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El plan inicial era que el primer tren de alta velocidad llegara a Cantabria cuando entraran en funcionamiento los tramos castellanos del AVE (entre Palencia y Alar del Rey) y los cántabros (desde Alar del Rey hasta Reinosa). Lo que ocurre es que, mientras en ... la primera parte de la actuación las máquinas ya trabajan a pleno rendimiento y habrá partes acabadas en cuestión de meses, los 51 kilómetros que concluyen en la capital campurriana todavía están muy lejos de ser realidad. Ante este distinto ritmo en la ejecución de los trabajos, el responsable del departamento, Óscar Puente, anunció durante su visita a Santander el pasado mes de marzo la intención del Gobierno central de hacer una puesta en servicio de la vía en dos tiempos. No de forma simultánea, sino a medida que la infraestructura esté acabada. Primero hasta Alar y después hasta Reinosa.
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Daniel Martínez
Esto supone que los usuarios notarán mejoras en los tiempos del trayecto tres años antes de lo previsto. Eso sí, el Gobierno central sigue sin decir la fecha exacta. Tres años porque ese es el tiempo de ventaja que llevan los tramos palentinos respecto a los cántabros. «Era una faena tener 80 kilómetros terminados y no ponerlos en servicio. Vamos a ganar tiempo de viaje. En torno a media hora como mínimo en el momento en que lo pongamos en servicio», aseguraba el ministro hace cuatro meses. Puente apuntaba que, para ello, sería necesaria una inversión adicional que no estaba prevista en el entorno de Alar. Concretamente, en el pueblo de Nogales, donde se construirá un viaducto que permitirá conectar la línea de alta velocidad con la convencional sin necesidad de que los trenes hagan transbordo. Una actuación que costará 65 millones de euros y cuyo proyecto de redacción –no ha salido a concurso la obra, sino el diseño técnico, que es el paso previo– acaba de licitar el Ministerio por 1,8 millones. Tampoco se sabe cuándo empezará esta obra, por lo que a día de hoy hay más dudas que certezas.
Esta nueva conexión partirá, dibujando una curva, del final del tramo de la línea de alta velocidad Calahorra de Boedo-Alar del Rey, el último de los cinco en construcción. Tras cruzar entre el enlace de la A-67 y Nogales, discurre en línea recta en un tramo el que se ubicará un intercambiador de ancho (dispositivo que al paso de los trenes adapta su rodadura a los distintos anchos de vía) y se completa con dos viaductos que sortean una llanura (432 metros) y el río Pisuerga (280 metros). La actuación incluye el desplazamiento hacia el este de 2,7 km de la línea convencional Palencia-Santander, para que comparta traza con la nueva conexión y minimice su impacto en el entorno.
Una vez se complete el trazado Alar del Rey-Reinosa y la nueva línea de alta velocidad se encuentre operativa en sus 130 km entre Palencia y Reinosa, la conexión se mantendrá para reforzar la capacidad y versatilidad de la red y permitir conexiones que combinen convencional y alta velocidad.
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