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Más de ocho meses han pasado desde que las vidas de cientos de miles de ucranianos quedasen interrumpidas por la guerra que ha asolado gran parte del territorio de ese país. Al cierre del pasado año, y antes de la invasión de Rusia, eran 889 ... las personas de origen ucraniano residentes en Cantabria, la quinta procedencia europea más importante. Desde ese momento hasta ahora, otras 643 se han empadronado en la región huyendo de la guerra en Ucrania, por lo que la población de este país ha aumentado en la comunidad autónoma hasta las 1.532 personas.
El éxodo de la población ucraniana debido al conflicto se ha dejado notar en las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), en especial en los meses de marzo y abril, cuando la llegada de refugiados fue incesante. Solo en esos dos meses se empadronaron 373 ucranianos de los 643 que se registraron hasta el cierre del mes de septiembre. Las nuevas llegadas han hecho que esta nacionalidad gane peso entre la población extranjera que reside en Cantabria y ahora ya es la tercera procedencia europea más importante, solo después de Rumanía y Moldavia.
Sin embargo, los cálculos ofrecidos por el INE, que se suman al padrón anual, sitúan la población ucraniana en Cantabria por encima de las 1.500 personas, pero se trata de un mapa incompleto, ya que buena parte de quienes han llegado a la región están sin empadronar y bajo una protección temporal. A los datos del INE a partir del padrón habría que añadir los publicados el pasado miércoles por la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) dependiente del Ministerio del Interior, que revelan que son 1.389 las personas refugiadas que han obtenido el estatus de protección desde que comenzó la invasión. En toda España, la cifra de protecciones había superado las 150.000 a finales de octubre.
El paso del tiempo en el conflicto, que parece que por el momento no tiene fin, ha llevado a las familias a establecerse en algunas de las grandes localidades cántabras. Y el comienzo del curso ha contado con alumnado estable en varios centros educativos de la región.
El año escolar empezó con 269 estudiantes ucranianos refugiados, cerca de un centenar menos que el pasado curso, cuando los registros facilitados por la Consejería de Educación apuntaban a 350 alumnos. Sin embargo, organizaciones como Cruz Roja Cantabria le pusieron contexto a las cifras: hay personas que han cambiado de comunidad autónoma en los últimos meses para reunirse con familiares y amistades que ya estaban estabilizados en otros puntos. Por cursos, son 3º de la ESO y 2º de Educación Infantil los que más alumnos congregan, con una veintena, y que se reparten, sobre todo, entre Santander y Torrelavega después de que buena parte de las familias se haya establecido en las dos grandes ciudades cántabras y, por tanto, haya trasladado los centros educativos de los menores.
Por otro lado, la temporada veraniega se ha hecho notar en el mercado laboral y también en las afiliaciones a la Seguridad Social de la población ucraniana. El crecimiento impulsado por el turismo que visita la región llevó a que, durante los meses de julio y agosto, se superara el medio millar de afiliados ucranianos en el sistema cántabro. Sin embargo, con el final de la temporada, a último día de septiembre, la cifra ya bajó a 463, unos niveles habituales en la comunidad autónoma.
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