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La portavoz de Vox, Leticia Díaz, que no suele ser especialmente complaciente con Buruaga, subió ayer a la tribuna con ánimo conciliador. Lamentando que el cambio tranquilo que había prometido el PP está siendo «tan tranquilo que no lo hemos notado porque no se ha ... materializado» y echando en cara a los populares que, lejos de virar el rumbo, hayan seguido adelante con todos los proyectos del bipartito –como La Pasiega, donde muestran serias dudas sobre su viabilidad– y también con sus errores. En tono cordial. Crítico, pero mesurado:«Por el momento, el balance es el Gobierno de la incertidumbre. Nos faltan medidas efectivas y eficaces». Subrayando lo que, a su juicio, se está haciendo mál en Cantabria, pero también reconociendo aciertos. Por ejemplo, en el área educativa, donde Díaz afirmó que el talante del consejero, que ha aceptado algunas de las iniciativas defendidas por Vox de apoyo a la escuela concertada, «ha evitado las movilizaciones habituales del personal cuando gobierna la derecha».
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Daniel Martínez
En esa línea de 'amistad', reconoció que el panorama que se encontró el PP en Sanidad era complicado y que César Pascual ha hecho más daño a nivel de imagen por sus «polémicas declaraciones» que por su gestión. Vale que Vox vio a Buruaga demasiado triunfalista cuando se conformó con «rebajas mínimas» en las listas de espera, pero hasta ahí. Díaz solo sacó el látigo en su primer turno para denunciar el «abandono» del consejero Pablo Palencia al sector primario, un ámbito del que la esta formación quiere hacer bandera, y para reprochar a la jefa del Ejecutivo que, casi un año después de pactar y votar de manera conjunta una proposición para derogar la Ley de Memoria Histórica de Cantabria que elaboró el PSOE con apoyo del PRC, aún el Gobierno popular no haya dado un paso para dejarla sin efecto.
Quizás el buen tono de Vox se debía a que Díaz esperaba que Buruaga les tendiera la mano en el turno de respuestas. Quizás buscaba su apoyo para seguir adelante con la legislatura. La presidenta no lo hizo y la portavoz de Vox pasó de la calma a la tempestad en su segundo turno. Y comenzaron las acusaciones más gruesas, vaticinando que el Gobierno de Buruaga se «irá a pique como el Titanic» y lamentando las muchas coincidencias ideológicas entre populares y socialistas.
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