Secciones
Servicios
Destacamos
Las previsiones eran malas y se han cumplido. Los sectores que viven del turismo en Cantabria hacen un balance «muy negativo» de la Semana Santa. Es el esperado después de que se decidiese mantener el cierre perimetral de las comunidades autónomas para seguir luchando ... contra la pandemia. En una región tan pequeña y que vive en gran medida del turismo de proximidad, eso significaba tener pocos clientes.
«Sólo el cierre perimetral ya nos condena», dice Ángel Cuevas, presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria. «No ha sido una sorpresa –explica–. La ocupación ha sido ridícula, salvo en algunos valles del interior, y a precios de temporada baja. Los pocos que han decidido abrir han tenido pérdidas, no ha habido negocio».
En el caso de los bares, restaurantes y cafeterías se ha trabajado «un poco más», pero «está muy claro que los cántabros somos pocos y no podemos generar beneficio en los 6.800 negocios de hostelería que hay en la región». Cuevas recuerda que en la última campaña de Semana Santa «normal», la de 2019, la ocupación en los «días clave» fue del 90%. «La situación es límite. Estamos más preocupados que hace un año. Como el nivel de vacunación no sea alto a finales de mayo o principios de junio, perderemos también el verano», afirma.
Jesús Blanco, presidente de la Asociación de Turismo Rural de Cantabria, también realiza un balance de Semana Santa «claramente negativo», salvo en algunos valles del interior. En su sector también han echado en falta a los clientes procedentes de regiones limítrofes. Blanco indica que la situación del sector es «muy preocupante», después de un primer trimestre del año «muy duro». «Lo aceptamos con resignación si sirve para tener una buena temporada de verano, pero tenemos serias dudas. Si falla será el caos, la ruina», señala. Blanco reconoce que el verano pasado fue «corto pero muy bueno», porque «ahora la gente busca mantener la distancia de seguridad en contacto con la naturaleza».
El presidente de la Asociación de Empresarios de Campings de Cantabria, Eneko Valle, tampoco tiene buenas noticias. El balance de Semana Santa en su sector es «bastante flojo», aunque el tiempo fue «mejor del que anunciaron». Ellos también se quejan de la falta de visitantes y tienen la mirada puesta en el verano, aunque «aquí sólo se trabaja dos o tres meses». «Dentro de lo malo, nosotros solemos empezar después de Semana Santa. El verano pasado no estuvo mal y vamos aguantando. Esperemos que la pandemia vaya remitiendo y recuperemos poco a poco la normalidad», concluye.
Noticia Relacionada
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.