de la conversación con este periódico. Habla de un «gran brote generado por múltiples eventos de contagio», en el que distintas personas han ido «de ... un evento a otro», lo que «ha provocado un crecimiento exponencial de los contagios en un determinado grupo de edad». Una suma de celebraciones conectadas entre sí. En concreto, esos brindis de fin de curso hasta ahora han supuesto 105 positivos y 700 contactos estudiados. La «gran mayoría», chavales de 17 o de 18 años. El responsable de Salud Pública reconoce que les «ha costado hacer un rastreo eficiente». Por eso, anuncia para este miércoles en el BOC una «matización para dejar claro lo que tienen que tener los listados de clientes del ocio nocturno». «Que no son voluntarios», insiste Wallmann, que adelanta también «más inspecciones» en los locales.
«Existen unas redes sociales de contactos reales. Y esos contactos han sido estables durante el curso. Sin embargo, con el fin de curso se han entremezclado esas redes, con nuevas conexiones, lo que ha dado al virus la oportunidad de expandirse». En distintos frentes. En «un local de ocio nocturno, en establecimientos de restauración, en varias reuniones de amigos informales, fiestas domésticas, una fiesta con pernoctación, encuentros familiares, transmisiones interdomicialiarias...». Esos son los eventos múltiples que, conectados, han dado lugar al «gran brote» entre jóvenes. Una multiplicación de positivos que ha llevado la incidencia acumulada en los últimos catorce días a los 89 casos por cada 100.000 habitantes (a siete días, la tasa está en 61).
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-¿Esperaban algo así o les ha cogido por sorpresa?
-Esperábamos que, al levantar las restricciones, hubiera casos en el colectivo joven no vacunado. Una vez que están protegidos los mayores y los más vulnerables, no se pueden sostener las restricciones de libertad social. Hay que aliviarlas y al hacerlo se asume cierto grado de incidencia en el colectivo más joven, sabiendo que el riesgo ya no será el mismo que antes por el avance de la vacunación. Esa es la idea que se maneja. En ese sentido, el de tener vacunada a la población, hubiese sido mejor que esto pasara dentro de un mes, pero es verdad que gran parte de la población más vulnerable a día de hoy ya está protegida.
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Lo que sí les ha «fastidiado» es la dificultad para el rastreo. «Vamos a insistir en los listados de clientes del ocio nocturno». Son -recuerda- obligatorios, no voluntarios. «Tienen que tener esas listas y que nos las proporcionen». Y en el Boletín Oficial de Cantabria de este miércoles quieren «dejar claro» que ahí tienen que incluir «nombre y apellidos, teléfono y DNI» de cada persona que acuda al local.
Por ahí vienen las explicaciones a sus últimos movimientos. «Por estas dificultades tuvimos que hacer el llamamiento público (se refiere a pedir a través de los medios que los que acudieron a la discoteca Coppola se hicieran una prueba) y también pedir las listas de alumnos a los institutos» (si bien separa del ámbito educativo tanto el origen como las consecuencias de este brote). El director de Salud Pública, en este sentido, destaca lo que tienen previsto ahora. Reforzarán el asunto de los listados y los inspectores de su departamento acudirán a revisar los locales.
El rastreo, que les ha llevado a estudiar hasta 700 contactos por el momento, ha deparado, además, un resultado «sorprendente». «No hemos tenido un brote que haya supuesto un porcentaje de detección de casos así». Si en los cribados masivos que se han realizado en situaciones concretas hasta ahora, el número de positivos oscilaba entre un 1% y un 5% del total, en esta ocasión esa tasa se ha elevado hasta un 17%.
Eso sí, el llamativo aumento de casos de los últimos días no parece tener consecuencias, según Salud Pública, en cuanto a la variante que predomina en la región. «En el brote no parece que esté presente la variante Delta (la india)». Se van a pedir al laboratorio de Microbiología de Valdecilla pruebas específicas de cada uno de esos eventos concretos que están en el origen del «gran brote». Por descartar opciones, pero los indicios no apuntan en esa dirección. A día de hoy «prosigue en Cantabria la dominancia de la variante Alfa con los brotes que ya conocíamos de la Delta, y que están prácticamente cerrados», aclara Wallmann.
¿Y el temor a que las vacunas no sean tan efectivas ante esta nueva variante? ¿No podría eso provocar una decepción, un golpe moral, en la población? «Lo que vemos -dice el responsable de Salud Pública- es que con la Delta, sólo con una dosis de las vacunas que necesitan dos tiene un poco menos de efectividad. Pero, de momento, no hay variante que resista la pauta completa».
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