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El comercio, sobre todo el de cercanía, resiste con su 'mala' salud de hierro. Pero en verano se ve impulsado por la mayor presencia de ... gente en las calles, aupado por visitantes y turistas. Sin embargo, los comerciantes tienen la mirada puesta en otoño e invierno, donde intuyen negros nubarrones. Las últimas medidas adoptadas por el Gobierno central para ahorrar energía les han enfadado. «Es lo de siempre, las toman sin consultar a los afectados», se lamenta Miguel Ángel Cuerno, presidente de la Federación del Comercio de Cantabria (Coercán).
-Antes de nada, acaba de comenzar agosto. ¿Cómo está siendo el verano para el comercio en Cantabria?
-Pues muy bueno, un verano especialmente óptimo. Ya hemos superado los niveles prepandemia. Lo mejor es que hay mucha gente, muchos visitantes, muchos turistas y eso siempre se traduce en buenos datos. La gente tiene ganas de salir y consumir. Pero el comercio, si le sacamos de esta época del año, sigue teniendo muchos problemas. Básicamente por lo mismo: los cambios de costumbres de la gente a la hora de comprar, el comercio electrónico de las grandes plataformas... Pero nosotros en verano siempre estamos mejor.
-¿Que previsiones tiene para final de año?
-No sé lo que se prevé porque nadie conoce siquiera lo que se espera para octubre. Depende de a quién escuches, parece que todo va a ser un desastre o que todo va a ir fenomenal.
-El comercio ha vuelto a ser protagonista tras el anuncio de esta semana del Gobierno central para ahorrar energéticamente controlando la temperatura de las calefacciones y aires acondicionados y apagando las luces de los escaparates por las noches. Ustedes han puesto el grito en el cielo.
-En lo que no estamos de acuerdo es en que tomen medidas sin consultar antes a los afectados, pero es lo mismo de siempre. Los comerciantes han hecho inversiones durante los últimos años para ahorrar energéticamente en sus negocios, es que ha habido ayudas públicas para ello. Ahora nos dicen que apaguemos la luz... Yo esto no lo veo.
-¿Cree que influirá tanto en Cantabria, donde las temperaturas tanto en verano como en invierno son más moderadas?
-Es que la mitad de los comerciantes ya tiene cuidado con las temperaturas y la climatización para no gastar dinero y ahorrar. Además, muchos aún trabajan con la puerta abierta por el tema del covid. Lo que va a suceder es que se montará un lío político, una pelea por votos. Al final será un escenario para que los partidos luchen.
-Los joyeros se quejan de que si tienen que apagar las luces por la noche afectará a la seguridad.
-Lógico, ¿cómo van a apagar la luz? Si es que la ley ya les obliga a mantener la seguridad con unos elementos que son muy caros y súper sensibles que necesitan de la iluminación. No sé cómo se aplicará finalmente esto.
-Cambiando de tema, el comercio vive en rebajas continuas. ¿Se nota algo en las campañas específicas?
-Como desaparecieron por ley como tal, esa parte de compra impulsiva se nota poco. Ahora son permanentes, hay todo tipo de descuentos y también de facilidades en los servicios.
-La inflación ha disparado los precios, también en el comercio. ¿Cómo está influyendo entre los clientes?
-A pesar de todo, los clientes no están variando su consumo, al menos en estos tres o cuatro meses de primavera-verano. La gente está gastando lo que tiene y lo que no. El problema surgirá en el otoño cuando no le alcance el dinero para todo.
-¿Y entre los comerciantes?
-Los precios se están incrementado por igual, tanto para los consumidores como para nosotros, por encima del 30 y el 40%. Antes un contenedor valía 1.000 dólares y ahora cuesta 14.000. Eso obliga a repercutir la subida. Salimos adelante como podemos, ya sabemos que tenemos que especializar al máximo nuestros negocios y, muy importante, estar presentes en redes sociales. Esto último lo saben incluso quienes no lo hacen.
-Antes la apuesta era por las plataformas de comercio electrónico. ¿Qué ha cambiado?
-Se vendieron como la panacea y no están generando más que gasto y decepción. A los comerciantes sólo les sirve para gastar dinero, a diferencia de las redes sociales.
-¿Hay, por tanto, un cambio de paradigma?
-Ya hemos tenido tres o cuatro plataformas de comercio electrónico y, además, con dinero público. En una se gastaron casi 20 millones de euros, que se tiraron a la basura. Al comerciante no le sirve eso. Las redes sociales son lo fundamental. Si estás ahí, te ven tus amigos, tus conocidos, tu vecindario, tus clientes y los clientes potenciales. Ya no hace falta ni una página web. Incluso ya se puede vender por WhatsApp.
-Un paseo por los grandes núcleos de la comunidad, como Santander y Torrelavega, es descorazonador. Sólo se ven negocios cerrados con el cartel de 'se alquila' en el escaparate.
-Está habiendo transformaciones y cambios. En las zonas rurales, en cambio, los negocios se mantienen. Tienen su clientela fiel, los locales son suyos y los alquilados son con precios mínimos. En Torrelavega y Santander hay más problemas. Torrelavega se está desertizando en sus calles más céntricas, hasta las grandes cadenas y franquicias han comenzado a marcharse. Además, los locales pertenecen a muy pocas familias y no acaban de bajar los alquileres lo suficiente para que se muevan y estimulen los negocios. En Santander está sucediendo en calles potentes como Guevara, San Francisco... El propio centro, la vía principal, los locales de pata negra los tienen las grandes franquicias que pueden pagar rentas altas.
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