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El Sindicato Médico quiso despejar el dilema en el que se encuentran los jóvenes médicos que ayer dejaron de ser profesionales en formación (MIR) para dar el salto al mercado laboral, especialmente a los dedicados a la Atención Primaria, la más necesitada de nuevos profesionales: « ... No os quedéis a trabajar en Cantabria». Así de contundente fue la recomendación pública realizada por el vicepresidente de la organización, Santiago Raba, en rueda de prensa, a sabiendas de que la mayoría de los facultativos de familia que han terminado su residencia (33) están dispuestos a seguir su carrera en el Servicio Cántabro de Salud (SCS) si las condiciones laborales les convencen.
Y es ahí donde está el meollo: la oferta de las plazas de médico sin cupo de pacientes asignado, que se añadirán a la plantilla de Atención Primaria, les plantean muchas dudas, aunque la Consejería de Salud ofrece pagarles unos 61.000 euros brutos al año.
Sobre esas dudas habló ayer el Sindicato Médico, pese a haber participado directamente con Sanidad en las negociaciones de esta fórmula que pretende ganar en flexibilidad a la hora de mover profesionales para cubrir bajas y vacaciones. Raba recordó que la eliminación de los famosos contratos de continuidad, que permitía disponer de médicos comodín para suplir ausencias en distintos destinos, se incluyó en el acuerdo de fin de huelga que firmaron de 2022. Y no apoyarán nada que se parezca a aquello que rechazaron de plano entonces.
«Es muy sospechoso que no se limiten las plazas sin cupo asignado, lo que abre la puerta a que se vayan sustituyendo las actuales»
«Por supuesto que será contraproducente que no se queden los médicos que acaban, pero no podemos venderles lo que no es»
«Estos contratos mixtos sin cupo, que implica el 70% de las horas de trabajo en centros de salud y un 30% en SUAP, era una concesión que hacíamos para facilitar la movilidad», añade. Pero hay cuestiones que debían llevar asociadas estas nuevas plazas que no se han concretado en el borrador transmitido a la mesa sectorial, que el lunes no fue respaldado por ninguno de los sindicatos que forman parte de ella.
Tal y como está recogido en el documento, «estas plazas pueden suponer el fin de la Atención Primaria como la conocemos, porque la Administración se niega a limitar la creación de las mismas, dejando premeditadamente la puerta abierta a amortizar plazas actuales y sustituirlas por este modelo», señala Raba. «A medio plazo, los pacientes dejarán de tener un médico de referencia y los centros de salud se convertirán en meros centros de atención a la urgencia».
Además, añade, hay otro matiz importante que tampoco se ha plasmado en el borrador de la orden: ¿Cuándo y cómo se repartirán esas guardias de SUAP? La idea que se planteó en las conversaciones con la Administración era que «ese 30% de horas se computara de forma mensual», con una guardia de fin de semana y otra entre semana, algo que consideran «asumible». «Si no se especifica, corremos el riesgo de que les acumulen esas horas de Urgencias y se pasen el verano haciendo guardias sábados y domingos», subraya el vicepresidente del sindicato, que tampoco se cree que la Gerencia pueda cumplir con los tres meses de antelación a los que se compromete para facilitar la cartelera.
«No todo es dinero, queremos poder organizar nuestra vida personal», reivindican los jóvenes médicos, a la espera de que el SCS les haga llegar la oferta definitiva. Mañana, jueves, está convocada otra mesa sectorial, se entiende que para intentar resolver esas cuestiones que quedan en el aire y que serán decisivas a la hora de decidir si trabajar en la sanidad de Cantabria o no.
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Aunque a la reunión del pasado lunes el Sindicato Médico no acudió, en protesta por el incumplimiento del pacto sanitario firmado en junio, que «está congelado», a la de mañana sí asistirá, aunque ya ha avanzado que, si no se recogen sus exigencias, impugnará la orden de creación de las plazas sin cupo. Pide al equipo de César Pascual que limite el número de puestos que se crean en estas condiciones –hasta ahora serán 37–, que se especifiquen las dos guardias mensuales en SUAP y solo una de ellas en fin de semana; y que se apliquen las ventajas ligadas a las plazas de difícil cobertura. Solo así cambiarán su postura, conscientes de que desaconsejar a los nuevos médicos quedarse a trabajar en Cantabria «será contraproducente. Por supuesto que lo será, pero no podemos venderles lo que no es, tenemos que velar por las condiciones de nuestros compañeros», apunta Óscar Pascual, secretario general del Sindicato Médico, también presente en la rueda de prensa, junto a Óscar Ortiz, tesorero de la organización, y la pediatra Cristina Naranjo.
«Tenemos necesidad de que vengan médicos a formarse a Cantabria, pero luego les ofrecemos salarios de 1.200 euros brutos (menos que un auxiliar o un celador) y les ponemos camastros para dormir en las bibliotecas o en los gimnasios de los centros», denunció Raba, mostrando fotografías de un ejemplo. «Nos une un malestar enorme por la falta de reconocimiento y evidente desprecio a la formación, dedicación y responsabilidad que se exige al colectivo médico en relación a otros. No vamos a permitir que se nos siga ninguneando». A su juicio, «hay falta de voluntad política y falta de talento gestor en la Consejería para captar y desarrollar todo el talento y potencial que los médicos pueden aportar a nuestro sistema sanitario».
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