A pesar de que la situación empezó a cambiar cuando comenzó la inmunización, lo cierto es que las residencias han ido incorporando viejas actividades o dinámicas que la pandemia había dejado en suspenso, por ejemplo, la actividad con perros en el Centro de Atención a la Dependencia de Cueto esta semana.
La modificación del protocolo, que deberá ser autorizado por Salud Pública, busca «compaginar la salvaguarda de la salud y la vida de las personas mayores y con dependencia». En todo caso, se mantendrán vigentes las medidas preventivas para garantizar la seguridad. La dirección de cada centro continuará coordinando las entradas de familias para asegurar su escalonamiento, y el visitante deberá cumplir las normas de higiene establecidas para acceder al recinto, como el uso de la mascarilla higiénica o quirúrgica o el lavado de manos.
«Hay que tener en cuenta que a diferencia de otras comunidades autónomas, que durante todos estos meses han mantenido aislados los centros, Cantabria ya permitía las visitas a las residencias desde el 26 de mayo, así como las salidas de los residentes», dice Álvarez. Por ello, «el margen de flexibilización ahora es menor con respecto a otros territorios donde los centros han estado cerrados al exterior».
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