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Mientras no haya vacuna que lo frene, sólo la detección precoz permite cortar las cadenas de contagio del covid-19 antes de que la red de afectados se multiplique hasta que el rastreo sea inabarcable. La estrategia marcada desde el Ministerio de Sanidad es ... clara. Ahora falta completar los medios para garantizar que se puede controlar la transmisión del virus antes de que vuelva a dispararse, teniendo en cuenta que el otoño se presenta como la nueva prueba de fuego para el sistema sanitario. En previsión de ese aumento de la demanda de test diagnósticos, la Gerencia del Servicio Cántabro de Salud (SCS) tramita ya la compra de un millón de hisopos para la realización de pruebas PCR, hasta ahora la técnica más fiable. La cantidad responde al consumo estimado para los próximos doce meses. «Tenemos que garantizar el estocaje», señala la gerente, Celia Gómez, que tiene muy presente las dificultades que hubo al comienzo de la pandemia para acceder a los proveedores. La situación de desabastecimiento obligó entonces a recurrir a la producción propia de hisopos a través del Hospital Virtual Valdecilla y la Universidad de Cantabria.
El concurso de este contrato, valorado en 2,2 millones de euros (presupuesto máximo de licitación), está a punto de resolverse. El suministro, que consiste en el kit de toma de muestras con medio de transporte, se repartirá entre los hospitales de Valdecilla, Sierrallana y Laredo, además de la red de Atención Primaria.
No obstante, desde el SCS se están evaluando diferentes alternativas de test de coronavirus para determinar el uso que puede tener cada una. En ese abanico de posibilidades se incluyen los test de saliva, que es el más fácil de realizar, además de uno de los más económicos. Basta una muestra de esputo para determinar en cuestión de minutos si hay presencia de SARS-Cov-2. «Puede que no sea el más adecuado para los cribados en residencias de mayores, por ejemplo, pero sí puede serlo para los colegios o los profesionales sanitarios», apunta Gómez. En ese caso, por ejemplo, se sustituirían las PCR a los alumnos de clases en cuarentena preventiva por un test de saliva. Se cuenta con tenerlo disponible a corto plazo. «Estamos a la espera del informe de validación del Instituto de Salud Carlos III», añade. En función de la estrategia se calculará el número de unidades necesarias. Pero, además, está prevista la incorporación de los llamados test de antígenos, que en síntesis es una PCR rápida. Se analiza también una muestra nasofaríngea -implica que la toma la debe de realizar personal sanitario preparado- pero el resultado se obtiene en menos de treinta minutos, porque el kit de la propia prueba ya incorpora los reactivos. Si los centros de salud dispusieran de esta herramienta, la detección del covid sería más ágil, puesto que se llegaría al diagnóstico en la primera consulta, tal como viene reivindicando la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria de Cantabria.
El catálogo de test que analiza el SCS incluye también una PCR específica que permite distinguir entre el covid y la gripe, teniendo en cuenta que se trata de dos infecciones respiratorias con sintomatología inicial similar y que van a convivir en los próximos meses de forma irremediable, junto con otros virus habituales del invierno. «Esta es una prueba que tiene mucho interés, sobre todo en las urgencias hospitalarias», destaca la gerente.
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