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MADA MARTÍNEZ
SANTANDER.
Lunes, 2 de octubre 2017, 07:19
El general de división Juan María de Peñaranda (Palencia, 1933) pronunció en el Ateneo de Santander una conferencia con motivo de los 40 años de la creación del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), reconvertido en 2002 en el CNI, Centro Nacional ... de Inteligencia, que ahora dirige el general Félix Sanz y que cuenta con cerca de 3.500 agentes.
Peñaranda conoce cómo arrancó y cómo transcurrieron los años iniciales del primer servicio de inteligencia en la etapa democrática, creado en 1977, y cuyo primer responsable fue el general cántabro José María Bourgon López-Dóriga -por encomienda de Adolfo Suárez a través de Manuel Gutiérrez Mellado-. El CESID sustituyó al SECED, los servicios de información de Carrero Blanco, y aglutinó otros departamentos de inteligencia militar. «La creación del CESID se hace como consecuencia de la conveniencia de que haya un solo servicio de inteligencia nacional que atienda los asuntos internos y externos, el espionaje y contraespionaje, aunque quizá sea simple decirlo así», resume Peñaranda. Precisa más adelante: «Lo que hace el CESID es recoger esas funciones que había antes en el SECED y en la Organización Contrasubversiva Nacional (OCN), quitando cosas que ya no tenían sentido -como seguimientos a ciudadanos contrarios a Franco-, temas que iban desapareciendo porque había otros conductos, otros canales abiertos y democráticos». Peñaranda es autor de varios libros, entre ellos 'Desde el corazón del CESID', en el que da su visión del papel de los servicios secretos desde la muerte de Franco hasta el golpe de Estado de Tejero. Está orgulloso de que las nuevas promociones de oficiales o civiles del CNI tengan estos títulos entre sus libros de textos. «Es la documentación recogida a lo largo de 14 años en sitios distintos», cuyo valor va más allá de las anécdotas o las experiencias personales, precisa.
Peñaranda habla de su paso por los servicios secretos en los años setenta -a finales de 1970 comenzó a trabajar para el Servicio de Presidencia, después pasó al SECED, y luego al CESID, donde se encargaba del Sector político-; habla de la Operación Galaxia -«un antecedente clarísimo del 23F», en el que, paradójicamente, ya participó Antonio Tejero-; habla del trabajo de los espías, de ganzúas y negocios tras los que se camuflaban los agentes dentro y fuera de España. Pese a detallar varias operaciones, piensa que estos servicios deben ser desconocidos. «Ha habido alguna etapa con ruedas de prensa..., y es todo lo contrario: no tienes que contar nada, si es posible ni que se sepa que existes».
Hay espionaje y contraespionaje. Peñaranda explica el quid del segundo: «La labor de contraespionaje es ver qué operaciones hacen otros países que puedan afectar a la soberanía nacional. Esa es la labor de todos los servicios de inteligencia del mundo: sacar información en el país del que nos conviene tener información, muchas veces por negocios, otras veces por temas económicos importantes para la nación. Ahora estamos hablando con mucha frecuencia de Venezuela: yo no tengo duda de que en Venezuela están actuando los servicios de inteligencia extranjeros enterándose de lo que hacen [desde el poder] y de lo que hay alrededor; y buscando la información más próxima a los que en este momento están tomando decisiones». Apunta a la importancia de lograr documentos o testimonios escritos en estas acciones. «Lo que se busca en esos servicios es que la información que tú envías a tu país sea de la mayor calidad posible; sino puedes estar dando patinazos».
Los servicios de inteligencia de países amigos, indica, colaboran entre sí. Por ejemplo, para enfrentar el terrorismo yihadista, que -indica- ha cogido desprevenidos a la mayor parte de los servicios de información europeos, «un desastre». «Por fortuna, nosotros, somos los primeros -o, si no los primeros, ex aequo con el primero- en información sobre los grupos yihadistas o grupos terroristas extranjeros. ¿Por qué? Porque nuestros servicios han tenido un hábito de trabajo con el tema de la ETA» desde los sesenta, dice; o por la relación de España con países del norte de África, añade. «En el mundo internacional de la inteligencia nuestra gente tiene una relevancia».
El general también opina sobre la situación de Cataluña, una «situación incómoda» que no se va a resolver hoy, el día después del referéndum, ni tampoco a corto plazo. «Me ha sorprendido que los dirigentes catalanes no hayan abandonado antes, están cerriles en llegar a esta situación. No me lo explico». ¿Ve alguna solución política? No cree. «Hemos tenido la suerte de tener en este momento un presidente tranquilo y gallego, que no ha entrado a saco. [...] Han preferido esperar a que se cuezan en su propia salsa».
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