Tres minutos con el Rey

En febrero recibí la llamada de Juan Antonio González, un ingeniero industrial santanderino que vivió en Barcelona y que conoció de cerca los proyectos de la Fundación y su capacidad para llegar a los jóvenes. 'Juanan', que tanto me ha apoyado con Líderes Impulsa, me habló de Jordi Estruga, director del Tour, y nos conectó. Mi nombre llegó también a la Fundación gracias a la concejala de Juventud, Noemí Méndez, que bien sabe de las sinergias que me encanta generar y de las iniciativas con las que colaboro, entre ellas el Proyecto Mentte. Quienes me conocen saben que conectar personas me genera mucha satisfacción y más si se trata de dar visibilidad al talento cántabro. Lo que nunca pensé es que me ofrecerían la oportunidad de hablar directamente con el Rey. Rápidamente llamé al doctor Jesús Artal, el jefe de Psiquiatría de Valdecilla para contarle que, desde Casa Real, habían elegido el Proyecto Mentte y el de Cohorte Cantabria como las dos iniciativas que el Rey quería conocer en persona en su visita al CongresFest. Cuando recibes una llamada así sientes una mezcla de responsabilidad e ilusión, pero sabía que junto al doctor Artal nada podía salir mal.

El protocolo estaba claro. Teníamos que dirigirnos a él como Señor o Majestad, esperar a que él nos tendiera la mano, no tomar la iniciativa y estar a las 11.30 en el Palacio de Exposiciones para pasar el control de seguridad. El hall estaba hasta arriba, pero pronto divisé a Artal junto a un gran cartel de Mentte. Estábamos nerviosos pero muy conscientes de la oportunidad que teníamos por delante para dar visibilidad al gran trabajo que realizan en el Hospital de Día profesionales como Beatriz Payá, Emma Noval, Inés López, Carmela Greciet o Luis Gaite.

Felipe VI venía del Centro Botín y cuando las autoridades cántabras formaron una fila para recibirle sabíamos que llegaba el momento. Los compañeros periodistas, cámaras y fotógrafos estaban colocados en un espacio acotado para la prensa y verles desde el otro lado se me hacía raro. Tras los saludos institucionales, su Majestad cambió el paso y se dirigió hacia nosotros.

La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, nos presentó. El Rey nos extendió la mano y rápidamente se la estrechamos. Fue un apretón firme, de esos que sorprenden gratamente. «Veo que vais conjuntados», comentó señalando la corbata del doctor y mi traje naranja de Sfera. «El naranja es el color del proyecto Mentte», le comentó Artal, algo que al monarca le hizo gracia. «Como usted bien sabe, Señor, estamos viviendo una ola de problemas de salud mental que afecta a toda la población y, de forma muy especial, a nuestros adolescentes. Esta situación no se va a resolver solamente aumentando el número de profesionales. Hace falta la implicación de toda la sociedad. Esta es la esencia del Proyecto Mentte». El Rey mostraba gran interés en nuestras palabras y en la figura de los mentores, personas con una buena trayectoria profesional que devuelven a la sociedad parte de lo alcanzado dedicando su tiempo y su experiencia a jóvenes con problemas de salud mental, a veces graves, ayudándoles a encontrar su talento, a potenciarlo y a orientar su vida en un momento muy difícil.

Felipe VI mostraba interés y le sorprendió gratamente que ya hubiera 50 profesionales cántabros de diferentes disciplinas en contacto con los jóvenes del Hospital de Día. Artal instó al monarca a imaginar el potencial de este proyecto si se extendiera, con ayuda de las instituciones, a toda España. El monarca asintió y confesó que, cuando alguna vez le han preguntado qué hubiera sido si no fuera Rey, cree que hubiera sido psicólogo. Recordó que siempre se ha inclinado por las ciencias, pero que la Psicología siempre le ha 'llamado'.

En mis manos tenía un dosier con todos los detalles y pasos que ha dado el Proyecto Mentte desde que nació hace ya dos años, y se lo entregué diciéndole que me haría mucha ilusión que su Majestad la Reina lo conociera y que se lo hiciera llegar de parte de una periodista que también se llama Leticia. El Rey se rió y lo cogió asegurándonos que así lo haría porque, además, sabe que estos temas le interesan mucho.

No fuimos conscientes de que estuvimos hablando más de los tres minutos estipulados, pero sentimos que al Rey le interesó esta iniciativa de sello cántabro que ya está ayudando a jóvenes a encontrar un motivo para agarrarse a la vida.