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Sanidad adelantó ayer que «se va a hacer una aclaración o añadido» dirigida a los centros de salud para evitar que «haya confusión» si se vuelven a dar casos –como en Ampuero o Santoña, tal y como recogió este periódico– de dosis de vacunas sobrantes. ... Para saber qué deben hacer con ellas. A preguntas de este periódico, la Consejería indicó que el protocolo enviado a los centros el pasado día 8 indicaba que «antes de desechar una dosis, esta puede ser administrada a algún paciente de la ZBS (Zona Básica de Salud) que cumpla los criterios según la prioridad». Eso y que «la prioridad es la establecida en la estrategia de vacunación». Lo que pretenden concretar con esa aclaración es «el orden de los grupos».
La decisión de Sanidad viene determinada por dos casos concretos que ya se han producido y que fueron reflejados en este periódico. Uno en Ampuero –salieron a la calle a buscar gente para las dosis sobrantes– y otro en Santoña (se vacunó a siete agentes de Policía y a tres trabajadores sociales del Ayuntamiento). Era eso o tirar las vacunas a la basura. Por eso, para saber qué hacer, desde los centros de salud reclamaban instrucciones concretas. La Consejería precisó ayer que «la Gerencia de Atención Primaria remitió esta cuestión a los centros de salud el pasado día 8, dentro de la documentación para el desarrollo de la campaña de vacunación». Una instrucción genérica (no es el caso de lo sucedido con las residencias, donde desde la propia Administración se precisó que existía una lista de espera con varios nombres por si se daban situaciones de este tipo). Lo que se dice a los centros es que deben buscar personas que cumplan los criterios de la estrategia de vacunación por orden de prioridad.
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«A nivel de Consejería y mandos directivos del Servicio Cántabro de Salud no hay ninguna persona vacunada», aseguró Trinitario Pina en la entrevista de la Cadena Ser. Eso sí, el subdirector de Asistencia Sanitaria del SCS sí que defendió –la Consejería ya lo había hecho antes– la vacunación «de los equipos directivos de los centros sanitarios». «Somos completamente defensores de que todo el personal sanitario de los centros esté vacunado y los equipos directivos están en permanente contacto en su gestión diaria con todo el personal».
«Puede darse la situación, y se ha dado, de acudir con las dosis contadas para las personas programadas en cita y fallar alguna persona que estaba citada por algún motivo. Esas vacunas no se pueden volver a meter en nevera. Hay que administrarlas sí o sí porque se pierden y lo que no podemos permitirnos es tirarlas a la basura. El protocolo básicamente lo que establece es vacunar a personas, por ejemplo –y siempre se les dice–, mayores de ochenta años o personal sanitario. Una persona que pueda ser frágil o vulnerable y que esté justificada su administración». Esa fue, precisamente, la respuesta que dio ayer el subdirector de Asistencia Sanitaria del Servicio Cántabro de Salud, Trinitario Pina, cuando le preguntaron por el protocolo para las posibles dosis sobrantes de la vacuna. «¿Existe realmente un protocolo para aprovechar el remanente, las dosis que no se han administrado y que no se puedan guardar?», le preguntaron a Pina en el espacio informativo 'Hora 14 Cantabria', de la Cadena Ser.
Las dudas surgen ante un caso como el de Santoña el pasado día 14. El médico local coordinador del covid, Pedro Bermúdez, indicó que tuvieron que actuar «con la mayor rapidez posible». «Pensamos en colectivos que desde el primer momento de la pandemia nos han estado ayudando y están en primera línea, en contacto con mucha gente potencialmente infectada». Policías y trabajadores sociales del Ayuntamiento. Bermúdez, pese a reconocer que la actuación no se ajustó exactamente al protocolo, dijo estar convencido de haber tomado la decisión correcta. «La otra alternativa era tirar las vacunas a la basura».
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Denuncia
«Una situación curiosa». De esta manera define Trinitario Pina lo sucedido con la polémica vacunación en Ambuibérica, denunciada por los sindicatos. El subdirector de Asistencia Sanitaria del SCS descarga la responsabilidad de lo ocurrido –que se vacunara a la gerencia o al personal de oficinas antes que a un buen número de técnicos sanitarios sobre el terreno– sobre el envío de documentación que se hizo desde la propia empresa.
«Desde el Servicio Cántabro de Salud se solicitó a Ambuibérica que nos remitiese los listados de personal, de los trabajadores del transporte sanitario programado y del transporte sanitario urgente para proceder a su vacunación al estar expuestos al contacto con el virus. En la documentación que se nos remitió se incluyeron personas que no eran trabajadores del transporte sanitario programado. Se incluyeron personas de oficinas y de gestión y que no venían identificadas como tal, y que fueron finalmente vacunadas». Pina aseguró en la Cadena Ser que conocieron esta situación «a posteriori» y que esas personas venían en los listados «camufladas».
Más allá de la denuncia presentada por los sindicatos, a Pina le preguntaron si el Servicio Cántabro de Salud tiene previsto tomar algún tipo de medida contra la empresa. Según explicó, los hechos se «han trasladado a la Consejería de Sanidad, a Salud Pública y a los servicios jurídicos y está en manos de ellos decidir si se adopta alguna medida concreta». La versión de la empresa ha sido siempre que todo se hizo a requerimiento del propio SCS. Que la empresa sí que facilitó el listado de toda su plantilla y la vacunación se ha estado desarrollando «siguiendo estrictamente la planificación establecida por el SCS». De igual modo, insisten en el contacto permanente del personal en base por el que todos «los empleados corren riesgo de contagio».
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