![La sequía golpea de lleno a las abejas y merma la cantidad de comida de las aves](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/05/02/83181536.jpg)
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La sequía tiene efectos que van mucho más allá de la disminución de las reservas de agua, las restricciones al consumo y su impacto en la vida y las actividades económicas humanas. El complejo ecosistema natural también se ve directamente afectado a todos los niveles, ... especialmente la flora y la fauna que lo ocupan. Y, dentro de esta última, uno de los grupos en los que mayor impacto tiene la falta de agua y humedad es el de los más pequeños, es decir, los insectos. En este contexto, la gran pregunta es si habrá más o menos insectos al aumentar el calor y reducirse la disponibilidad de agua. Se trata de una cuestión compleja por los numerosos factores que intervienen y por la estrecha interrelación existente entre ellos. La respuesta, como suele ocurrir siempre en ciencia, no puede reducirse a un sí o un no. Porque dentro de los insectos, que son animales de sangre fría, hay numerosísimas especies y no todas responden por igual a los cambios medioambientales. En ese sentido, Juan Manuel Pardo de Santayana, naturalista de la Fundación Naturaleza y Hombre, señala que «la sequía hace que algunos insectos, especialmente los que viven en charcas, vean mermadas sus poblaciones, mientras que a los demás, al ser de sangre fría, les viene bien».
Pardo de Santayana subraya que la incidencia de la sequía entre las especies de insectos no tiene efectos inmediatos: «Los insectos son capaces de nacer pronto durante la primavera y de aguantar mucho llegado el otoño, especialmente cuando el invierno viene tarde». El experto asevera que es «el invierno el que controla a los insectos, dado que si hay buen tiempo desde primavera pueden hacer varias generaciones en el mismo año, hasta tres o cuatro ciclos en algunos casos».
Juan Manuel Pardo de Santayana
Fundación Naturaleza y Hombre
La falta de agua no solo tiene una incidencia directa en el desarrollo de estas especies, sino también indirecta. Ello se debe a que el déficit hídrico afecta a las plantas y a sus flores, de las que dependen gran cantidad de invertebrados. En ese sentido, otro de los ejemplos paradigmáticos es el de las abejas, una especie esencial para el mantenimiento del equilibrio biológico. Sin abejas no hay polinización ni plantas, y sin ellas la cadena trófica se rompería. «En el sistema trófico los insectos tienen más importancia que los mamíferos y los humanos», resalta Pardo de Santayana. Además, la falta de alimento provocada por un menor desarrollo de las plantas y sus flores también afecta al ritmo de vida de las abejas, que reducen su movilidad y eficiencia. Asimismo, los episodios de calor alteran a las colmenas, cuyas integrantes se muestran más nerviosas y agresivas. Y, por si fuera poco, el calor también beneficia a una especie invasora como la avispa asiática, que crea grandes problemas a las productoras de miel.
En el caso de los mosquitos, al ser una especie tradicionalmente asociada a los periodos de mayor temperatura cabría suponer que la sequía favorecería su desarrollo, pero la respuesta no es tan sencilla. Entre otras cosas porque requieren de agua estancada para el desarrollo de sus huevos, con lo que si el calor ayuda, la falta de agua puede reducir su cantidad durante el periodo estival. Pero el alcance de la falta de agua en estas especies es mucho mayor, porque solo en España se calcula que habitan hasta 40.000 especies de insectos.
Como en todo ecosistema, los insectos están íntimamente relacionados con otras especies. Es el caso de los pájaros, para los que suponen una parte esencial de su dieta. Por ello, la falta de agua reduce la disponibilidad de sustento. Alberto Benito, de SEO/BirdLife, explica que «muchos insectos dependen de plantas concretas y algunas especies nacen en momentos determinados del año porque nacen dichas plantas». Por ello, «si no llueve, la planta puede adelantarse o atrasarse y eso puede descoordinar el nacimiento de los insectos con el de las plantas, lo que para la generación de ese año puede ser catastrófico».
Alberto Benito
SEO/BirdLife
Una dinámica que, según señala, afecta de lleno a los pájaros, aunque en el caso de Cantabria menos que en otras comunidades más afectadas por la sequía: «Aquí en Cantabria no tiene tanto impacto porque de momento es privilegiada, humedad hay siempre». Según Benito, «tenemos muchas especies insectívoras que este año van un poco más lentas, pero si esto sigue así, les puede llegar a afectar de una forma más importante». «Entre las especies insectívoras invernales puede haber un poco de carencia», continúa. Y pone dos ejemplos: «El autillo europeo es un búho inmigrador e insectívoro que depende de las polillas y los saltamontes, así como el alcotán, un halcón inmigrante que llega en mayo y que es dependiente de libélulas e insectos grandes». Para el especialista de SEO/BirdLife, «la clave está en el equilibrio». «En estas situaciones es tan mala la escasez como el exceso de agua, es un equilibrio fácil de romper», explica. De momento, destaca, «en Cantabria hay reserva, pero otros lugares de España lo tendrán más fastidiado».
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