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El Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Cantabria (STEC) exige el «cese inmediato» de la consejera de Educación, Marina Lombó, por la «nefasta manera» de gestionar el inicio del curso en Santoña. Para este sindicato, resulta «inadmisible« que una autoridad como ... la consejera «origine un problema añadido de esta gravedad, en un momento como éste y en una comunidad educativa que vive, como el resto de la sociedad de Santoña, días de angustia por la evolución de las cifras de la pandemia y por las consecuencias del confinamiento de la localidad».
STEC, sindicato mayoritario en Junta de Personal Docente, exige igualmente al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que «tome cartas en el asunto» cesando a una consejera «que, en lugar de dialogar con la comunidad educativa de Santoña y trasladarle apoyo en estos momentos tan difíciles, se ha enfrentado a toda ella generando primero desconcierto, después desánimo y finalmente crispación».
«Resulta intolerable, a nuestro juicio, que, en una situación de confinamiento, con la población recluida, con restricciones de todo tipo que afectan entre otras cosas a la libre circulación de entradas y salidas en la localidad, los colegios e institutos inicien la actividad lectiva como si no ocurriese nada«, continúa relatando la organización sindical en un comunicado hecho público este domingo.
Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza de Cantabria (STEC)
Recuerda además STEC, «como una complicación más», que alrededor de trescientos alumnos de los institutos de Secundaria no residen en Santoña, sino en localidades de otros municipios cercanos. «Fingir normalidad y forzar el inicio de las clases en una situación como esta, solo sirve para poner en riesgo de forma innecesaria la salud del alumnado, de los docentes y resto de personas que trabajan en los centros, así como del conjunto de las familias. Y esto es imperdonable por lo que tiene de imprudente e innecesario en un comienzo de curso».
El sindicato critica que la consejera Lombó «ha intentado, primero, confundir a la opinión pública echando balones fuera trasladando su responsabilidad a Salud Pública, y cuando ésta ha aclarado que la decisión de retrasar la incorporación del alumnado es competencia (¡Cómo no puede ser de otra manera!) del departamento de Educación, Lombó ha optado, no por el diálogo e intentar llegar a un acuerdo, sino por el 'ordeno y mando'».
Llegan a señalar que la actitud que ha demostrado la titular de Educación «rebasa todos los límites». Y enumeran sus 'pecados': «desoye a los equipos directivos de los centros, ningunea al profesorado, desatiende la demanda unánime de las asociaciones de padres y madres, ignora las peticiones del ayuntamiento de Santoña...». Recuerdan desde STEC que otras instancias del mundo educativo (sindicatos docentes, asociación de directores de centros, etc.) han manifestado también estos días su apoyo a la posición que habían mantenido hasta la noche del sábado los centros de Santoña, pero Lombó «ha preferido hacer oídos sordos a todo un clamor que aboga por el retraso del inicio de curso, y, en lugar de dialogar, enfrentarse a todos y a todo«.
Ante esta «nefasta actuación», que es, en su opinión, «el corolario de una política educativa errática y de una gestión de la pandemia desastrosa evidenciada en los problemas de inicio de curso», el sindicato asegura que «ya sólo cabe la marcha de una consejera que ha demostrado tener unos tics autoritarios muy preocupantes». «Miguel Ángel Revilla no puede seguir sosteniendola ni un minuto más en su cargo, si no quiere hacerse también él corresponsable del conflicto que ha enfrentando a toda una comunidad educativa con la Consejería de Educación», añaden.
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