Secciones
Servicios
Destacamos
Salvo ir a pegarse un cole a la playa dando un paseo con un bañador y unas chanclas de hace tiempo, cuesta imaginar algo que vaya a hacer este verano y que no le salga más caro que antes. Los cántabros, como el resto de ... españoles, sufren la tormenta perfecta de los precios. Hipotecas, carburantes, luz y cesta de la compra no dejan escapatoria y afectan a casi todo. Los sueldos no suben en la misma proporción, pero sí la recaudación por impuestos.
Los datos. De ayer mismo. El precio medio del litro de gasolina sin plomo 95 en la región fue de 2,024 euros, ligeramente por encima de la media nacional (2,004). Hace días que ver sobrepasar la barrera del dos en el surtidor ya no es una sorpresa -luego llega el descuento de veinte céntimos al pasar por caja, vigente hasta el 30 de junio-. Pero es que el mismo día de hace un año estaba a 1,366 euros.
2,024euros el litro de gasolina 95 ayer, como media, en Cantabria. Hace un año, 1,366
Eso impacta directamente en el IPC. Las palabras índice, precios y consumo están en el argumento de una película de terror cada vez que los cántabros echan la mano al bolsillo. En mayo se sitúa en el 8,7%, cuatro décimas por encima de abril y con la amenaza del 9,8% que alcanzó en marzo (el dato más alto en 37 años). Igual que hubo que aprenderse hace meses el significado de PCR, desconfinamiento o incidencia acumulada, ahora toca estudiar lo que es la inflación subyacente. Es la que se mide sin tener en cuenta los productos energéticos y los alimentos no elaborados (muy volátiles). Es, según los expertos, un termómetro más real. Porque, si sube, significa que la tormenta de los costes energéticos o los materiales que machaca a las empresas (si usted está estos días mirando coches sabe que tiene que esperar sentado hasta que llegue) está ya instalada en el conjunto de los precios. Pues bien, esa tasa roza ya el 5% (4,9%), el dato más alto desde 1995 y los expertos hablan de «riesgo de crisis de precio estructural».
Noticia Relacionada
Candela Gordovil
De eso saben los que van al supermercado con frecuencia. Lo han ido viendo mes a mes. Si usted hace tiempo que no coge el carro de la compra, mejor no se ofrezca. El pan, la mantequilla, la leche, los yogures, el café, el azúcar, el té, los zumos, las frutas... Ha subido. El precio del aceite de oliva se ha disparado un 42,5%. Eso se ha trasladado a galletas, bollería, salsas, aperitivos (patatas fritas y toda la variedad que hay)... Y, obviamente, a los precios en la hostelería.
También la luz. Mayo ha sido el octavo mes más caro de la serie histórica y ayer, martes, volvió a dar otro tirón con una subida del 3,48%. Mal día para poner la lavadora, incluso en las horas más baratas de la jornada.
¿Ocio? Las agencias de viaje de Cantabria- que, a pesar de todo, tras la pandemia y con unas ganas locas de evadirse, están a tope desde abril- confirman que las mismas vacaciones son ahora «entre un 20 y un 30%» más caras que hace un año. Los billetes de avión y los hoteles suben sus tarifas. Hay demanda de habitaciones, se suben los precios y, aún así, se venden. «Y casi te merece más la pena comprar un coche que alquilarlo», bromeaban esta semana en Nautalia Viajes. Las compañías no han podido renovar su flota de vehículos y la consecuencia es que alquilar está por los nubes o, directamente, no hay coche disponible para este verano.
Y queda el euríbor. Este indicador con el que se calculan las hipotecas de tipo variable ha crecido en mayo hasta marcar una media mensual provisional del 0,285%, lo que supone 27 puntos más que en abril (0,013%) y 76 más que ahora hace justo un año (-0,481%). Para las cuatro millones de hipotecas en España que están firmadas a tipo variable referenciadas al euríbor, eso supondrá un encarecimiento de 600 euros de media al año. En concreto -señala la periodista Edurne Martínez-, una hipoteca media de 150.000 euros a 20 años con un diferencial del 1% sobre el euríbor a la que le toque revisión, pasará de una cuota de 658 a 708.
Sin salirse de la vivienda, otro dato. Los pisos en venta -tal y como informa Lucía Palacios- también están protagonizando ese 'rally de escalada' y en los últimos cinco años se han encarecido un 15,6%, mientras que las remuneraciones de los españoles sólo han aumentado un 5,9%. Más específicamente, según el estudio 'Relación de salarios y la compra de vivienda en 2021' publicado ayer con datos de Fotocasa e Infojobs, el sueldo medio cayó el año pasado en 15 de las 17 comunidades autónomas españolas por efecto de la pandemia y, sin embargo, en 15 comunidades aumentó el precio de la vivienda.
La consecuencia, en general, es que el bolsillo del cántabro medio (e igualmente del resto de españoles, en conjunto) está desde hace tiempo más vacío.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.