Una testigo desmonta la versión del detenido por el crimen de Liaño: «Le vi regresar a casa de Eva»

Además, el Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Cantabria ya ha emitido un informe previo en el que, por un lado, concluye que Eva y su hija murieron como consecuencia de un politraumatismo por arma blanca; y por otro, que el fallecimiento de ambas se produjo unas 24 horas antes del levantamiento de los cadáveres. Es decir, entre las 16.00 y las 19.00 horas del 16 de diciembre.

En su declaración ante la Guardia Civil, el sospechoso del crimen, José Reñones (en prisión provisional), aseguró que, sobre las 16.15 horas del día 16 abandonó el domicilio, después de que la Guardia Civil, acompañada de Eva, le indicaran que debía irse de la vivienda porque tenía una orden de alejamiento, motivo por el que le informaron de que le llamarían para tomarle declaración al día siguiente.

Reñones negó que volviera de nuevo a la casa de Eva minutos después de abandonarla y una vez que los agentes se marcharon. «Me dirigí a una fuente próxima a la casa, donde me crucé con una vecina, y regresé sobre mis pasos, pasando delante de la vivienda de Eva, pero sin llegar a entrar. A continuación, fui hacia la gasolinera de Villaescusa para, después, coger la senda verde que va a El Astillero. A la altura de Mercadona me senté en una mesa donde tomé tres o cuatro cervezas y estuve paseando por la zona hasta que se hizo de noche», apuntó.

Según su declaración, permaneció allí hasta las nueve de la mañana del día siguiente, 17 de diciembre. Pero los agentes insistieron: ¿Qué hizo después de irse de la zona donde se encuentra la casa de Eva y hasta las nueve de la mañana del día siguiente? «Estuve dando paseos por la zona de la senda que va hacia Astillero. Daba vueltas, luego me sentaba en algún banco, veía vídeos de mis hijos... Estaba haciendo tiempo hasta que anocheció y me busqué una mesa. En ese lugar pasé la noche».

Frente a esta versión de los hechos, una testigo declaró que sobre las 16.30 horas vio de nuevo a Reñones regresar al domicilio de Eva. «Le vi introducirse en el garaje y a los veinte minutos (16.50) escuché como partía leña dentro». Más tarde, sobre las 17.30 horas, esta vecina aseguró que su madre vio a Eva llegar a la casa y entrar al garaje con el coche. «Nunca les he escuchado reñir, pero sabía que él tenía una orden de alejamiento», declaró.

Otra testigo, afirmó que vio al sospechoso ir hacia la fuente de Santa Ana sobre las 16.30 y que, un cuarto de hora más tarde, le vio pasar por la carretera comarcal, a la altura del domicilio de Eva, «donde posiblemente se introdujo, pero no lo puedo determinar con exactitud».

Un tercer testigo declaró ante la Benemérita que sobre las 17.30 horas escuchó a una mujer gritar: «¡Socorro, socorro, mi hija!». La petición de auxilio venía de una casa situada a unos 150 metros de donde se encontraba, pero como este testigo no vio a nadie siguió a lo suyo. Media hora después de ese grito de auxilio, sobre las 18.00 horas, uno de los dos guardias civiles que echaron de la casa a Reñones (sobre las 16.15 h), llamó a Eva para interesarse por ella, pero la mujer no contestó ni devolvió la llamada. ¿Estaba ya muerta?

Junto a estos testimonios, la Guardia Civil recogió el de la cuidadora de la hija de Eva, que declaró que sobre las 17.15 horas estuvo con ella para entregarle a la niña. Después le extrañó que Eva no contestara a sus mensajes y vio que su última conexión fue a las 04.41 horas del día 17.