La terraza-mirador del Palacio de Festivales llevará el nombre de Lines Vejo

Ahora, arranca esta «compleja» obra con la idea de abrir al público el próximo verano con una inversión de 1,5 millones de euros y un plazo de ejecución de 12 meses. La actuación permitirá acceder a la terraza que está encima del escenario de la Sala Argenta y a las dos torres de la fachada a Gamazo. Además acogerá el primer rooftop bar de Cantabria, un espacio hostelero para la acogida de eventos, para el divertimento y para el ocio.

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Daniel Martínez

Zuloaga ha indicado que llamar Lines Vejo a la terraza es «un acto de justicia con la historia de la región» y con «la principal panderetera de Cantabria», que atesora «miles de tonadas y cientos de ritmos» que constituyen un legado cultural de alto valor para la Comunidad Autónoma.

En la colocación de la primera piedra han estado presentes también la directora general de Acción Cultural, Gema Agudo; dos de los arquitectos responsables del proyecto, Eduardo y Gabriel Fernández-Abascal; y el presidente de SIEC, la empresa adjudicataria, Juan de Miguel. Ha sido precisamente Fernández Abascal el encargado de explicar la complejidad que entraña un proyecto aparentemente humilde: «Compleja porque el edificio es terriblemente complejo», con una «complejísima sección, que es un equivalente a un edificio de 12 pisos más las torres»

El proyecto consta de dos niveles diferentes. El primero se ubicará sobre el trapecio de cristal situado tras el escenario de la Sala Argenta y se concebirá como un espacio multifuncional para albergar diferentes actividades. El segundo se situará en las dos torres del Palacio de Festivales, desde donde se podrá contemplar una visión de 360º de la Bahía de Santander y de Cantabria.

Fernández-Abascal ha recalcado la importancia de la actuación porque interviene «en el edificio más importante de la segunda parte del siglo XX en Cantabria y uno de los más importantes de aquellos años en España». El arquitecto ha destacado que con el «pretexto» de acceder a la terraza y a las dos torres las personas que no son usuarias habituales del edificio «van a poder apropiarse un poco» de él. «Casi es lo mejor del objetivo de la propuesta, que el Palacio pase a ser un edificio significativo de los ciudadanos de Santander y de la región y de los turistas».