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NACHO GONZÁLEZ UCELAY
Santander
Lunes, 11 de diciembre 2017, 07:31
La industria turística de la región, toda sin excepción, ha pagado con discretos resultados los efectos del mal tiempo predominante en el puente de diciembre, del que ningún segmento -ni alojamientos ni restaurantes ni bares (tampoco las instalaciones turísticas)- ha arrancado buenas cifras. Aceptables, si ... acaso, en los tres enclaves considerados de referencia, Santander, Liébana y Campoo, donde la ocupación ha rozado el 80%. Malos, por no decir que pésimos, en el resto del mapa autonómico, donde, con muchas dificultades, se ha llegado al 50%.
Ayer, en la hora de los balances, el presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria, Ángel Cuevas, dijo prudente que el puente «no ha ido mal» porque computando las cuatro pernoctas que traía (miércoles, jueves, viernes y sábado), la ocupación ha rozado el 80% en Santander y el valle de Liébana. «El jueves y el viernes nos fue bien». No así el miércoles y el sábado, «algo más flojos».
Cuevas admitió que el mal tiempo «ha provocado muchas cancelaciones de reservas de última hora», de tal suerte que las previsiones iniciales del sector han acabado cayendo al menos cinco puntos.
Con todo, «estamos satisfechos», porque para la época del año que es y a pesar del mal tiempo reinante «no nos ha ido tan mal en un puente del que, en realidad, los hosteleros no nos esperábamos gran cosa» y que sirve para poner el punto y final a una temporada que el sector cierra en crecimiento.
«En 2016 crecimos un 12% con respecto al año anterior y este cerramos con un incremento del 3% sobre aquel», dice exultante Cuevas, que ya advierte que será difícil repetir en 2018.
Más pesimista, el presidente de la Asociación de Turismo Rural, Jesús Blanco, admitió ayer un considerable pinchazo.
«Teníamos unos niveles de ocupación interesantes especialmente en la segunda semana del puente, pero el tiempo los ha complicado. Unos no han llegado y otros se han ido antes», se lamenta Blanco, que piensa que la ocupación en los establecimientos que han decidido abrir se ha estancado en el 50%.
El mal tiempo, y en consecuencia el menor flujo de turistas a la región, también ha condicionado la actividad en las instalaciones turísticas que gestiona Cantur, que arrancaron el puente de diciembre con buenas cifras y lo han acabado cerrando con malos números.
Según indicó ayer el director de la empresa pública, Javier Carrión, por el Parque de Cabárceno, la estación invernal de Alto Campoo y el teleférico de Fuente Dé han pasado «en torno a las 23.200 personas», la mayoría los dos primeros días, cuando el clima fue más benévolo. Hubo 7.083 visitantes el miércoles y 9.431 el jueves.
El viernes, el sábado y ayer, domingo, el mal tiempo redujo a simple anécdota unos números discretos en las tres fortalezas turísticas de la región.
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