![Seis de cada diez nuevos contagios son de personas menores de treinta años](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202106/29/media/cortadas/65641227-kcEC-U140866394823We-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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La vacunación avanza. La UCI está vacía. La ocupación de camas de hospital no llega al 2%. No se registran muertes desde hace más de una semana. Hasta se han suavizado las restricciones con la mascarilla en exteriores. Pero a Sanidad hay un dato ... que le desluce este panorama tan esperanzador en Cantabria. El número de positivos que se detectan cada día. El domingo fueron otros 109. Y esos casos se ceban, claro, en el sector de población menos protegido por las vacunas. Seis de cada diez nuevos positivos son de personas de menos de treinta años. «Altísima», definía el consejero la tasa de incidencia entre los jóvenes. Para hacerse una idea, si esa tasa se mide por décadas, se pueden comparar los 10 casos por cada 100.000 habitantes en los que tienen entre 70 y 79 años con los 478 de los que andan entre 20 y 29.
Y para colmo, Miguel Rodríguez relató que ya trabajan en el cribado de un segundo «gran brote» relacionado con los chavales y la noche. Nuevamente en Santander. Y eso, a la espera de conocer qué deparará hoy la actualización del semáforo covid, con la vista puesta en la capital, que tiene una incidencia en los últimos catorce días de 250 casos. Con todo, los datos de la ciudad seguían situándola ayer en un nivel dos de riesgo. O sea, el mismo de ahora.
A las tres y media de la tarde de ayer seguían buscando positivos en el rastreo de ese segundo «gran brote» -así lo llamaron- vinculado a un local de ocio nocturno de la capital. «Son bastantes», comentaban fuentes de la Consejería en ese momento. Finalmente, indicaron que hoy harían públicos los datos ya que el rastreo continuó durante toda la jornada. Más madera para una estadística que no deja de engordar. Es lo que hay en un lado de la balanza. La incidencia a catorce días en la franja de 10 a 19 años está en 402 casos y la de los que tienen entre 20 y 29, en 478. Incluso, en el tramo de 30 a 39 años también se sitúa en niveles altos, 177. Casi nueve de cada diez casos nuevos localizados la pasada semana (ocho y medio, para ser exactos) se correspondió con personas menores de cincuenta años. Eso eleva el dato general en Cantabria. Lo dispara. A siete días, 99. A catorce, 160 (hace pocos días llegó a bajar a 60). Acabado el curso, la «socialización» ha aumentado y, con ella, la media de contactos que hay que rastrear con cada positivo. Ahora son ocho, «un nivel altísimo», insistió Rodríguez, que volvió a utilizar lo de situación «preocupante» en la región desde el punto de vista epidemiológico.
Dijo que lo de que los casos en los jóvenes no acaban en el hospital «no es una regla general». Y puso el ejemplo de un ingresado (de los 22 que hay) de entre veinte y treinta años. Y también habló, como avisos, de contagios «que hacía mucho que no teníamos». Tanto en residencias (cuatro centros con seis residentes) como entre el personal sanitario.
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Ya en el Parlamento, por la tarde, concretó, a preguntas de los diputados, que se han localizado quince brotes en el ámbito de la restauración. Y sacó los papeles para explicar las ramificaciones de algunos de estos casos. Las dificultades para el rastreo. Tres de ellos, en discotecas. «Discoteca uno -detalló-: 163 casos y mil contactos estrechos. Discoteca dos: 86 positivos y en estudio aún los contactos. Discoteca tres: 61 positivos y doscientos contactos estrechos». Utilizó esa fórmula para no dar nombres de establecimientos y, posiblemente, en esa enumeración estuvieran los datos del «gran brote» de la noche de la pasada semana y del que adelantó a primera hora de ayer (aunque en Sanidad afirmaron que hoy darían los números exactos de ese segundo «gran brote» en Santander).
Y dio más datos desde la tribuna. Por ejemplo, que de los 22 hospitalizados, diez estaban vacunados y seis tenían la pauta completa (todos personas de entre 64 y 91 años). O que se han detectado cuatro brotes con diez casos de la variante brasileña y otros siete, con 18 casos, de la india. Hay una persona hospitalizada de cada variante.
Pero hay que mirar el otro lado de la balanza. A medida que aumenta la vacunación descienden los contagios y la gravedad en los síntomas de los que se contagian. Siguiendo con esa tabla de incidencia por edades se ve claro. De 40 a 49 (53% vacunados, pero sólo 17% con la pauta completa), una tasa de 126 casos por cada 100.000 habitantes. De 50 a 59 (con un 82% que ya se subió la manga de la camisa y un 65% inmunizado), 71 de tasa. Y a partir de ahí (con porcentajes de vacunados ya en el 100% o muy cerca), empiezan los números bajos. De 60 a 69 años, 48 casos. De 70 a 79, únicamente diez.
Aquí hay un dato que se camufla entre la vorágine de números y que es determinante. Sobre todo, a la hora de tomar decisiones en cuanto a las medidas. Si se mide esa incidencia acumulada sólo entre los mayores de 65 años (los que más riesgo de complicación muestran en caso de contagio), la cifra en los últimos catorce días es de 25 casos y en los últimos siete, de 16.
Que la alta incidencia entre los jóvenes no tiene el mismo impacto en la hospitalización también resulta evidente. Los ingresados subieron el domingo de 18 a 22, pero el porcentaje de ocupación de camas es de un 1,7% y Cantabria fue la primera comunidad en esta etapa que pudo anunciar que su Unidad de Cuidados Intensivos estaba vacía de pacientes con coronavirus (y así sigue desde entonces). Más aún, la última muerte por la enfermedad en la región según los datos oficiales es del pasado día 18.
Con esos dos pesos en la balanza hoy toca actualizar el semáforo covid. El sistema que mide los niveles de riesgo en cada municipio y, en consecuencia, fija las restricciones. Rodríguez volvió a decir ayer que la evolución epidemiológica de Santander es «mala». Descartó medidas adicionales, más allá de las que ya fija el propio semáforo. «Si hay algún municipio en nivel 3, eso ya supone medidas importantes de contención», advirtió. El nivel 3 supone, por ejemplo, cierre de interiores en hostelería.
Habrá que ver si la suma de parámetros que se estudian (que van más allá de incidencia) le supone a la capital escalar un peldaño. Con los datos de ayer en la mano, no. Y si llegara, ¿confirmaría Sanidad la orden de cerrar los locales ya en el mes de julio?
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