Sanidad no dará marcha atrás al polémico cambio de las agendas de los centros de salud

Lejos de atender sus peticiones, el equipo de Sotoca defiende las ventajas que ha aportado la nueva herramienta de citación, que nace –insistió el gerente en un audio remitido a los medios de comunicación– del acuerdo de fin de huelga firmado en noviembre con el Sindicato Médico para garantizar el máximo de 35 pacientes al día, evitar la saturación y disminuir la burocratización: «Hemos conseguido que en el 85% de las agendas sea posible conseguir cita en el día o al día siguiente, se ha mejorado en accesibilidad», presume, «con los mejores resultados del Sistema Nacional de Salud». Y expone que «las mayores demoras (y también los programas de absorción de la demanda que se realizan de forma extra por las tardes) las tenemos allí donde no se ha introducido esta agenda de acceso», diferenciada en dos partes –explica–, «una de once huecos que gestionará de forma autónoma el facultativo» (consultas administrativas, telefónicas y domiciliarias) y la otra, con las 24 citas restantes, que se podrán solicitar «a través del mostrador de los centros de salud, de la página web o la aplicación móvil del SCS». Es decir, a demanda de los usuarios.

Lo que no dice el citado acuerdo, y es ahí donde los médicos centran la crítica, es que con esta nueva herramienta se «bloquea» su capacidad de citar a sus propios pacientes dentro de esa agenda destinada a la actividad presencial. Una modificación que se interpreta como una muestra de «desconfianza» hacia la labor de los facultativos. ¿Ha detectado la Gerencia de Atención Primaria mal uso de las agendas? ¿Hay algún caso en el que la lista de espera que reflejaban las estadísticas no se correspondiera con la realidad del centro? A esas preguntas, el SCS no responde de forma pública, pero alimenta las sospechas.

Ante esta situación, el Foro de Atención Primaria reitera «que no puede admitir la pérdida del control de las citas en sus consultas porque genera un sistema de gestión despersonalizado e inflexible con las necesidades de pacientes, médicos y demás personal de los centros incluidos en este proyecto del SCS, un sistema que va en detrimento de la calidad asistencial que deben ofrecer a sus pacientes favoreciendo la banalidad, la hiperfrecuentación y la inmediatez en la asistencia, limitando el seguimiento de enfermos crónicos y las actividades de prevención y promoción de la salud que tanto promulgan nuestros gestores de Atención Primaria».

A juicio del colectivo profesional, «una vez más el SCS pone en evidencia el desprestigio de la figura del médico de familia en Cantabria», con el que «no cuenta para abordar cambios estructurales que afectan a su trabajo diario». Dada la negativa de Sanidad a una rectificación de la medida, el Foro convocará una asamblea dirigida «a todos los compañeros de Atención Primaria» para decidir las actuaciones correspondientes encaminadas a «recuperar el control de la demanda por parte de los médicos, condición indispensable para una correcta relación médico-paciente».