![El arrastre de bueyes concitó a numeroso público en el centro Santiago Galas.](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201708/13/media/cortadas/arrastre-k61-U405492435016AD-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
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«Es que no sé muy bien cómo explicarlo. Vamos a ver, 'La montaña' es como una ilusión. Si lo piensas los días antes, te sale una sonrisa porque ese día va a llegar. No sé si me entiendes». Julia González estudia en Madrid, es de Santander y parte de su familia vive en Cabezón de la Sal y nunca, «ningún año», se pierde el Día de Cantabria. Es una fecha marcada con especial cariño en su calendario. Así que este domingo exhibió esa sonrisa, plena, en Cabezón, que celebró esta fiesta de homenaje a la identidad y la tradición, donde se habla de las fronteras de Cantabria como autonomía, en un día donde, paradójicamente, desaparecen las fronteras de los cántabros y cántabras, que abren su tierra a turistas y visitantes.
Cabezón fue de nuevo el epicentro de este huracán que es Cantabria. Huracán de paisaje, agua, verde, mar, tierra y folclore. De éste último hubo ayer mucho sobre los escenarios situados en diferentes plazas del pueblo. El ‘taconeo’ de panderetas, castañuelas, danzas, tambores y banderas no cesó durante toda la jornada. También de nuevo los puestos con todo tipo de productos típicos de Cantabria retrataron la esencia de la región. Se vendió «bien», al menos eso decían los comerciantes a última hora de la tarde. Hizo un día soleado en medio de este verano gris y la gente estaba de buen humor para comprar. Todo parecía además muy apetecible. Los bares, de nuevo, sacaron música y consumiciones a la calle e hicieron, como siempre, el agosto. Otra alegría, que era día para ello.
Pequeños y mayores de Cabezón no dejaron de bailar ni un solo minuto y de disfrutar del ambiente festivo. De Cabezón, del resto de la región y de otros puntos de España, porque la fiesta del Día de Cantabria no es sólo para los cántabros. Isabel Aguilar, de Valencia, da fe de ello. «Esta fiesta me parece muy abierta y acogedora. Integra a la gente. Lo que más me ha gustado es la mezcla de todo, folclore y fiesta a la vez», decía entre baile y baile.
También tuvo lugar el famoso arrastre de bueyes en el Centro Social y Deportivo Santiago Galas, que contó con una gran afluencia de público. Un acto que se ha ganado las críticas de unos y el afecto por las tradiciones de otros. Pero un arrastre que también forma parte de la esencia del Día de Cantabria.
Ya en la recta final de la jornada, a las 20.30 horas, el desfile de carrozas y carretas. Vecinos y turistas ocupan las calles principales de la localidad para ver las carrozas trabajadas por los vecinos y con un carácter puramente montañés. Se trata de un desfile emblemático del que cada año disfrutan cientos de personas, con las agrupaciones folclóricas y todo lo que da de sí esta fiesta, que es mucho.
Ya después del desfile, los que alargan la fiesta llenan bares y terrazas. Y así despidió Cabezón un año más sus fiestas del Día de Cantabria. Bajo los acordes de la orquesta. Con rostros cansados pero felices. Hasta el año que viene.
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